La tienda de discos de Irún fue iniciativa de Juancar García, conocido como no podía ser de otra manera como Juancar “Bloody Mary”, y su compañera Idoia Rodríguez. Después amplió perspectivas como promotora de conciertos, y ahí están entre otras, las diecisiete ejemplares ediciones del Andoaingo Rock Jaialdia para certificarlo. O este próximo e ilusionante Bolo-Bolo Weekend para los días 3 y 4 de octubre en Intxaurrondo como colofón de aniversario y con doce emergentes bandas cercanas. Mientras Juancar, que ya no cumple los 60, sigue al pie del cañón, es su hijo Marcos García quien ha tomado el testigo, sobre todo en la parte de la promotora, a la vez que trabaja para el Zinemaldia donostiarra. Cinco años más joven que la tienda, también se suma a su aita para resolver nuestras dudas en torno al siempre complicado asunto de despachar vinilos y cds detrás de un mostrador en medio de crisis generales y particulares de un sector muchas veces olvidado.
-Marcos, ¿Crees que tú también te jubilarás en la tienda o tirarás más por el lado de organizar conciertos como promotora?
Llevar un comercio, aunque sea venta de discos, no me atrae mucho. En cambio, continuar organizando Andoaingo Rock Jaialdia, formar parte del equipo de programación y a la vez coordinar la producción es algo que me estimula muchísimo. Porque, por un lado, descubres grupos, los vas a ver, entablas relación con ellos o su agencia y surge un vínculo. Y, por otro lado, aprendes de los mil y un entresijos de un festival de música. Eso me ha llevado a continuar organizando eventos, pero esta vez en un formato más reducido y el 35 aniversario de la tienda me pareció el momento idóneo para empezar un nuevo festival, esta vez, uno de salas: Bolo-Bolo Weekend, algo que me apasiona y me enriquece. Contaremos con doce grupos emergentes, la gran mayoría de Euskadi como Lukiek, Silitia, Mikosis, Indabe, Airu, Kotoi… En los comienzos de Bloody Mary funcionaba mucho el boca a boca y de esta forma te enterabas de todo. Con el Bolo-Bolo Weekend queremos representar esa nueva ola de grupos nuevos que se mueven por un circuito variado y alternativo, y que están en boca de todos. Este nuevo microfestival quiere ser la casa de toda esta nueva generación de jóvenes músicos, promotores, agencias, técnicos y una apuesta por defender los conciertos en sala, donde la experiencia es comunitaria, cercana y divertida.
-Juancar, ¿cuáles crees que han sido las claves para permanecer 35 años?
Cuando abrimos tuvimos claro que debíamos especializarnos. Abrieron muchas tiendas y no tenía ningún sentido ser otra más. Había que estar al día de lo que se cocía en todo el mundo. Esa es una de las claves y otra comunicar a la gente qué discos tenemos: primero con un catálogo de papel, luego con diferentes webs y ahora con las redes. Nos dimos a conocer desde el principio de esta manera. Creo que los que nos siguen y compran están encantados. Es una gran satisfacción compartir gustos musicales con mucha gente: ese es el mayor secreto para seguir donde estamos.
-Ha habido épocas peores a la actual, ¿en algún momento temisteis por el fin?
(JC). El único momento que me acojoné fue con la pandemia. De la noche a la mañana se cerró el grifo de ingresos y no sabía qué iba a pasar. Y claro, yo tenía que seguir haciendo los pagos. Por suerte, esto duró unas semanas. Enseguida nuestros clientes quisieron colaborar realizando los pedidos, pagándolos, pero sin enviarlos, para no perjudicar a los transportistas. Agradezco muchísimo a todos los que lo hicieron, hubo una solidaridad enorme. Pude trabajar a puerta cerrada y facturar. Siempre digo que no tengo clientes, tengo amigos. Te diría que cuando las multinacionales quisieron cargarse al vinilo fue cuando más vendimos. Nadie quería en CD ciertos estilos que vendíamos (garaje, rock’n’roll, surf, etc.). Los sellos independientes no dejaron de hacer vinilos y esto nos ayudó muchísimo.
-¿Qué tipos de clientela cuenta en la actualidad la tienda?
(M) Bastante variada. Desde la pandemia vienen muchos más jóvenes. Es cierto que la moda de los vinilos atrae a ciertos clientes, pero algunos le pillan el gustillo al vinilo y se convierten en habituales, curiosean y se encuentran con sorpresas.

-¿Estar en la muga os ha beneficiado para captar también clientes franceses?
(JC). Sí, claro. Desde el comienzo los franceses amantes de la música tienen visita obligada en Irun. Viene gente de toda Francia, sobre todo en verano, y, durante el año, bastante de Iparralde. También se acerca gente de todo el mundo: Argentina, México, y de toda Europa, algo habremos hecho bien.
-Recuerdas los discos que más ejemplares habéis vendido históricamente? Y ¿en los últimos meses?
(JC), Sí, claro. Hay que remarcar que son discos que nos gustan mucho y hemos recomendado por todo lo alto. Seguimos manteniendo nuestro apartado “Nuestros Discos Favoritos” en la web que, en su momento, llegó a ser un fanzine. Además, hemos tenido relación con las bandas de estos discos, y las hemos seguido desde sus comienzos, vamos lo que seguimos haciendo a fecha de hoy. Este es un pequeño ejemplo de bandas 100% Bloody Mary: REIGNING SOUND: más de 600 LP’s de toda su discografía. THE DIRTBOMBS: más de 400 LP’s de toda su discografía. THE SUBSONICS: más de 200 LP’s de toda su discografía. THE GUN CLUB: más de 400 Lp’s de toda su discografía THE MAHARAJAS: más de 500 Lp’s de toda su discografía. Y en los últimos meses, STIFF RICHARDS: más de 120 copias. AMYL & THE SNIFFERS “Cartoon Darkness”: más de 60 LP’s. BUG CLUB: más de 80 copias. EZEZEZ: más de 30 copias en dos semanas. IZUKARI: 20 copias. SILITIA: 10 en una semana.
“Es una gran satisfacción compartir gustos musicales con mucha gente: ese es el mayor secreto para seguir donde estamos.”
- Encargaste 5.500 bolsas con el logo de la tienda. ¿Cuántos años habéis calculado?
-(JC), Llevamos haciendo ya varios modelos de bolsas durante todos estos años, está será la última y calculo que durarán 5 años, coincidiendo con mi jubilación.
-Uno se mete en una cosa así por pura melomanía, pero se necesita también un cierto espíritu comercial. ¿Es duro conjugarlo?
(JC). JEJEJE, muy buena pregunta. Esto lo hemos tenido muy claro desde el principio, además soy defensor del riesgo, en su justa medida. Siempre he pensado que hay más gente como nosotros, y el poder llegar a ellos con los discos ha sido todo un reto, pero a la vez muy bonito, Hay que tener bien claro qué disco es bueno y siendo una tienda especializada como somos, creo que hemos hecho un gran trabajo importando discos difíciles de conseguir y a buen precio. Esto ha mantenido un equilibrio entre melómano y espíritu comercial. Como he mencionado siempre nos hemos dedicado a descubrir bandas, eso hace que el riesgo se multiplique, ya que el gran público sabemos que no va a prestar atención. Pero, por otro lado, jugamos con el que siente curiosidad, que de alguna manera es más cercano y apasionado. Conjugar todo esto lleva su riesgo, pero es parte del juego y hoy en día lo seguimos viviendo. Muchos artistas consagrados me han dicho antes de tocar, estoy nervioso, y les digo pues genial, de maravilla, es buena señal, algo se cuece en su interior, el riesgo de salir a escena. Por supuesto tiene que ser un riesgo con cabeza, siempre lo digo, no soy promotor, hago conciertos que me gustan.
-Es necesario también estar al día en cuanto al mercado y no anclarse, o las tiendas de este país viven mucho de los clásicos?
(M). Nosotros estamos al día y vendiendo muchas novedades internacionales y estatales. Por supuesto, cuando un grupo de Euskadi que nos mola saca vinilo hacemos lo posible para tener su disco en la tienda y pincharlo sin parar, algo que nos ocurre con Silitia, por ejemplo. Eso no quita que se vendan muchos clásicos, debido a la gran demanda y al porrón de reediciones que salen. Sería inviable tener un catálogo centrado únicamente en novedades, hay que contar con los clásicos del rock, garaje, punk, blues… de las diferentes épocas.
-¿Qué crees que pasará con el precio del vinilo, seguirá en esa tendencia alcista o se moderará?
(M), No creo que siga mucho al alza. Los precios están siendo escandalosos, y lo que se está consiguiendo es que se conviertan en objetos de lujo y coleccionismo. La escucha del disco no es lo que interesa a las multinacionales, lo que quieren es que compres ese ejemplar de color naranja fosforito de una tirada limitadísima solo disponible en un puñado de tiendas europeas. Creo que ocurrirá el efecto contrario, nos cansaremos de los vinilos, caerán las ventas y luego los precios bajarán.
-¿Es cierto que se podrían vender muchos más discos físicos si funcionara mejor la distribución?
(JC), La distribución ha sido el gran problema desde los inicios para la música independiente, pero, por otro lado, ha sido muy bonito contactar con sellos, distribuidoras, grupos, artistas, de todo el mundo. De alguna manera hemos hecho de eslabón, conexión, entre ellos y nuestro público. Me siento muy identificado con el libro de Michael Azerrad “Nuestro Grupo Podría Ser Tu Vida”, que es una maravilla, resume perfectamente lo que es el mundo independiente desde los inicios, que para nada tiene que ver con el “indie” que llamamos ahora. Al ser independiente creas una conexión fiel entre bandas, sellos, distribuidoras, tiendas de discos y, por supuesto, el público. La pasión lo embadurna todo, aquí no hay teatro ni tonterías, te gusta o no te gusta, esa es la cuestión.
-Alguna anécdota reciente que se pueda contar...
(JC) Anécdotas hay muchas seguramente. Quizás el festival de Andoain resume todo esto que te estoy contando: este año DUMMY y A PLACE TO BURY STRANGERS volvieron a marcar el ritmo de Bloody Mary. Nuevas bandas como SILITIA o EZEZEZ me hacen sentirme joven, como si no pasase el tiempo. Tuve la suerte de verlos en Psilocybenea y ¡poder bailar como un adolescente, más anécdota que esta imposible! Personalmente paso de la nostalgia, no va conmigo. Vivimos un gran momento tanto en Euskadi como en todo el mundo con bandas muy buenas de todos los estilos, o sea que tenemos cuerda para rato.
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