Dreams Go

DiscosPoliça

Dreams Go


7 / 10
Fran González — 17-11-2025
Empresa — Memphis Industries
Género — synthpop

“Dreams Go” (25) suena tan literal que hiere. Sin embargo, no había otro título posible para esta suerte de elegía de sintetizador y melancolía rítmica, edificada sobre los vestigios de un fin de ciclo. Un documento sonoro que convive con la pérdida sin rendirse ante ella y en el que su doloroso trasfondo designa irremediablemente el tono. El contexto importa, y es que lo nuevo de los norteamericanos Poliça abraza como seña de identidad el haberse convertido en el último escenario creativo de Chris Bierden, bajista y miembro fundador de la formación, antes de ser diagnosticado de glioblastoma.

Con todo, y a pesar de que el LP incluya las últimas aportaciones de Bierden antes de perder su entera capacidad para tocar, no hay intención expresa por parte de sus compañeros de banda de convertir “Dreams Go” en un disco plañidero, estanco en el lamento y el duelo. Por el contrario, leemos a través de sus ocho canciones la afirmación de que el arte debe continuar, incluso cuando todo lo demás se desvanece, convirtiendo esta transición en un punto de fuga que va más allá de lo terrenal.

Razón por la que, tal vez, la síntesis definitiva del proyecto se nos reserve hasta su último corte, la homónima “Dreams Go”, donde Channy Leaneagh opta por un pop luminoso con matices de R&B y perspectiva halagüeña para cerrar el lance (“I don't waste my time on wishes and hopes / I do what I can till I can't do no more and collapse with the sun”). El tema también se jacta de una nueva claridad tonal que crece más allá de las habituales atmósferas suspendidas en el sonido de la banda, con la vocalista en primera línea respirando entre menos máscaras y revestimientos. Una desnudez buscada que da lugar a momentos de belleza frágil y folklorista, anómalos en el registro de la agrupación y en los que la voz flota apenas acompañada por un hilo instrumental (“She Knows Me”).

Pero Channy, quien demuestra aquí que los quince años de trayectoria de la formación no han pasado en balde, sabe bien cómo defender su rol vertebral en Poliça sacándole partido a todas sus versiones. La experimentación más etérea y el riesgo casi performativo se ponen al servicio de una narrativa del todo existencialista, donde las voces se retuercen entre ecos y percusiones mecánicas (“At least we tried”, repite como mantra en “Li5a”) y una reconocida desidia lo envuelve todo en “Wasted Me”. En última instancia, Ryan Olson y Peder Mannerfelt conjugan una producción entregada al pulso entre la emoción y la máquina, entregando algunas de sus bases electrónicas más vistosas del grupo hasta la fecha (del reggae subvertido de “Wound Up” a una más canónica “Carlines”).

Heridos, pero no derrotados, los miembros de Poliça nos miran a los ojos para preguntarnos a dónde van los sueños cuando estos se disipan. La respuesta llega sin estrépito, como una luz tenue pero obstinada que se cuela entre las ruinas de lo que otrora fue un reino. La evolución se halla ahora en la honra al pasado y en la gratitud a todo lo que ya no está (“Everything we love is gonna start to die”).

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