Sleigh Bells, dúo formado por Alexis Krauss y Derek Miller, presenta su cuarto disco, “Jessica Rabbit”, un enconado esfuerzo para que su discurso musical siga vivo en estos días de fragmentación musical (y de todo tipo). Parece que ya queda lejos aquel “Treats”, su notable disco de debut, y que resaltó mejor que los dos siguientes tanto las virtudes como las pautas estilísticas del grupo. A saber, energía punk, pero entendida desde la heterodoxia de unos Atari Teenage Riot o The Go! Team, donde riffs de guitarra propios del hard-rock (o más bien del noise-rock) se mezclan con baterías sintetizadas y melodías cercanas al pop adolescente (no en vano, la cantante formó parte de un grupo de teen-pop)
Si en aquel álbum las capas de instrumentación de Miller se situaban por encima de la voz de Krauss, en “Jessica Rabbit” la voz de la cantante pasa a un primerísimo primer plano, y se mantiene casi omnipresente a lo largo de los catorce temas del disco. “Just us now” sirve de buena apertura pop, aunque quizá le ocurre lo mismo que a todo el disco: la heterodoxia aquí más que una virtud es un problema, y la voz y el estilo chirriarán al oyente más rockero, y la estructura intricada de las canciones harán lo propio con el más pop. La moneda cae del lado bueno, sin embargo, en “Light Turns Sawdust Gold”, con su cautivadora intro de piano y la intensa voz de la cantante llevándonos por una de las mejores melodías del disco.
Sin embargo, a medida que pasa el disco, y a pesar de los esfuerzos vocales de Krauss, el estilo y la propia complejidad acaba devorando la pegada de las canciones. Así, y a pesar de haberlo grabado en parte junto a uno de los Rey Midas del hip hop y el pop estadounidense, Mike Elizondo, hasta el final del mismo apenas encontramos temas destacables (“I know not to count on you”, el single “Rule Number One”…). Quizás ganará con terceras y cuartas escuchas.
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