Dinosaur Jr., rictus inmutable
Conciertos / Dinosaur Jr.

Dinosaur Jr., rictus inmutable

8 / 10
Javier Pulido — 10-02-2010
Empresa — Last Tour
Sala — Heineken
Fotografía — Juán Pérez Fajardo

Puede que nadie diera un real por el regreso de Dinosaur Jr., pero su resurrección nos ha deparado dos discos, el rocoso “Beyond” y el excelso “Farm”, que nada tienen que envidiar a las obras que firmaron juntos Mascis y Barlow antes de partir peras. Con semejante material, y unas selectivas y acertadas miradas atrás, lo tienen todo a favor para dar conciertos memorables. En Madrid vencieron, sin arrasar. Seguramente no ayudaran los excesivos parones entre canción y canción, con minijams incluidos, y la pachorra congénita de J. Mascis, con ese rictus inmutable de empate a cero, que seguramente preferiría estar en casa jugando con las seis cuerdas que ejerciendo de improbable estrella del indie-rock. Claro que cualquier objeción se va al garete cuando, parapetado por hasta tres torres de amplis Marshall, se entrega a esos solos de guitarra guarros, kilómetricos y geniales que se han convertido en marca de fábrica de los dinosaurios. Es entonces cuando, secundado por un entregadísimo Barlow y un solvente Murph, consigue sacar magia de esa atronadora bola sónica que son, siempre han sido, los conciertos de Dinosaur Jr., y ya poco importa que suenen las nuevas “Pieces” y “Been there all the time” o los guiños a su primer material, porque todo suena igual de emocionante y contundente. Claro que es tanta la intensidad con que se aplican de principio a fin, a pesar de que el destartalado himno “Freak Scene” ejerza de necesario desengrasante, que a la hora y media la bola de sonido comienza a hacerse tan pesada que cuesta digerirla. Y entonces se van a la francesa con su cruda versión de “Just like heaven” y el público, satisfecho y empachado a partes iguales, prefiere no pedir postre. Algunos, esos sí, hubiéramos querido que Lou Barlow, que ejercía de telonero endogámico para la ocasión, estirase su pequeño y emotivo set, en el que recuperó joyas como “Too pure”, de su mejor época al frente de Sebadoh.

2 comentarios
  1. sheen permiso 27 marzo, 2015

    faltaron dos temitas más, por ejemplo the wagon....pero...
    Pulido, acertada crónica

  2. I like your analogy. I had a facbooek "friend" post the Athiesm quote and when I responded to it with something of the same analogy as yours she promptly deleted me. I guess the truth does hurt...

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