Fet a Barna
ConciertosCruïlla Festival

Fet a Barna

8 / 10
Miguel Amorós, Joan S Luna y Don Disturbios — 14-07-2025
Fecha — 12 julio, 2025
Sala — Parc del Fòrum, Barcelona
Fotografía — Cedidas por la organizacíon

El Cruïlla celebró por todo lo alto la 15a edición del festival, demostrando una gran capacidad de reacción y profesionalidad, al sobreponerse al amago de gota fría que el sábado provocó un retraso de tres horas en la apertura de puertas del evento. Un intenso chaparrón que, por fortuna, no descargó en la ciudad de Barcelona, con lo que pudimos disfrutar sin incidentes de la cuarta jornada, con el único contratiempo de la reubicación en los horarios de los grupos y alguna cancelación como la de los Hermanos Gutiérrez y Maika Makovski. Poca cosa si tenemos en cuenta el daño que sí hizo la tormenta a tan solo cincuenta kilómetros de Barcelona.

Por lo demás, el Cruïlla es un festival que sabe sacar el máximo partido a la comodidad del recinto urbano en el que se ubica y que se ha acabado convirtiendo por méritos propios en la gran fiesta estival de los catalanes. Se nota que, a diferencia de otros eventos, los foráneos son minoría y que las canas conviven en armonía con los cuerpos más jóvenes. Una amalgama de lo más variopinta atraída por el cartel, pero también por el acontecimiento en sí mismo. Ese que siempre ha apostado por una variedad de lo más ecléctica, que al final ha acabado por convertirse en la principal seña de identidad del festival.

Vayamos por tanto y sin más dilación a analizar, no todos, pero si una gran parte de los artistas que participaron en esta edición en la que destacaron varios nombre propios.

Jueves, 10 de julio

Mr. Kilombo
Aunque pudiera parecer que su propuesta con letras personales y cercanas se aprecie mejor en salas, Mr. Kilombo ya ha demostrado sobradamente que también lo hace en festivales. Y a pesar de tocarle abrir la tard del viernes, su show funcionó a la perfección. Eso sí, después de afirmar que ese era el escenario más grande en el que había tocado, se bajó de él y cantó “Ambivalencia” entre el público. Después compensó la intimidad con las fiesteras “Quédate a mi lado” o “Reconciliarme con el amor” con la colaboración de Guiu “El Niño de la Hipoteca”. Después de reclamar “Palestina como estado libre” se fue con “Invencibles” y con una buena multitud coreándola. Miguel Amorós



Seu Jorge
Curioso ver que, aunque las estrellas del jueves eran Fermin Muguruza y Sex Pistols, había una buena cantidad de brasileños cantando las canciones de este cantante, compositor y actor de Río de Janeiro. Ha visitado varias veces la ciudad, pero esta vez llegó con tremenda banda de hasta nueve músicos. Espectaculares los tres vientos que se movían constantemente para enfatizar las canciones y resaltar la profunda voz de Jorge. Con el recién editado “Baile à la Baiana”, que define perfectamente su idea, su concierto fue una constante incitación al baile. Desde las irresistibles “Sim mais” empalmada con “Sábado à noite”, se impuso ese ritmo entre carioca y bahiano y esas constantes invitaciones a mover los brazos arriba. Para placer de sus fans cayeron todos sus clásicos, “Carolina”, “Amiga da minha mulher”, “Burguesinha” o “Felicidade” y él halagó a la Barcelona “bacana”. Cerró con una versión acelerada y dinámica del “Mas que nada” del gran Jorge Ben Jor. Siempre está bien reconocer a los maestros. Miguel Amorós



Fermin Muguruza
  - Foto de Xavi Torrent

Fermin Muguruza

Si en sus conciertos de casi tres horas no había momento de calma, al reducirlo a hora y media, no hubo compasión. Fue tema tras tema para cantar y moverse sin parar. Tras el consabido “Maputxe” de fondo y en que apareció la banda, salió el comandante y se puso al frente con camiseta del “Bank of Palestine”. Abrió con “Urrun”, se dirigió al público en catalán, lanzó un grito contra los negacionistas: “Aneu a cagar a la puta via!” y todo se revolucionó con “Hay algo aquí que va mal”. Y ya no paró. Desde “La línea del frente”, uno de los temas favoritos de Fermin Muguruza, con una Miriam “Matah” demostrando su poderío a las voces, hasta “A la calle”, fue una sucesión de temas coreados a gritos por el público. Creo que pocos han hecho tanto por dar a conocer el euskera como Fermin. Un ejemplo, el “Zu atrapatu arte”, para el que llamó a Juanra de Kop al escenario, y generó un torbellino de gente cantando y bailando. Tras la defensa de bandas como Kneecap o Bob Vylan por su persecución tras actuar en Glastonbury, no podía faltar en este akelarre antifascista el “Yalah Yalah Ramallah!” con el público agitando banderas palestinas. Imaginen el “Sarri Sarri” para la despedida. Tembló el Forum. Miguel Amorós



St. Vincent
Prometo que todavía estoy intentando discernir qué demonios quiso hacer Annie Clark durante su híper vitaminada actuación en el Cruïlla. Uno de esos bolos que ofrece muy pocas concesiones a los que desconocen tú música, pero que desconcertó también a los que la seguimos de cerca. Y todo por culpa de una actitud excesivamente teatral, en la que uno no era capaz de discernir si iba algo perjudicada por el alcohol, o formaba parte de su desfase interpretativo a la hora de mostrar su faceta más sensual, incluso cómica. Y es que una cosa es inspirarse en maestros de lo escénico como Bowie o David Byrne y, otra muy distinta, caer de lleno en el exceso, elevando la pose ROCK hasta lo caricaturesco. Don Disturbios 


Goran Bregović
Desde hace años su nombre es sinónimo de fiesta y lo volvió a ser. Cierto es que se repite en sus actuaciones, pero es que en un festival como el Cruïlla resulta fácil dejarse llevar por su espectáculo. Con su banda de bodas y funerales reducida, solo ocho vientos, un percusionista y dos voces búlgaras, su repertorio resultó infalible. Ver como la gente se removía con su “Kurve Tuke” o el “Gas Gas” desde la grada del escenario “Vueling”, era una diversión y una invitación a sumergirte entre el público. También hubo momentos emotivos con “Ederlezi” o “In The Death Car” (que grabó junto a Iggy Pop). Justo el reposo necesario porque Goran Bregović soltó que “If you don't go crazy you're not normal” y se desató con el “Bella Ciao” y el obligatorio “Kalasnjikov”. Demoledor. Miguel Amorós

Sex Pistols Feat. Frank Carter
John Lydon –o Johnny Rotten, como prefieran– siempre ha sido un bocazas, quizás ahora más incómodo que nunca por la deriva que ha tomado. Pero lo suyo siempre ha sido tocar las narices. Lleva toda la vida haciéndolo y, cuando visitó Barcelona en 2008 al frente de Sex Pistols, no fue una excepción. Frank Carter es otro tipo de frontman. Es uno de esos tipos que, fuera con Gallows, Puro Love o con Rattlesnakes, siempre han estado acostumbrados a compartir el sudor con las primeras filas de las salas en las que tocaban. Formas de entender el punk muy distintas, la del uno y la del otro. Y lo cierto es que, a día de hoy, Carter encaja mejor en los Pistols de lo que lo haría Lydon. Más que nada porque Steve Jones, Glen Matlock y Paul Cook ya no están para destripar, ni para pegarse de hostias con nadie –¿puede que, como mucho, con el propio Rotten?–. Ahora tocan mejor, se mantienen firmes, pero necesitan a alguien que intente que sus conciertos no se conviertan en puro trámite aportando unas dosis de energía que ellos alcanzan solo puntualmente en algunos momentos del show. Así que la cosa funciona más o menos bien para una banda que, en realidad, debería haberse autodestruido hace ya muchos años. Y es que, no nos engañemos, ser punk más allá de los sesenta no es algo que a nadie le apetezca ser. Por eso “Holidays In The Sun”, “Pretty Vacant”, “Bodies”, “God Save The Queen” o “Anarchy In The U.K” suenan a día de hoy casi a rock clásico. Quizás el comentario suena mal, pero a unos tipos con la edad de mi padre tampoco puedo pedirles que escupan sobre su tumba. Joan S. Luna



Sandra Monfort
A pesar de coincidir con Sex Pistols, la carpa Vichy Catalán estaba repleta para ver a la valenciana. El dejar Marala cuando más éxito tenían, ha sido un acto valiente y que también les ha permitido buscar su propio camino a cada una de ellas. La propuesta de Sandra Monfort sigue arraigada a la tradición y con letras apasionadas, pero con un pie en la vanguardia y la experimentación. Acompañada por dos teclistas, con sus maquinas, y un batería que estaban situados detrás, ella tomó el escenario para moverse libremente y a veces armada de guitarra eléctrica. “Pecat mortal”, “Bandida”, “Fantasy” o “La Seducció” son muestras de esa originalidad y convirtieron la carpa en una autentica disco. Destacar sus mensajes contra el patriarcado y a favor de que se contraten más chicas en todas las facetas que afectan a los festivales. “Estic antiquà” con la ayuda de Selma Bruna acabó de encender la carpa, subrayando que merecía un escenario mayor. Miguel Amorós



Viernes

, 11 de julio

el nido
Alguien tiene que abrir los festivales, pero si un grupo empieza a las 18:15 las puertas deberían abrirse mucho antes de las 18:05, y más con las colas que se forman para entrar. Pese a ello el nido lo dieron todo ante los cientos de valientes acólitos que reunieron. Desde la primer vez que los vimos han ganado en resolución en el escenario y se mueven con gracia y alegría para transmitir no solo con las canciones. “Saltar”, “Dejarse caer” o “De corazón” suenan cada vez mejor y amplían el espectro folk de sus inicios. Pero sin olvidar sus orígenes. Lo demostraron con la recuperación del tema “Somos castellanos” del grupo Orégano. También con “El castañero”, porque se bajaron del escenario y lo cantaron entre el complacido público armados simplemente con panderos cuadrados, lata de pimientos y sus voces. Cercanos y vibrantes. Miguel Amorós

Africa Express
Cuando actúa con Africa Express, Damon Albarn, ya saben el líder de Blur y Gorillaz, pide que no le presten más atención que al resto de sus compañeros. Pero, puedo asegurarles una cosa, ese comentario no es necesario, porque al final en los conciertos de este colectivo multiracial y multicultural Albarn se convierte casi en una suerte de Wally. Porque aparece y desaparece tanta gente del escenario que los inputs son constantes y más ricos que fijar la vista sobre el británico. “Bahidorá”, el nuevo disco de Africa Express, contiene veintiuna piezas, parecen muchas, pero por el escenario pasaron más de veintiún músicos, o poco faltó. Y aunque escuché repetidamente esas canciones recién publicadas antes de acercarme a verlos, casi que lo que menos me impactó fue el repertorio. Un repertorio demasiado desigual para que aquello se aguantase estrictamente por las canciones. Pero el paseo por el mundo que nos ofrecieron tuvo otro valor, el ver que aquella canción que cantaban War en 1975, “Why Can’t We Be Friends?”, ya ha obtenido su respuesta. Aunque medio mundo odie al otro medio, tenemos la suerte de que existan aventuras en el mundo de la música en las que La Bruja de Texcoco, Jupiter & Okwess, Luisa Almaguer –fantástica al atreverse con el “Teardrop” de Massive Attack-, Instituto Mexicano del Sonido, Imarhan, Joan As Police Woman o Moonchild Sanelly –un auténtico torbellino sobre el escenario– puedan compartir escenario e intentar crear algo especial. Lo consigan o no, en el acto está el valor. Joan S. Luna

Ben Harper - Foto de Christian Bertrand

Ben Harper & The Innocent Criminals
Impecable. No cabe otro calificativo a la hora de calificar la actuación de Ben Harper y su inmaculada banda. Y es que en todo momento dio la sensación de que el estadounidense ha alcanzado ese punto vital en la que ya todo te da un poco igual y no estás pendiente de seguir agrandando tu estatus o incluso si este se resiente por el desgaste de los años. Se nota que lo importante ahora es hacer un ejercicio de lo más honesto de lo que es desplegar tu estilo a lo largo de las diferentes texturas de tu música, pasando sin esfuerzo del reggae (Finding Our Way) al medio tiempo soul (“Diamonds On The Inside”) ya sea de pie, sentado (“Say You Will”) o dando espacio al resto de tu banda para que dejen constancia también de su pericia instrumental. Lo mejor que se puede decir de su actuación es que nos quedamos con muchas ganas de más. Don Disturbios

Mikel Izal
El navarro Mikel Izal llegó al Cruïlla con su gira “El miedo y el paraíso” y volvió a ser bien recibido por la enorme cantidad de público que abarrotó la pista de su escenario. De nuevo con un espectáculo visual y musical muy cuidado (¡y a gran volumen!), basado en su primer disco en solitario y que da nombre a su gira. Un trabajo en el que muestra de forma sincera sus dudas, alegrías y penas. Al grito de “Esta noche será increíble y pondremos luz a la oscuridad” empezaron con “El Miedo”, el primero de los cuatro capítulos en los que dividió su concierto. Cada uno de ellos abierto con un tema de su disco (“El Grito”, “La Fe” y “El Paraíso”), pero completado con canciones de su anterior banda. Así que sonaron “El Baile”, “Pequeña Gran Revolución”, “La mujer de verde” o “Copacabana” para satisfacción de todos sus fans, que fueron muchos. Miguel Amorós

Maria Jaume
La mallorquina Maria Jaume tardó un poco en poner a bailar a la abarrotada carpa del Cruïlla pero, una vez se puso manos a la obra, aquello acabó por convertirse en una autentica fiesta. “Trista a Miami” fue el pistoletazo de salida de esta segunda mitad en la que la electrónica dance hizo acto de presencia en temas muy efectivos como “Mon Cheri Go Home”, mientras el reguetón también reclamó su protagonismo con una sensual y cimbreante “Mâgia Obscura”. La duda es saber cómo se desenvolverá su propuesta en escenarios más grandes, donde su correa de transmisión, basada en esa sensualidad entre picarona e inocente, será más complicada de ejercer. Don Disturbios

The Messthetics & James Brandon Lewis
Una cosa que tiene el jazz, género al que no suelo prestar la atención que requiere, es que es uno de esos estilos que nacieron para el directo. Sí, hay centenares de obras maestras grabadas en estudio, pero su verdadera razón de ser es tocarse en un escenario, metérsenos por todos los orificios del cuerpo y fluir hasta el cerebro. Y ahí generar una suerte de big bang emocional que resulta difícil de describir una vez se ha sentido. Y eso es lo que consiguen los miembros de Fugazi Joe Lally al bajo y Brendan Canty a la batería, junto a su compañero en The Messthetics Anthony Pirog a la guitarra y su amigo James Brandon Lewis al saxofón tocando juntos. Posiblemente jamás hubiese escuchado a James Brandon Lewis de no ser por haberse juntado con The Messthetics, por mucho que su discografía sea mucho más amplia, pero me alegro mucho de haberle dedicado el tiempo que le dedicado a su trabajo conjunto, sobre todo porque gracias a ello no fui de quienes se equivocaron y eligieron a otros artistas esa noche en lugar de a ellos. Joan S. Luna

Leon Bridges
Pese a su nombre, el texano se dejó los rugidos en casa y planteó un concierto plagado de tonadas de baja intensidad en la que se dedicó al ronroneo gatuno de una garganta que se intuye espectacular, pero poco aprovechada. Y es que da la sensación que Leon Bridges actúa, en cierta medida, con el freno de mano puesto. Como si no quisiera que las comparaciones con grandes figuras del soul sureño como Otis Redding fueran todavía mas recurrentes. No cabe duda de que todo sonó impecable y que no escatimó en temas claves de su trayectoria como “Coming Home” o “Texas Sun”, pero la sensación de que puede dar mucho mas de lo que ofrece perduró junto a la última nota suspendida sobre la larga noche del Fórum. Don Disturbios

Thirty Seconds To Mars
No son el grupo más grande del universo. No lo serán porque sus temas suenan a muchas cosas y siempre me ha resultado difícil delimitar las líneas de su propuesta. Pero Jared Leto sabe que sus canciones son ideales para corearse en festivales –con todos sus uh uhs y sus oh oh ohs– y que, cuando está en el escenario, ese magnetismo que puede tener como actor se convierte en otra cosa. Consigue que le veamos como alguien mucho más cercano, aunque los efectos del show a veces le conviertan solamente en un pequeño punto en la inmensidad mientras las llamas y las proyecciones lo abrazan todo. Pero tan pronto suenan canciones como “Kings And Queens”, “Up In The Air” o “This Is War” una se olvida de que el mundo sigue rodando, pero también entiende los motivos por los que Thirty Seconds To Mars nunca serán el grupo más grande del universo. Mercè Gutiérrez.

L’Impératrice

Hay grupos que funcionan a la perfección en los festivales. L’Impératrice es uno de ellos. A esas horas en que el público lo que quiere es fiesta, este grupo francés, vestidos de uniforme con luz incorporada, se convirtió en el ideal. Cierto que no hacen nada nuevo, pero lo que hacen lo hacen perfecto. Ellos lo llaman “sophisti-pop”, que no es más que nu-disco mezclado con funk y mucho groove, eso sí, con su elegante french touch. Como en el tema “Danza Marilù” para mover caderas pero sin romperse. Aunque para acabar hicieran una versión tremenda del “Aerodynamic” de sus compatriotas Daft Punk para deleite de los muchos que disfrutaron de su propuesta. Miguel Amorós



Sábado, 12 de julio

León Benavente
Infalibles. Así se muestran León Benavente allá donde les llaman con sus canciones eternas. Y, para más inri, son uno de esos grupos que saben adaptarse a la perfección al formato festi, al elegir el repertorio preciso que mejor le sienta a los recintos más grandes. Temas como “Nada”, “Ánimo Valiente”, “Baile Existencialista”, “Ser Brigada”, “En el Festín” o “Ayer salí” se convierten en auténticos himnos de los que se corean a pleno pulmón a la par que se bailan, se saltan y también se piensan. Su deriva electro de los últimos años los ha revitalizado hasta tal punto que hasta las canas se peinan para ser jóvenes, y resulta sencillo poner a bailar a todo el mundo hasta -en este caso- el anochecer. En definitiva, un nuevo triunfo y van... Don Disturbios

León Benavente - Foto de Víctor Parreño

Kraak & Smaak
Si a alguien se le ocurre montar un festival con el nombre de “Para no parar de bailar”, Kraak & Smaak deberían estar ahí. Bueno, también otras bandas que han tocado en este festival como L’Impératrice o Crystal Fighters, por poner dos ejemplos. En particular estos holandeses llevan un par de años celebrando su veinte aniversario y aún siguen de fiesta. Y esa fiesta de los maestros del nu disco, el funk o el house, la trajeron al Cruïlla donde no pararon de interaccionar con un público que no solo se movía en la pista, sino que en las gradas se bailaba como si fueran pódiums de una discoteca. Nacieron como trío, pero para los directos se acompañan de la apasionada Berenice Van Leer a las voces y del multiinstrumentista y también cantante Ivar Vermeulen. Temas como “Squeeze Me” o “Plastic People” sembraron la locura. Advirtieron que para noviembre estarán de nuevo en Barcelona. ¡Que siga la fiesta! Miguel Amorós

Merina Gris 
Se pongan o se quiten la máscara, la sensación de que Merina Gris no es un grupo fácil de asimilar se mantiene. Da igual que fichen por Sonido Muchacho que su postura raruna perdura y se mantendrán a su bola sin dar muchas concesiones. Y como muestra no un botón sino toda una casaca sonora, como la que se sacaron de la manga en un bolo intenso, apabullante y duro como pocos. Actuación que funciona mucho mejor en una carpa nocturna para un millar de personas que sobre un escenario grande a las siete de la tarde. Su intensidad electro es de las que no hace concesiones y, o entras en el juego que Julen, Sara y Paskal te proponen, o ya puedes salir cagando leches. Lo suyo es solo para los oídos más valientes. Don Disturbios



Alanis Morissette
La presencia de la canadiense certifica el sello particular de este festival que no entiende de etiquetas excluyentes, mainstream incluido. Acompañada de una banda de edad madura y totalmente cómplice con su cariñosa jefa, cantó una amplia selección de temas, sustentada sobre todo en los éxitos del millonario “Jagged little pill” que justo cumple treinta años. A Morissette se le vio en un estado de forma excelente, ya que no paró ni un momento de andar de lado a lado del escenario y a la vez cantar. Por el camino dejó claro que su amplia tesitura vocal sigue intacta. El público cantó encantado los mensajes feministas, rabiosos y también personales de canciones como “Hand In My pocket”, “Ironic”, “You Oughta Know” o con el que cerró su concierto “Thank U”. Lo cierto es que fue un karaoke continuo, disfrutón y uno de los que más público concentró de los cuatro días del festival. Miguel Amorós


Viva Suecia
No lo pude remediar, pero una sensación de deja-vu intenso me sobrevino durante la actuación de los murcianos Viva Suecia. Mismo escenario, misma ubicación de un servidor y diría, si la memoria no me falla, que un show muy parecido al que ofrecieron en el Cruilla de 2023 o al menos a mi me lo resultó en todo momento. Y es que el hecho de no contar con un nuevo disco bajo el brazo, y un buen puñado de nuevas canciones que defender en directo, hizo que me sobreviniera un 'Delorean' mental tan grande, que me estrellé con la evidencia de que muy pocas cosas han cambiado durante estos dos años en su música, y que el chicle se ha estirado ya hasta la infinidad. Toca mover ficha de forma imperiosa porque el yogur lleva tiempo caducado. Don Disturbios


Love Of Lesbian & Friends

Ellos fueron los elegidos como invitados especiales en la celebración del decimoquinto aniversario del Cruïlla. Un largo pasado conjunto les une, así que el festival les propuso un homenaje en forma de dos conciertos en dos días seguidos. Uno como parte de su última gira y otro haciendo un repaso a toda su carrera, pero con una buena lista de invitados. Profesionales que son, dieron dos shows para el recuerdo. En ambos, y como siempre, Santi Balmes estuvo muy comunicador con el público que no paró de cantar esos extensos textos de cada una de sus canciones. El primero de sus shows fue uno más de la gira de presentación de su disco “Ejército de Salvación”, que como siempre resolvieron con gran solvencia. Pero si nos centramos en el segundo, destacaríamos entre todas las colaboraciones la presencia vocal de David Ruiz de La M.O.D.A. en “Segundo asalto”. De Valeria Castro, un poco alocada quizás porque el ritmo era elevado, en “Allí donde solíamos gritar”. Es posible que le hubiera ido mejor en la versión de “Lucha de Gigantes” que hicieron con María Hein, de manera acústica y sentados. Subidón con Cala Vento en “La niña imantada”, un tema que ya habían tocado en directo antes juntos. Y el toque diferenciador vino de las rumberas Maruja Limón en “Incendios de nieve” al llevársela a su lugar demostrando que el cruce de géneros es posible. Tras esa fiesta y casi para acabar Alizz intervino en “Club de fans de John Boy” y Figa Flawas en “Algunas plantas”. Invitaron entonces a los organizadores del festival y ante un gran pastel cantaron juntos el “Fantastic Shine” y todos contentos, grupo, festival y público. Miguel Amorós

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