Los discos de mi vida por Ken Stringfellow
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Los discos de mi vida por Ken Stringfellow

Redacción — 19-09-2021
Fotografía — Archivo

Ken Stringfellow, uno de los ejes principales de The Posies y músico en infinidad de aventuras musicales, vuelve a nuestro país para ofrecer una serie de conciertos en distancia corta y en condiciones muy especiales.

A Ken Stringfellow se le ha podido ver en solitario, con The Posies, acompañando a R.E.M. o como miembro de la última formación de Big Star, por ello precisamente sabemos que es uno de esos músicos que ha nacido para estar sobre un escenario. Y ahora, además le podremos ver en una serie de actuaciones que se escapan de lo que nos tiene acostumbrados.

La gira de cuatro días le llevará a Valencia (23 septiembre, Centro Excursionista), Hellín (24 septiembre, con cata de vinos DOP Jumilla y concierto en el Club de Tenis), Barcelona (25 septiembre, con un concierto especial en La Muriel en el que interpretará temas al piano de toda su carrera) y Madrid (26 septiembre, con cata de vinos DOP Jumilla y concierto en Rockville).

Aprovechando su visita, le hemos entrevistado para conocer seis discos que le tienen el corazón robado.

Karen Dalton - “In My Own Time” (1971)

¿Cuál es el sentido de la música?¿Qué es lo que queremos de la música?¿Para qué sirve la música en nuestra sociedad? En el mundo de las ruedas y los acuerdos, el branding y la influencia y la fusión total de lo comercial y lo creativo, es fácil olvidar que la música está ahí simplemente para hacernos sentir algo. Refleja y magnifica emociones que no tienen otro aliado o defensor. Me tomó bastante tiempo, teniendo en cuenta que firmé con un sello discográfico importante a los veinte años, volver a aprender lo que había sido natural para mí cuando era niño o adolescente. Entré en el juego, tratando de llevar mi música lo más lejos posible en el mercado. Pero eso ya pasó hace mucho tiempo. Al parecer, alguien como Karen Dalton sentía total indiferencia por entrar en el juego. Sí, también estaba confundida y tenía adicciones, pero al final es el efecto de su música la que nos hace sentir vivos. Cuando la escuchamos cantar, nos emociona y eso es lo que importa.

Cat Power - “The Greatest” (2006)

He tenido el placer de trabajar con Chan Marshall y puedo decir, sin dudarlo, que es una de esas cantantes que pueden cantar el manual de instrucciones de un router de Internet y hacer que suene como un sueño irresistible. Un verdadero regalo. Y la decisión de hacer este disco en Ardent Studios en Memphis con una selección de músicos locales fue acertada. También he trabajado con muchas de las personas que tocaron en este álbum y tengo claro que este disco solamente podía ser lo que es con esta formación. Fue un gran éxito en Francia, país en el que he pasado mucho tiempo desde principios de la década de los dos mil. Una vez más la música está ahí para hacerse sentir, y la música que consigue hacerte atravesar las convenciones sociales merece ser escuchada.

Iggy Pop - “New Values” (1979)

Una de las producciones más secas que jamás hayas escuchado. Y esa es una excelente manera de conseguir que la interpretación y la actitud de Iggy Pop ocupen la mayor parte del espacio, que es exactamente lo que quieres escuchar. Las canciones están muy bien escritas, tanto que te gustaría hacer versiones de todas ellas. Me encantan los pequeños toques de la percusión sintetizada, inserciones súper extrañas en un álbum que, por lo demás, no tiene lujos. Con la ayuda de dos The Stooges de la era de “Raw Power”, este álbum no es realmente salvaje, sino que está musicalmente bien disciplinado y bien ejecutado, pero la falta de pretensión en la producción le da una credibilidad total. Escuché mucho este álbum en la escuela secundaria. Me encantan los artistas que tienen una personalidad fuerte, pero que están dispuestos a explorar diferentes formas en su búsqueda de la verdad musical. ¿Y qué hay del batería Klaus Krüger, anteriormente de Tangerine Dream? Su trabajo es asombroso. Según la leyenda, solo tocaba kits de batería que él mismo construía a mano.

Talking Heads - “More Songs About Buildings And Food” (1978)

Vi a Talking Heads por primera vez en Saturday Night Live en 1979 y me quedé sobrecogido. Tenía once años y en aquel momento no podía entender las contorsiones espasmódicas de David Byrne. Pero un par de años después todavía seguía obsesionado por esa actuación y necesitaba entender más. Conseguí este disco y, por supuesto, me encantó. Hay todos estos toques de rock, disco, americana, punk, pero ninguno de ellos de la forma correcta, con lo que es el conjunto el que se beneficia. En otras palabras, aquí dominan muchos colores musicales, pero unidos en una ejecución única. Y la producción de Brian Eno es firme como un látigo. Las canciones y la forma de cantar son extrañas, pero es todo tan hermoso... Todavía hay sonidos en este disco que no puedo saber cómo los consiguieron, y esos son mis favoritos.

Le Mystère des Voix Bulgares - “Vol. 1” (1986)

Este álbum tiene una historia particular. Lo conozco, como la mayoría de personas de mi edad, por el lanzamiento que hizo Nonesuch en Estados Unidos, con licencia del lanzamiento de 4AD británico, que salió cuando estaba en la universidad a finales de los ochenta. Este, a su vez, era una reedición de un disco recopilado por un musicólogo suizo y lanzado en los años setenta. Esa compilación, a su vez, recogía piezas que se habían grabado durante las dos décadas anteriores. El álbum es un testimonio de la fuerza de la institución que creó esta música: el Coro Femenino de la Televisión Estatal de Bulgaria. Si esto es lo que escuchaban los búlgaros en la televisión en los años sesenta y setenta… ¡imaginad lo que estaban viendo! Debido al éxito de la edición de los ochenta, hicieron una gira por Estados Unidos un año antes de que cayera el Telón de Acero. La vida en esa parte del mundo era un misterio para la mayoría de los estadounidenses y los sonidos sobrenaturales de este magnífico coro no hicieron más que aumentar ese misterio. Tuve la oportunidad de asistir a esa gira, con un espectáculo que hicieron en el campus de la escuela en la que yo estudiaba.

Brian Eno - “Ambient 4: On Land” (1982)

Supongo que “Music For Airports” es el más famoso de los discos de ambient que Brian Eno publicó a finales de los setenta y los ochenta, pero este es el primero que yo encontré mientras estaba en la escuela secundaria (en la época de su lanzamiento). Definitivamente estaba buscando vías de escape mental y emocional de mi ciudad natal, que era un lugar bastante limitado. Y este álbum no solamente tenía un mapa como portada (leer detenidamente los mapas era otra forma de diversión que perseguía), sino que además estaba compuesto en gran parte de espacio. Las dimensiones de este álbum son enormes. A pesar de estar compuesto principalmente de sonidos animales y de la naturaleza, suena totalmente antinatural y, sin embargo, a pesar de no mantener ninguna de las propiedades que solemos asociar con la música, es reconocible como tal.

“The Lost Day” podría reproducirse fácilmente en bucle durante toda la película “Alien”. La pieza final, "Dunwich Beach" tiene un espíritu a lo “Blade Runner”. Supongo que Ridley Scott y Brian Eno deberían haber trabajado juntos. En cualquier caso, no se trata de música que se imaginó su compositor, sino que se fue creando a si misma a través de la combinación de elementos aleatorios o no. El “compositor” se convierte en una suerte de receptor, algo que yo mismo puedo entender perfectamente. Creemos que hacemos “música” cuando creo que, en realidad, se hace “a través” de nosotros los compositores, para completarse en contacto con el oyente.

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