Perro deseo

El tercer disco de Travis Birds sigue en la línea de los anteriores y, a la vez, rompe con todos ellos. En “Perro deseo” (Calaverita Records, 23) la madrileña presenta once canciones que, de nuevo, se mueven bajo un mismo hilo conductor que en esta ocasión está protagonizado por el deseo. Ha plasmado en cada una de las piezas un deseo personal que ha tenido durante estos casi dos años de composición.

Estos van desde la fama, como se muestra en la inicial “A veces sueño”, hasta la lujuria en “Cuando Satán vino a verme”, pasando incluso por la soledad en esa especie de semibalada que es “Oruga”. En las letras de estas composiciones podemos notar esas referencias a sus pulsiones más íntimas de una forma más clara, marcando una notable diferencia entre el conocimiento que teníamos de su personaje hasta ahora. En este LP se vislumbra una Travis mucho más transparente, lejos de la imagen enigmática y oscura que se percibía en “La costa de los mosquitos” (Calaverita Records, 21).

Pero, a pesar de este marco conceptual, lo cierto es que las canciones poco tienen que ver las unas con las otras más allá de estar unidas por sus propios deseos. Porque, como ya viene siendo tradición en todos sus trabajos, la madrileña ha vuelto a apostar por crear un universo musical para cada tema. De esta forma, no hay un estilo particular que domine el trabajo, dando la sensación de que Birds puede adaptarse a cualquier ritmo que se le pase por delante sin problema alguno. Una diversidad musical que ya poseía anteriormente, pero que ha llevado al extremo esta vez, ya que pasamos de encontrarnos cortes  como “Peligro”, que encajarían en la banda sonora de una película de Tarantino, a toparnos con algunos tracks que beben de mucha influencia musical balcánica, como es el caso de “Mis aires”.

Sea como fuere, la compositora apuesta por arriesgar más en su sonido, acertando totalmente. Y no solo eso, sino que, por primera vez, incluye dos colaboraciones dentro de su propio trabajo. Junto con Depedro han dado forma a una declaración de amor convertida en “Urgente”, mientras que “Grillos” apunta a ser el hit del álbum gracias a ese cálido ambiente que logran crear entre ella y Leiva.

Para poder desarrollar el disco ha vuelto a hacer gala de su mágica voz, que es la principal guía y narradora de “Perro Deseo”. Su nivel interpretativo ha subido un peldaño, logrando transmitir mucho más al oyente las emociones y deseos que está cantando. Y redondea las canciones de una manera distinta a sus anteriores discos ya que, en lugar de contar con un solo productor, en esta ocasión cuenta con hasta cuatro: Tato Latorre, Paco Salazar, Campi Campón y el propio Leiva.

Lo que está claro es que con este nuevo trabajo Travis Birds logra agrandar y consolidar aun más su hueco dentro del panorama nacional. Ya era uno de los proyectos más interesantes desde hace unos cuantos años, pero con este disco provoca que no le podamos quitar el ojo de encima. Habrá que estar atentos a su próximo vuelo.