Los caminos del señor son inescrutables y la carrera de Kanye West también. Quien tiempo atrás superó a Lennon al afirmar que era Jesucristo, ha sufrido una epifanía, y este disco es la banda sonora de este nuevo Mr. West. Un disco breve y conciso como las últimas y brillantes producciones de Kanye para gente como Pusha T o Nas. Once enseñanzas de las virtudes de servir a Dios condensadas en veintisiete minutos. Más cercano a "The Life Of Pablo" que a sus dos últimos Ep’s, West vuelve a dejar claro que no hay siervo del Señor más iluminado sobre la tierra que él. ¿Un disco cristiano de un artista de éxito? Podríamos citar algunos ejemplos, pero hoy nos centramos en West, quien vuelve a ir, una vez más, un paso por delante del resto.
Aquí nos encontramos con rap estratosférico repleto de referencias bíblicas, soul del nuevo milenio con textos tan crudos y sinceros que duelen y gospel futurista que nos muestra las enseñanzas del Nuevo Testamento. La redención del artista llega con canciones que, sin apenas superar los tres minutos, se te graban en el subconsciente como si fuesen salmos. West nos da las herramientas para que encontremos nuestra salvación y nos muestra el camino para acabar cerca de Jesús. “Water” –con Ant Clemons como invitado– fluye para limpiar nuestros pecados; en “Everything We Need” –junto a Ty Dolla $ign y, de nuevo, Ant Clemons– nos aconseja que, en la vida, la prudencia y la humildad son el sendero correcto, y en “God Is” nos prepara para abrazar al señor en un corte en el que lo borda y que haría estremecer a la mismísima Aretha Franklin. Ahora bien, quien busque el flow de siempre de West, lo encontrará en “Selah” o “Follow God”.
Lo cierto es que, en “Jesus Is King”, no sobra nada y utilizar a Yoko Ono o a Kenny G no es más que una muestra de que todos somos hijos de Dios y que, guiados por el camino correcto, toda tierra puede dar su fruto.
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