Pese a los estragos de la pandemia y la incertidumbre letal que está produciendo sobre el directo, da toda la impresión de que en 2021 se está produciendo la confirmación de buena parte del talento emergente de la abigarrada escena londinense, cuyo epicentro está en la sala Windmill Brixton.
Al imponente segundo disco de Shame y el debut de Black Country, New Road -y a la espera de los trabajos de Squid y Dry Cleaning-, ha respondido el también segundo álbum del cuarteto femenino Goat Girl: desde su irrupción en 2018, uno de los grupos más especiales del cada vez más interesante panorama británico. Si su debut era un estupendo y prometedor compendio de garaje pop desaliñado con algunas trazas anárquicas, su segundo trabajo las consolida en la primera división creativa. La naturalidad y humildad de las chicas pueden llevar a engaño en relación a la enjundia de una propuesta repleta de aristas y emociones.
El trabajo del productor y técnico Dan Carey (Kate Tempest, Fontaines D.C.) se antoja clave para que la banda haya plasmado su evolución. En lugar de hacer una fotocopia de su primera entrega, Lottie y sus compañeras se han zambullido en hipnóticos y agridulces paisajes de psicodelia pop, con melodías sublimes, influencias insospechadas de exquisitez retrofuturista (la sombra de Stereolab), bajos y ritmos atemporales y canciones tan sobresalientes como inclasificables: el misterioso single “Badibaba”, “Never Stays The Same”, la contundente “The Crack”, “Where Do We Go” o “Sad Cowboy”, mi canción de lo que llevamos de año, con su epílogo house.
Los sintetizadores analógicos de Carey se integran perfectamente en cada pliegue de uno de esos discos que invitan a descubrir y disfrutar de todas sus capas, arreglos e imaginativos coros, un terreno éste en el que se suele apostar por el subrayado y el tópico. Las grotescas criaturas de la inquietante y a la vez divertida ilustración de portada parecen personificar las amenazas que se ciernen sobre el equilibrio mental en estos tiempos extraños, amenazas que se hacen explícitas en “Anxiety Feels”: es quizá el gran tema de un álbum en el que el potencial del grupo se libera hacia terrenos insospechados.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.