Todopoderosos

‘Todopoderosos’ fue uno de los primeros fenómenos ligados al podcasting en nuestro país. La apuesta no podía ser más interesante: dos creadores de cierto éxito como Rodrigo Cortés y Juan Gómez Jurado (sobre todo éste segundo) se unían al equipo de La Parroquia, de Onda Cero. Arturo González Campos y El Monaguillo, delirantes e hilarantes, completaban un cuarteto que se complementaba a la perfección.

Los cuatro tertulianos (y aquí radica una de las claves más importantes del programa) y amigos se sitúan en un eje que va de la erudición al humor. Juan Gómez Jurado en el extremo más intelectual, asumiendo su papel como el primero de la clase. Le sigue Rodrigo Cortés y, a él, el presentador más ortodoxo, Arturo González Campos. Al final del hilo que une las mentes de los Todopoderosos' debutó El Monaguillo haciendo de un contrapunto cómico clásico, aunque tras la adquisición del formato por la Fundación Telefónica (también pionera a la hora de patrocinar estos formatos), el que tomó el relevo fue Javier Cansado. Un acierto, en mi opinión.

El equilibrio es perfecto. La combinación entre humor y cultura funciona, lo cual es muy notable. ¿Quién no ha vivido un intento de conversación entre amigos en la que el gracioso del grupo interrumpe porque no ha visto esa película o leído aquel libro? En ‘Todopoderosos’ no es así, y aquí es donde se notan las buenas sinergias que hay entre los cuatro protagonistas. Quizá sea este el talento más grande de unos ‘Todopoderosos’ que se hicieron con la pole position y con el primer puesto en el podcasting español tras su irrupción y siguen manteniéndose arriba casi siete años después.

Pero... un momento. ¿De qué va realmente este podcast? ¿Son solo cuatro amigos hablando? No, desde luego. Cada programa de ‘Todopoderosos’ es un pequeño tratado monográfico sobre algunos de los autores o temas más importantes de la cultura popular del siglo XX. Íntimamente ligado al cine y a la literatura, los ‘Todopoderosos’, a lo largo de más de dos horas (y muchas veces dedican más de uno de sus episodios mensuales a un tema en concreto), analizan con precisión y humor a autores tan importantes como Martin Scorsese, Charles Dickens (buenísimos los programas dedicados al novelista inglés) o Alan Moore.

Del mismo modo que los ‘Todopoderosos’ rastrean las influencias de los grandes autores que tratan en el programa, no se podría entender el fenómeno del podcasting en España sin atender al boom que supuso este proyecto. Cada podcast de tertulia cultural que lucha por hacerse un hueco en el pujante panorama podcast en nuestro país tiene -lo sepa o no- algo que deberle a ‘Todopoderosos’.

Docere et delectare (enseñanza y deleite) era una de las claves del ‘Ars Poetica’ de Horacio, y es eso lo que encontramos en todo su esplendor aquí. No me lo he pasado tan bien mientras aprendía desde las clases de mis profesores favoritos en la universidad. ‘Todopoderosos’ es un podcast eminentemente dedicado a la cultura pop. Hay lugar para el análisis de Harry Potter o de temas considerados menores por la academia como “los vampiros en la ficción”, no por ello menos interesantes. Del mismo modo, y debido al fenómeno que hay alrededor de González Campos, Cansado, Cortés y Gomez Jurado, también hay espacio, de vez en cuando, para episodios con tintes autobiográficos, donde sus filias y fobias personales salen aún más a la luz. Las disensiones están permitidas, cuando no fomentadas, como en todo debate que se precie. ‘Todopoderosos’ nace ajeno al dogmatismo y, por lo tanto, llega a la madurez con fuerza y convicción.