Balance, Not Symmetry
Discos / Biffy Clyro

Balance, Not Symmetry

7 / 10
Luis Benavides — 21-05-2019
Empresa — Warner Music Spain
Género — B.S.O.

Después de un álbum doble, un disco en acústico para la MTV como sus adorados Nirvana y salirse del guión con un disco de pop grandilocuente con sonidos electrónicos (tan controvertido) como “Ellipsis”, los escoceses Biffy Clyro necesitaban nuevos desafíos. No querían repetirse y, sobre todo, no querían aburrirse. Esa motivación extra, tan necesaria después de más de dos décadas en activo, la encontraron en la composición de la banda sonora de una película que todavía no había sido rodada.

El filme en cuestión lleva el mismo título, "Balance, Not Symetry", y la dirección corre a cargo de Jamie Adams (quien ha demostrado su fascinación por la música en películas como “Songbird” y “Jolene: the Indie Folk Star Movie”). Otra película sobre amores imposibles, dicen, pero desde el punto de vista femenino. La pérdida también juega un papel fundamental, pues la protagonista, una joven estudiante de arte, sufre la muerte repentina de su padre. El líder de Biffy Clyro, Simon Neil, también es responsable del guión. Y aquí merece la pena recordar que “Puzzle”, el aclamado cuarto trabajo de la banda, está marcado por el deceso de la madre de Neil. Las canciones le ayudaron, ha explicado en alguna ocasión, a digerir esta dura situación y seguir adelante.

¿Podemos hablar de este "Balance, Not Symetry" como su octavo trabajo de estudio? Después de darle unas cuantas vueltas al disco, me decanto por el sí. Dejando de lado unos pocos interludios y cortes instrumentales de bella factura (“Pink”, “Navy Blue”, “Yellow”), Neil y los gemelos James Johnston y Ben Johnston firman un buen puñado de temas marca de la casa. Solo hay que escuchar el adelanto homónimo, encargado de abrir esta singular banda sonora con esos gritos y esas guitarras explosivas tan características, para darse cuenta que hará las delicias de sus seguidores más exigentes.

Entre los 17 cortes encontramos la juguetona “All Singing And All Dancing”, que encajaría de maravilla en cualquiera de sus últimos discos; la balada “Touch”, con el potencial de la recordada “Many of Horror”; los coros infinitos de “Colour Wheel” y la innovadora “The Naturals”, con inicio acústico y un final de infarto casi sinfónico. Los de Kilmarnock no se están de nada, y beben de influencias muy diversas, algo que ya demostraron en su último trabajo de estudio. En su dieta actual no solo hay rock duro, aunque en temas como “Sunrise”, “Plead” y “Tunnels and Trees” nos regalen riffs de hormigón armado con ecos al AOR de los ochentas. Y por si alguno se queda con ganas de más caña, el trío ya ha anunciado que unos meses sacarán un nuevo trabajo de guitarras convencional, si podemos decir algo así de una banda tan extraordinaria como Biffy Clyro.

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