Gogol Bordello llevan más de veinticinco años girando casi sin parar, pero siguen tomándose cada actuación como si fuera la última. Ante una sala llena, y con muchas ganas de verlos, estos siete personajes no pararon quietos ni un momento, moviéndose en sincronía, atosigando al público y con el carismático Eugene Hütz como maestro de ceremonias. Fueron dos horas de arrollador punk rock sustentado por esos aires gipsy balkan, que marcan el violín y el acordeón, y son la mezcla perfecta para dejarse llevar por la fiesta y vivir la alegría de momento. Aunque sus letras rebeldes, que animan a la lucha y la resistencia, tratan también sobre la búsqueda de identidad y la libertad personal en un mundo restrictivo.
Su setlist fue un repaso anclado en la primera parte de su carrera, pero con algunas sorpresas. Así que el concierto lo abrieron con “Sacred Darling”, tema de su primer disco “Voi-La Intruder” de 1999. Sirvió de precalentamiento para una acelerada “I Would Never Wanna Be Young” con la que la sala se empezó a remover. Y aunque Eugene dice que sus textos no son autobiográficos, aquí habla de un ucraniano de familia medio rusa y medio gitana que llega a EEUU y tiene que salir adelante sin tiempo a lamentarse. Algo que hizo él cuando llegó a Nueva York con 18 años. Con la infalible “Not A Crime” (un canto a la libre decisión personal, ya sea de genero, sexo o drogas), el himno “Immigrant Punk” (sobre las vivencias de un emigrante gitano y punk en Nueva York), y tras la coreada “Wonderlust King” (uno de los temas que mejor definen musicalmente su folk-punk), llegaron los primeros pogos.
Sorpresa cuando atacaron el “Fire On Ice Floe”, una invitación a bailar alrededor del fuego a ritmo de ska (acelerado), porque salieron las dos vocalistas de Puzzled Panther (grupo neoyorquino que también incluye al propio Eugene y a Brian Chase de Yeah, Yeah, Yeahs) y hasta el escenario se convirtió en un torbellino de movimiento. Después ya se quedaron para ese tema que han compuesto a medias, “From Boyarka to Boyaca” y que hace mención al lugar ucraniano de origen de Eugene y al de una de las cantantes de Puzzled Panther, la región colombiana de Boyaca. Una celebración de las fusiones culturales entre emigrantes que empezó tranquilo para explotar al final.
Destacar la adrenalínica “Immigraniada”, un grito de guerra para todos aquellos que han sido marginados y oprimidos, que Eugene dedicó a la familia ucraniana y palestina y también a los Che Sudaka que andaban por la sala. Aunque después fue aún más incendiario el “We Mean It, Man”, uno de sus últimos temas editados y que fue gritado más que cantado.
El tramo final arrancó con Eugene a la guitarra recordando el “Desaparecido” de Manu Chao, que empalmó con su emblemático “Start Wearing Purple” y que se convirtió en un eufórico karaoke comunitario. Al igual que el “Pala Tute” dedicado a la vida nómada gitana. Pero el momento más emotivo fue con “Solidarity”, versión de los ingleses punks antifascistas Angelic Upstarts, un himno para la lucha obrera que reivindica el orgullo de clase, aunque con algún cambio en la letra (“mientras el pueblo de Ucrania lucha por tomar posición... tu amigo se convierte en tu hermano y el tirano nunca se saldrá con la suya) y que se llevaron a su terreno folk punk.
Ya para el bis, Eugene, de nuevo sentado y a la guitarra, se marcó un guiño a “La Leyenda del Tiempo” de Camarón, al que pidió perdón, y que unió a la acústica “Alcohol”. Aparición de nuevo de las Puzzled Panther para atacar un eléctrico “Wataka!”, un tema propio. El final fue frenético con “Undestructable” en el que incluyó un fragmento del T.V. Eye de The Stooges. En su letra llama a abrazar la vida con su caos y belleza, donde el arte y el amor son inquebrantables. Con ella dejaron al público rebosante de energía. Pero lo suyo no es entretenimiento vano, es puro ritual pagano que celebra la vida, la diversidad y el poder de la música para unir a las personas.
No podemos olvidar el grupo que calentó el ambiente antes de ellos Split Dogs. Procedentes de Bristol ofrecieron un enérgico directo cargado de puro punk rock con una vocalista de magnética presencia.
PD: Si me lo permiten me gustaría dedicar esta crónica a un buen amigo músico que falleció recientemente y que hubiera disfrutado como el que más en este concierto, Sergi Cochs. ¡Va por ti amigo!.

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