La edición número 28 del Concurso Villa de Bilbao presentó en la final de la sección Electrónica y Otras Tendencias cuatro propuestas tan interesantes como dispares una de la otra.
El primero en ocupar el escenario de Bilborock fue el valenciano Diego Fertita, que como Sueisfine presentó su synth-pop-shoegaze-electrofunk. Su directo de corte experimental con voces, guitarra, caja de ritmos y teclado no acusó el hecho de que fuera el primero de Sueisfine actuando con un set list vocal. Vaporwave y electrónica retrochentera que en sus momentos más guitarreros recordaban a una mezcla de Durruti Column y George Benson y que en su vertiente más electrónica demostró ser la propuesta más contemporánea de la velada. Combinando letras en inglés y otras en castellano que llevan al oyente a un terreno más tecnopop, la juventud, osadía y elegancia de este joven le auguran un futuro muy prometedor.
También estrenándose en directo y desde Barakaldo llegó RRUCCULLA, que se haría con el premio del certamen al final de la noche. Su set de electrónica warpiana fue el menos pop de la velada. Sintetismo IDM con algunas incursiones en el breakbeat más roto que se acercaba al mathrock cuando la joven artista bajaba de su pedestal electrónico y acompañaba a sus bases desde la batería. Es curioso que algún miembro del jurado pusiera pegas a otras propuestas por ser más propias de hace 30 años cuando ésta podría ser de hace 20. Aún así, merecida ganadora del premio de esta sección de Elektronika. Habrá que seguirle la pista.
La siguiente propuesta también era individual. Desde Tarrasa, Vanesa Paris, que con un desparpajo encomiable resultó la propuesta más sorprendente de la noche. Con el micro en una mano y la otra dedicada a lanzar pistas, ritmos y voces, sus personales melodías de dreampop recordaban a una Tori Amos producida por Mirwais. Otra artista muy cercana al pop (synth en este caso) y otra vez la sensación de revival en las producciones, como si no hubiera habido electrónica después del trip hop y el big beat de finales de los noventa. Tiene madera de electrodiva a lo Grimes y resultó la propuesta más bailable de la noche.
L’ANN2000 son parisinos. Tres jóvenes en formación clásica de batería, guitarra, bajo, con sintes de apoyo. A primera vista parecen los hijos poperos de Black Strobe: gabachos, de negro, con tatus, y con la misma querencia por Joy Division o The Sound. Quizás su post-punk hubiera encajado mejor en la final de Pop-Rock. Revival new wave muy logrado que en algunos pasajes instrumentales rozaba el electro-surf y que terminó con un tema funk eighties a más no poder.
Una buena noche de Electronica en la que quizá pesó más la coletilla y Otras Tendencias pero que demostró que aún hay cantera para los amantes de los beats.
RRUCCULLA, cortesía Bilborock
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