“El mundo debería ignorarnos cuando hablamos de la identidad británica”
Entrevistas / Blur

“El mundo debería ignorarnos cuando hablamos de la identidad británica”

Carlos Pérez de Ziriza — 21-07-2023
Fotografía — Reuben Bastienne-Lewis

Me encuentro con Damon Albarn y Graham Coxon en la terraza del hotel barcelonés donde se alojan los miembros de Blur. La excusa es “The Ballad Of Darren” (Warner, 23), su nuevo álbum, pero en realidad la trayectoria del cuarteto que completan Alex James y Dave Rowntree es tan vasta y diversa que eso casi es lo de menos.

Me atienden a la hora de la siesta, con suma cortesía pero con cierta modorra (sobre todo Damon), y eso que su concierto de hoy está previsto para las dos de la mañana. Entonces ya será otra historia: un jubiloso reguero de hits. Como para dormirse.

¿Habíais tocado alguna vez a las dos de la mañana?
(Damon) Creo que una vez tocamos en Atenas a las cuatro de la mañana.
(Graham) ¿De verdad?
(Damon)¿No te acuerdas? Hace mucho, mucho tiempo. Hacía muchísimo calor. Tuvimos que aguantar hasta esa hora. A las dos ya es un poco ridículo, pero a las cuatro…
(Graham) No sé qué se hace en estos casos: ¿duermes un poco antes o aguantas despierto hasta entonces?

Bueno, yo creo que es mejor aguantar sin dormir hasta el concierto.
(Graham) No dormir nada, ¿no? [risas].
(Damon) Bueno, igual una pequeña siesta a última hora de la tarde viene bien. ¿Qué haría un auténtico catalán en esta situación?

Yo creo que no dormir nada.
(Damon) ¿Y qué hacer en todo ese tiempo?

Bueno, ver conciertos, por ejemplo. Al menos en mi caso. Por cierto, que en vuestros últimos conciertos solo tocáis un par de canciones del disco nuevo, “The Narcissist” y “St. Charles Square”. ¿Es porque pensáis que no es fácil combinarlos con vuestros clásicos? ¿O porque pensáis que, al no haber salido el álbum aún, el público no va a estar familiarizado?
(Damon) Créeme, estaría más que contento de tocar el disco nuevo. Pero tenemos mucho material. Es todo un mundo, en cierto sentido. Y el mundo ha cambiado tanto… Las canciones de “Modern Life Is Rubbish” (93), o “Leisure” (91) o “Parklife” (94), incluso las de “The Great Escape” (95), en realidad todos nuestros álbumes, son de la era pre-Internet, diría que casi hasta “13” (99). Es extraordinario, si lo piensas. Un cuerpo creativo entero que tenemos, y aún somos los mismos que entonces. Hay unos Blur antes de Internet y después de Internet. Y luego ya vendrá la Inteligencia Artificial.
(Graham) Creo que es bonito ofrecer pequeñas cantidades para dejar un buen sabor de boca, pero está bien tocar clásicos en un festival, forma parte del juego, y nos prestamos a ello.
(Damon) Yo quiero que la gente se entretenga.
(Graham) Nos gusta ver rostros sonrientes. No confundidos.
(Damon) Estamos tocando bastantes canciones de “Modern Life Is Rubbish”. Es un periodo que estamos recuperando, y nos parece de lo más natural en este momento, porque salió justo antes de que la fama nos transformara. Para nosotros es un lugar interesante en el que volver a estar. Nunca habíamos estado tan relajados sobre el escenario.
(Graham) “Modern Life Is Rubbish” llegó justo antes de que tuviéramos nuestro público.
(Damon) Sí, hay algo ahí.
(Graham) No teníamos ninguna presión en el estudio.

Recuerdo veros por primera vez en Madrid en 1994, en Pachá, una sala para mil personas. Ahora tocáis dos veces seguidas en Wembley. Mirando atrás a aquellos días, ¿no os genera algo de vértigo?
(Damon) ¡No!
(Graham) Para un tipo cincuenta y cuatro años es jodidamente bueno poder hacer dos Wembleys seguidos.
(Damon) Y para uno de cincuenta y cinco [risas].
(Graham) Cuando tenía veinticinco, era imposible para mí mirar hacia adelante y pensar en cómo serían Blur cuando tuviera cincuenta y cuatro. Hubiera flipado.
(Damon) Hubiera sido horroroso pensarlo.
(Graham) Pero, al mismo tiempo, los conciertos que estamos haciendo ahora hubieran supuesto un pensamiento confuso para mi yo de veinticinco años. ¿Dónde estamos? ¿Tenemos la misma pinta que Simple Minds? ¿Tenemos el pelo enmarañado? ¿Qué aspecto tenemos?
(Damon) ¿Estamos todavía aquí?
(Graham) Creo que somos muy parecidos a lo que hemos sido siempre.

Tengo la sensación de que “The Ballad Of Darren” es muy distinto a “The Magic Whip”. ¿Sentís la necesidad de hacer siempre un disco muy distinto al anterior? Creo que el único que no respondió a eso fue “The Great Escape”.
(Damon) Porque lo hicimos mientras estábamos aún promocionando “Parklife”, en realidad. Y fue como una versión más paranoide.
(Graham) Sí, veníamos de ahí.
(Damon) Es un gran error grabar un álbum mientras estás experimentando niveles insanos de fama y notoriedad. No es bueno. No te induce a… Y creo que hicimos un buen trabajo, teniendo en cuenta las circunstancias. Pero eso de estar haciendo música y saliendo continuamente y tomándote… Son experiencias ridículas.

¿Es mejor dejar más tiempo entre un disco y el siguiente?
(Damon) Es necesario, no mejor.

Es la primera vez que James Ford produce un disco de Blur, aunque ambos ya habíais trabajado previamente con él. Tú, Damon, en Gorillaz. Y tú, Graham, en The Waeve. ¿En qué medida ha mejorado vuestra música?
(Damon) Creo que para Graham y yo es fantástico tenerlo en el estudio. Para todos, en realidad. Es capaz de ilustrar lo que todos queremos, pero tocando cada instrumento si es necesario. ¿Sabes lo que quiero decir?
(Graham) Nos ayuda mucho de un modo exploratorio. No es un papá, no ejerce esa figura de padre.
(Damon) No, es parte de la banda.

¿Os gusta su disco?
(Damon) No lo he oído. No lo he oído aún.
(Graham) Es bueno, es interesante. Para mí es muy interesante porque yo grabé en el mismo espacio, en el estudio que tiene en lo alto de su casa, y el sonido me resulta muy familiar. Escucho con mucha atención sus producciones, y lo que me gusta de él es el sonido que extrae de los instrumentos de viento y madera, y el de la batería, que es buenísimo.
(Damon) Sí, es brillante con las baterías.

¿Creéis que todos los proyectos que mantenéis al margen de Blur son una influencia decisiva cuando os juntáis de nuevo para grabar otro disco?
(Damon) Por supuesto.
(Graham) Y también en sentido contrario. Podemos probar cosas nuevas en nuestros otros proyectos, pero también probarlas en Blur, donde siempre hay hueco para desarrollar eso para lo que estabas esperando una oportunidad. Incluso desde hace años. No puedes forzar las ideas sonoras, tienes que esperar la oportunidad. Blur siempre ha sido un buen sitio para eso, porque combina muchos sonidos y enfoques distintos, en realidad. Diferentes tipos de música dentro de la misma banda.

“No nos gusta cuando hay guitarras pero no hay sexo”

Entiendo que no siempre esas diferencias han sido fáciles de conciliar, y creo que eso se ha visto en algunos giros radicales de sonido a lo largo de vuestra carrera. ¿Os sentís como una familia, en la que al final importa más lo que os une que lo que os diferencia?
(Damon) Absolutamente. Por supuesto.
(Graham) Hemos tenido diferencias, pero en realidad no tienen nada nuevo si miras a tu alrededor y las comparas con las diferencias que cualquiera de nosotros puede tener con quienes nos rodean, no digamos ya en Inglaterra [risas].

¿Os resulta fácil mantener la ilusión?
(Graham) Creo que hablamos de gente que está al servicio de la música que hace, y no importa lo que ocurra alrededor. Eso es lo que nos preocupa, al máximo. Y es lo que ocurre entre Damon y yo. La música es la que dicta las normas.
(Damon) No nos interesa nada más, ni nada de los que los demás hayan podido hacer, cuando estamos en el estudio. Solo nos concentramos en una cosa. El resto es irrelevante. Y tiene que ser así. De otro modo, no llegarías a ningún lado.

En muchos países aún se habla de Blur como una banda de britpop, cuando habéis explorado muchas otras sonoridades, procedentes de muchos otros puntos geográficos, a lo largo de vuestra carrera. Quizá como pocas bandas.
(Damon) No me importa. Solo pienso en nosotros como una banda.
(Graham) Creo que la gente está por fin empezando a vernos como nosotros mismos lo hacemos. Intentamos darle sentido a la vida en el momento. Ha sido así siempre a lo largo de nuestra carrera. Sobre cómo reaccionamos ante el mundo y ante nuestras vidas en cada momento. Y no tiene que ver con movimientos musicales, ni con el britpop ni con ideologías que podamos compartir con otros grupos. Siempre ha sido así. Nos han llamado banda britpop, y a mí un guitarrista britpop, pero esa es una visión muy limitada. ¿Qué significa eso? Por suerte, nuestra longevidad ha probado que, por mucho que hiciéramos la mayoría de nuestros discos en los noventa, no tiene por qué ser britpop. El britpop parece una empalagosa y desesperada forma de…
(Damon) No tiene nada que ver con nosotros.

Para la prensa fue bueno…
(Damon) Fue muy bueno para la prensa, pero es que siempre hemos tenido esta obsesión en nuestro país, para lo bueno y para lo malo, con nosotros mismos. Somos una isla que se mira mucho el ombligo. Y desafortunadamente, cuando la imagen que nos devuelve el espejo es la del Brexit, también nos obsesionamos con ello. Yo recomiendo a todo el mundo que nos ignore cuando empezamos a hablar de la identidad británica. Es una isla insegura.

Os iba a preguntar por eso. Entrevisté a Paul Simonon cuando salió el último disco de The Good, The Bad And The Queen, y me decía que estaba muy marcado por esa Inglaterra que, lejos de Londres, en ciudades mucho más pequeñas y en ámbitos rurales, había optado mayoritariamente por el Brexit. No sé si en Blur queda algo de ese deseo de plasmar, de algún modo, esa realidad sociocultural.
(Damon) Sí, por supuesto. Está en este disco también. Pero es un disco al que nunca podrías llamar britpop, ni de coña.
(Graham) Somos ingleses, y eso se tiene que notar en todo lo que haces.
(Damon) Y aún estamos tambaleándonos por toda esta travesía del Brexit. Una decisión desastrosa, de la que yo no he formado parte.

¿Crees que el país sufrirá las consecuencias?
(Damon) Las está sufriendo ya. No hay nada más estúpido que alienarte de tus vecinos más próximos. Y dudo que económicamente tenga nunca algún sentido: ¿por qué dejarías de comerciar con tus socios prioritarios? Hay tantas razones por las que no tiene sentido… Yo me disculpo en el nombre de toda la gente que no votó a favor del Brexit.

¿Hay algún disco de Blur del que os sintáis especialmente orgullosos?
(Damon) Sí, seguro.

¿O quizá un disco que debería haber tenido más visibilidad, puede que “Modern Life Is Rubbish”?
(Damon) Sí, ese mismo.
(Graham) Creo que con ese disco estábamos buscándonos a nosotros mismos.
(Damon) Sí.
(Graham) Hay algunas canciones que grabamos nosotros mismos, sin productor, que finalmente entraron en el disco, que no utilizaban esos trucos de Madchester ni nada por el estilo, empleábamos loops de batería y nos estábamos liberando, concentrándonos más en las estructuras de las canciones, más al estilo de la vieja escuela pop. Fue divertido el inicio de los noventa. La música que sonaba en Top Of The Pops y todo eso, vieja música rave que aún sonaba… Fue como un agujero entre lo que fue Madchester y el despegue de lo que luego fue el britpop. Nosotros estábamos intentando averiguar quiénes éramos en ese pequeño espacio. En “Modern Life Is Rubbish” estábamos en el camino a “Parklife”, en el tren que nos conducía ahí.
(Damon) Creo que también es bueno que hayamos estado parados como Blur tanto tiempo, porque en la naturaleza cíclica de la música pop, y de la moda, la música de guitarras se está poniendo nuevamente de moda, y podemos volver a destacar.

Cuestión de ciclos, ¿no?
(Damon) Exactamente.

Aquella primera mitad de los noventa, como decías, fue un territorio de nadie en Reino Unido, ¿no?
(Graham) Así fue. Escuchábamos músicas muy diferentes, como hacen los chavales hoy en día. Lo que fuera. Wire, Pink Floyd, punk, psicodelia, Julian Cope, cosas de los ochenta… Todo eso nos influenciaba. No podíamos buscar material a través de Spotify y sus algoritmos. Tenías que encontrarlo en tu propia colección de discos o en las de tus amigos. No era tan fácil como ahora.
(Damon) Tenías que ir a buscarlo todo de forma activa, sobre todo aquello que estaba más oscurecido.

Ahora es mucho más fácil para la gente que empieza a escuchar música.
(Damon) ¡Mucho más fácil! Pero es estupendo que haya más fácil acceso.
(Graham) Puedes escuchar muchos de los discos de la serie Pebbles, los de garage y psicodelia de los sesenta y setenta, o los de Scott Walker, o los de The Beatles, o los de The Kinks. Hay tanto ya al alcance de todo el mundo que quizá puede ser confuso. Volviendo a aquel disco nuestro, fue muy enfocado. Y “Parklife” también lo fue.

¿Escucháis música nueva últimamente que os impresione?
(Damon) A mí me gustan los que son inteligentes, como siempre. Bandas como Yard Act o Wu-Lu.

Yard Act tocan hoy.
(Damon) ¿Yard Act?

Sí, creo que a las siete de la tarde.
(Graham) A mí me gusta el disco de Jockstrap.

¿Creéis que hay una buena generación ahora en el pop británico?
(Damon) Sí. Eso parece. Creo que habíamos pasado por un periodo horroroso en cuanto a música punk de guitarras.
(Graham) No me gusta cuando hay guitarras pero no hay sexo. Cuando no parece que haya ninguna raíz.
(Damon) Cuando se convierte en horriblemente genérica, es horroroso. Te hace huir en cuanto ves una guitarra.
(Graham) No aporta nada nuevo, y es triste.
(Damon) Está cambiando.

¿Creéis que, a malos tiempos, socioeconómicamente hablando, mejores grupos?
(Damon) Por supuesto.
(Graham) Aunque ahora no puedes irte a Londres y tratar de vivir allí, es muy difícil.
(Damon) Vivíamos en squats en los ochenta.
(Graham) Los alquileres eran más baratos.
(Damon) También tiene que ver con la destrucción del sistema de educación de las escuelas de arte en nuestro país. No todos los que iban se convertían luego en artistas brillantes, pero todos sentían esa llamada para estimular su libertad creativa.
(Graham) Aprendías a desarrollar ideas. A trabajar en ellas.

¿Cómo os sentís en España y cómo veis a su público?
(Damon) Está en pie hasta muy tarde.
(Graham) Creo que son…
(Damon) Muy apasionados. No muy diferente al público sudamericano.
(Graham) Es muy agradable tocar aquí, te hace feliz ver al público.
(Damon) Les encanta cantar. Eso es fantástico.

Incluso aunque no sepamos lo que estamos cantando, a veces.
(Damon) Me encanta eso, de verdad. Una multitud cantando es alegría pura.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.