Pop y muerte

“Moby, métete una rayica ya”. Esta frase, que me hace mucha gracia, debo decir, la escuché en un corte que servía para promocionar la nueva aventura radiofónica de Benja Villegas y Kiko Amat, fichados a principios de temporada para reforzar a escuadra de la todopoderosa Radio Primavera Sound. Esta frase, estas cinco palabras, sintetizan muy bien el contenido de este ‘Pop y muerte’. A saber: rockstars y artistas en general, sustancias, leyendas urbanas, habladurías y mucha irreverencia. ¡Ah! Y esto lo añado yo: una erudición más o menos rigurosa cultivada durante años y años, porque se nota que llevan más de media vida empapándose de biografías y devorando música y revistas especializadas.

Situemos primero, aunque sea de forma somera, a los responsables de este proyecto. Kiko Amat es un escritor de novelas y plumilla musical en cabeceras como Jot Down, Gent Normal y Rockdelux. Benja Villegas es músico, ilustrador y diseñador gráfico, autor de la novela "Elpaso. A Punk Story". Los dos también son unos viejos conocidos de la podcastera. Antes de coprotagonizar este "Pop y muerte" ya habían estado detrás de "Psycholand Radio", un programa de éxito dedicado de manera muy desenfadada al true crime (¿el género de moda?) que en Podimo funcionó muy bien. Un dato: esa serie de 12 capítulos repartidos en dos temporadas, todavía disponible en esa plataforma de pago, acumula más de 16.000 suscriptores.

Si en esas dos temporadas combinaban asesinos en serie y entretenimiento, con protagonistas tan sórdidos como Jack el destripador o Lee Harvey Oswald, considerado asesino material de John Fitzerald Kennedy, en "Pop y Muerte" mantienen el tono entre grosero y jocoso de dos colegas reunidos alrededor de una mesa con ganas de compartir batallas, leyendas e incluso chismes sobre personajes de la farándula musical. Así, el nuevo podcast del tándem Benja y Kiko, que cuando escribo acaban de lanzar su tercer episodio, va de música popular y esos compañeros de viaje habituales: drogas, suicidios, homicidios… Y ya veremos con qué otras temáticas nos sorprenden. Han empezado fuertes, explorando el lado más oscuro y truculento, y en algún momento deberán tocar temas más amables. O no.

¿Sid Vicious no era tan tonto aunque lo pareciese? ¿Keith Richards es una estafa y realmente no se droga, lo cual explicaría su longevidad? ¿Nos vendieron a Jimi Hendrix como un yonqui cuando en realidad era un tipo bastante sano y disciplinado? ¿Por que Eddie Vedder es el único del ‘big four’ de Seattle que no se ha quitado la vida? La verborrea extrema de este dúo de artistas deja un rastro de preguntas sin respuesta, de teorías risibles más o menos plausibles. Sin duda, un gran podcast de puro entretenimiento con una sintonía casera increíble y una postproducción impecable, salpicada muy puntualmente de efectos y algo de música.