Barro
DiscosAlberto & García

Barro

8 / 10
David Pérez — 17-11-2025
Empresa — Boomerang Discos
Género — Canción

Estamos de enhorabuena, Alberto & García reaparecen con su sexto trabajo, “Barro” (25), bueno, en realidad no están de vuelta, porque para algunas y algunos la aguja de nuestro tocadiscos nunca dejó de girar del todo alrededor de “La herida” (23) en llamas, disco anterior del que aún nos cuesta separarnos y con el que han estado girando hasta hace días. Pero toca cambio de surcos y los perretes de la preciosa portada (perros de los miembros del grupo, incluida Rufa, que se nos fue, pero sigue con nosotros) nos marcarán el camino al son de trece artesanas, luminosas, pegadizas y sentidas canciones pop, rebosantes de matices e influencias sonoras en la que, de nuevo, alcanzan cimas compositivas, instrumentales y líricas, con la naturalidad de su propio respirar. Un disco para, como dice el propio Alberto, “salir del barro o revolcarse felizmente en él, como un perro”. A ello vamos.

El galope hacia delante, el querer tirar por la borda todas las preocupaciones, “que todo sea como en el cine” y “bailar hasta la muerte” comienza con “Camaleón” y “Capital”, desplegando melodías sanadoras de mil colores, pausando todo estrés y arrojando luz entre las grietas, “volando todos los puentes, empezando de cero y reuniendo a los valientes” con el sol bajo los pies en cada nota, cambiando lo que nos duele, como el camaleón la piel. Y si ya estamos en sus redes, nos cae del cielo una de esas canciones made in Alberto & García que “iluminan todo el valle” y se te queda pegada en el pecho como salitre a la piel: “Voy a ver si hoy por fin puedo encontrarte / y que caiga un meteorito y nos lleve por delante”. Una base rítmica con pulso rock en la que nos montamos sin pensarlo, como un mágico tren de mercancías que deja atrás todos los nubarrones habidos y por haber, con una encadenación de versos al alcance de pocas bandas. “Que los ojos que ahora miro nunca dejen de mirarme, / que cualquier caballo herido sea sangre de mi sangre”.

Tras ese “Meteorito” que se convirtió en bola de baile sobre nuestras cabezas, ya no hay tregua posible y la balacera de hits instantáneos es continua, ya sea con dos colaboraciones en las que la alquimia sonora es total: la bellísima “13” con Quique González, en la que no hay escapatoria posible ni queremos que la haya, o en la cadencia y dulce vaivén de esa “Tonada del bosque”, donde “no hay atajos y sí una flecha que se va clavando”, con el aroma porteño de Guada como compañera perfecta de viaje. Y es que estamos ante uno de esos discos que debería de recetar para diario el médico, el chamán, la profesora y el tendero del barrio. Trece deliciosas canciones en las que The Beatles y Beach Boys siguen resonando en las personalísimas cuerdas vocales de Alberto, con el grupo al completo fusionando y haciendo suyos los sonidos latinoamericanos y cumbias a fuego lento: de la selvática “Gengis Kan” con la banda encendiendo una vez más el volcán, a la brisa de esa “Procesión” que no nos deja tocar el suelo, pasando por las ultra pegadizas “Pañuelito blanco” y “Calavera”, en la que es imposible no caer en un repeat infinito, con el hechizante saxo (omnipresente) de Manuel haciendo de las suyas. Y aunque no hay canción que no brille hasta llegar a esa despedida perfecta, entre bolero y bossa, en la que echamos a volar el dolor por la ventana del balcón (“C’est fini”), me van a perdonar, pero muero con ese “pasodoble” titular, “Barro”, que habré escuchado un número sonrojante de veces y que seguiré aumentando la cifra con total seguridad, desde ya una de mis canciones del año. Por favor, por vuestro bien y el de la humanidad, escuchen Alberto & García, saldrán del barro con una sonrisa y se revolcarán en él una y otra vez.

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