JON SPENCER BLUES EXPLOSION

JSBX tocaron en la noche rockera de las tres que el circo MTV programó para festejar que venían a dar la brasa a Barcelona con esos premios que a ninguno nos importan. Pasé gustosamente de Sidonie, tuve la desgracia de tragarme a The Libertines y, cuando Dover saltaron a escena, yo (como buena parte de los asistentes) ya estaba enfilando pa’ la camita. Y lo hice con una sonrisa en la boca, por haberme quitado la espina del anterior (y único) show que había visto de la Blues Explosion. Sí, fui un capullo al perderme ese histórico show en Bikini (si estuviste, felicidades). Ni la previsible crónica de mi cronista favorito pudo aguarme la fiesta; esa noche, ahora que tanto se maneja el palabro, fue rock’n’roll. Un show contagioso, exagerado, tópico, excitante, histriónico, caótico, grotesco, básico, crudo, directo, hipnótico... Me la trae al fresco que Spencer, Bauer y Simins lleven años haciendo lo mismo; lo hacen bien, se lo creen y saben cómo venderlo. Daba gusto ver a los púberes seguidores de las hermanísimas Llanos flipando en colores con los sudorosos aullidos de Spencer; saltando por los aires con cada arranque propulsado por ese enorme baquetero que es Simins; y estallando en aleluyas en el breve espacio que dejaban entre tema y tema. Yo disfruté, Xavi Llop disfrutó, y juraría que incluso el incólumne David Broc vibró debajo del camuflaje de rock critic distante. Sus fans volvieron a pedirle a gritos el mítico “Bellbottoms”, pero el afortunado esposo de Cristina Martínez (todas las fashion girls presentes deberían haber tomado nota de lo que es el verdadero glamour) se lanzó a barraca de la mano de un set-list que picoteaba entre su temario del 94 para adelante, creando un aplastante combinado de blues-rock-punk cien por cien Blues Explosion que me la mantuvo (bien) morcillona tras el empalme del principio del show (quince minutos que tardaré años en olvidar). Ahora mismo, en disco me quedo con Danko Jones; en directo, quién me lo iba a decir, ya no lo tengo tan claro. Maestro.