Cold War Kids
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Cold War Kids

3 / 10
Raúl Julián — 03-01-2024
Empresa — AWAL Recordings
Género — Indie pop

Que Cold War Kids no iban a cambiar la vida de nadie ni llegaron a mostrar en ningún momento visos de banda trascendente, es algo relativamente evidente. Y, en honor a la verdad, cabe pensar que esa tampoco sería una obsesión ni el cometido latente en el seno de la propia banda norteamericana. Lo que resulta más difícil de asimilar es que un grupo que en su momento dejó discos decentes como fueron “Robbers & Cowards” (Downtown, 06) o “Loyalty To Loyalty” (Downtown, 08), haya terminado derivado en el pastiche de tópicos evidentes que es “Cold War Kids” (AWAL, 23).

Un trabajo de difícil digestión, protagonizado en exclusiva (y con pulso comatoso) por ese tipo de indie-pop inofensivo y con frecuencia pretencioso, de aspecto extremadamente suave que intentan disimular (o quizá precisamente potenciar en una maniobra ininteligible) con alguna que otra línea de guitarra y generosas cucharadas de épica y grandilocuencia. El resultado es una empalagosísima amalgama de canciones que se hace bola antes siquiera de alcanzar la mitad del elepé.

Es la fuerza desalentadora de piezas como “Run Away With Me”, “Double Life” o esa “Another Name” que pretende emocionar y potencia la lágrima... de pura impotencia. A partir de ahí, el descalabro se confirma con clones del tipo de “Sunday In The City”, la sobadísima “Empty”, “Braindead Megaphone”, o una “Blame” es la que juegan a ser The Killers (y que casi hasta podría ser lo más salvable del lote), hasta llegar a la final “Starring Role” con definitivo agotamiento.

“Cold War Kids” es un disco aburridísimo, previsible desde la segunda canción y que alberga unas ínfulas considerables amén de definitivamente alejadas del poder de convicción de las mismas composiciones. Un contenido del todo sobreproducido, en una maniobra que persigue la aceptación del público generalista y que, a medida que avanzan los minutos, se hace cada vez más cuesta arriba. Un despropósito, en definitiva, que se acerca sin disimulo al mainstream y que, por el camino, invita a desechar la pista de la formación californiana de forma definitiva.

 

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