El constructor

Qué importante es el estilo para todo en esta vida. Muchas veces es tan importante cómo se dice como lo que se dice. El culto a la forma está muchas veces infravalorado, por frívolo, se le achaca superficialidad, como si la belleza no fuera buena en sí misma, como si la estética no tuviera, a su vez, asociada una ética. Por otro lado, asumo que he llegado tarde a "El Constructor", una de las primeras apuestas de Sonora en su lanzamiento, un documental vívido y vivido sobre la corrupción asociada a la construcción en el Levante español durante las décadas prodigiosas de los 90 y los 2000. Emparentado simbólicamente con la magnífica novela de Chribes, "Crematorio", y con la vida y los recuerdos nostálgicos de miles de españoles sobre segundas viviendas en la playa e hipotecas a tipo fijo, "El Constructor" es un relato en la línea de otros podcast de Sonora que hemos reseñado aquí, documental sociopolítico con la mirada puesta en las décadas que van desde el inicio de la transición a nuestros días. Repito: la historiografía reciente de España también será sonora, no solo escrita.

Hablábamos de ejercicios de estilo y de "El Constructor". El podcast es terriblemente original y está construido de forma minuciosa y encomiable. Sin una voz narradora externa y únicamente contando con una selección de más de 80.000 grabaciones telefónicas legalmente obtenidas por la justicia en su investigación sobre Enrique Ortiz, el clásico perfil de empresario dosmilero que tenemos en nuestro imaginario: mediana edad, canalla, con contactos en la política y el poder judicial, etc. Más allá de una cuestión de esfuerzo y reconocimiento a la dedicación del equipo del podcast, escuchando y cribando las miles y miles de llamadas para seleccionar lo más importante, lo que aúpa a "El Constructor" al nivel que termina por lucir es la fluidez, ligereza y, al mismo tiempo, facilidad para la comprensión y para seguir la historia a través de las llamadas. Un trabajo ímprobo de primera categoría para demostrar que los podcast son dignos de estudio y de crítica en secciones como ésta. Toda estética tiene su ética, y en el caso de "El Constructor", lo que empieza siendo un ejercicio narrativo, termina por convertirse en un manifiesto de objetividad sobre un asunto tan espinoso como atractivo, como es del de los prohombres que lideraron el cambio de modelo económico en España en las décadas del cambio de siglo y que impusieron su ley corrupta sobre el trabajo duro y el esfuerzo de miles de españoles.