El pequeño libro de la black music

Cuando el mundo de la música y el del cómic confluyen las opciones y los resultados pueden ser muy diversos. Tan sencillo es encontrarse con obras interesantes (como el reciente título de Mike Allred, Steve Horton y Laura Allred sobre David Bowie, “Polvo de estrellas, pistolas de rayos y fantasías de la era espacial” o la serie “Hip Hop Family Tree” de Ed Piskor, por citar dos ejemplos todavía recientes en nuestra memoria) como darse de bruces con la enésima triquiñuela para vender obras insulsas con la excusa de la carrera de un artista de éxito (aquí los ejemplos se amontonan, así que los obviaré). También pueden ceñirse a géneros concretos, y aquí entra este “El pequeño libro de la black music”. En este caso, de infinidad de géneros que pueden agruparse, a lo bruto y a grandes rasgos, dentro de la etiqueta conceptual “black music”.

¿En qué categoría podríamos encajar esta obra de los franceses Hervé Bourhis y Brüno? Pues sin lugar a dudas en la de obras didácticas que utilizan el cómic como vehículo. “El pequeño libro de la black music” vendría a ser una suerte de enciclopedia de la música afroamericana en toda su extensión (desde el blues al rap, pasando por el soul, el góspel, la disco music o el funk) al que podemos acudir como si de un libro de referencia y consulta se tratase. Recuérdese aquí que Hervé Bourhis es también autor de los libros “El pequeño libro de The Beatles” y “El pequeño libro del rock”, además de un libro similar a este, aunque dedicado al mundo del heavy metal.

Los autores firman un libro nacido para enseñar y para que descubramos infinidad de datos de lo más variado, distribuyendo toda la información en dobles páginas dedicadas a años en concreto, repasando desde los nacimientos de los fundamentos de la black music hasta la muerte de Prince en 2016. Y hacerse con una copia en estas fechas veraniegas garantiza horas y horas de disfrute. Porque “El pequeño libro de la black music” no es uno de esos títulos creados para que lo leamos una vez y lo dejemos en la estantería, sino que tiene mucho más sentido si acudimos a él periódicamente y vamos recordando la ingente cantidad de detalles e informaciones que los autores han sido capaces de reunir en estas ciento setenta y pocas páginas en color y blanco y negro.

Lo que si apuntaré es que Bourhis y Brüno toman como eje central del desarrollo del libro discos que marcaron cada uno de los años por los que transmitamos. Y eso significa que pasamos por obras maestras entre los que caben desde los influyentes y revolucionarios primeros singles de Sister Rosetta Tharpe, Howlin' Wolf, John Lee Hooker, Little Richard o Screamin' Jay Hawkins hasta álbumes de la importancia “Raising Hell” (Run DMC), “Illmatic” (Nas), “The Chronic” (Dr. Dre), “The Miseducation Of” (Lauryn Hill), “Voodoo” (D'Angelo), “My Beautiful Dark Twisted Fantasy” (Kanye West) o “To Pimp A Butterfly” (Kendrick Lamar), por citar un puñado de obras maestras atemporales.

Esos discos ocupan una página, mientras que la opuesta nos aporta muchas informaciones relativas a ese momento: discos recomendables, curiosidades, resúmenes de lo que estaba ocurriendo en el mundo entonces, etcétera. Podríamos listar infinidad de datos interesantísimos con los que nos encontraremos en el libro, aunque la verdad es que creo que siempre será mejor que el lector o lectora se sorprendan por si mismos. Y de verdad que van a sorprenderse, y mucho con algunas curiosidades. Desde la primera vez que se utilizó la palabra “funk” hasta las películas de las que surgieron los nombres de cada uno de los miembros de Wu-Tang Clan.

Atendiendo al tipo de obra de la que se trata, podríamos caer en el error de considerar que el dibujo no es todo lo importante que, en realidad resulta ser. Porque, aunque la estructura del tomo pueda parecer sencilla, no se pueden imaginar la facilidad con la que “El pequeño libro de la black music” nos entra por los ojos. Y por algo será. El resto de la aventura viene a continuación.