30 aniversario del “Blood Sugar Sex Magik” de Red Hot Chili Peppers
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30 aniversario del “Blood Sugar Sex Magik” de Red Hot Chili Peppers

Sergi Ariza — 25-09-2021
Empresa — Warner Music Spain

Cuando en abril de 1991 los Red Hot Chili Peppers se metieron a grabar “Blood Sugar Sex Magik” en la que había sido la mansión de Harry Houdini nadie, ni siquiera ellos, daba un duro porque se fuera a seguir hablando de ese disco 30 años más tarde.

La verdad es que hasta ese entonces no habían dado muchas razones para tener especial confianza en ellos, su música se basaba en una mezcla entre el Jimi Hendrix más salvaje y los Funkadelic/Parliament de George Clinton, sus letras se basaban en sexo y más sexo, su mayor hazaña era actuar con únicamente un calcetín y sus mejores canciones hasta la fecha habían sido versiones de Hendrix y Stevie Wonder.

Con sus dos miembros fundadores, el cantante Anthony Kiedis y el bajista Flea, acercándose a la treintena y su batería, Chad Smith, superándola, los Chili Peppers no eran precisamente unos recién llegados, llevaban desde 1983 juntos. Eso sí, había ciertos datos que invitaban a la esperanza, por primera vez en sus ocho años de carrera, y sus cinco discos, iban a repetir con una misma formación, siendo el segundo trabajo seguido para Smith y para el joven guitarrista John Frusciante (ocho años más joven que Kiedis y Flea), que había tenido que reemplazar al otro miembro fundador, Hillel Slovak, que había muerto de sobredosis en 1988. Era también el primer disco en el que Kiedis entraba totalmente limpio de drogas al estudio y, puede que más importante, era la primera vez que les producía Rick Rubin, que era el que les había convencido para grabar en su casa.

Los cuatro miembros de la banda decidieron irse a vivir a la mansión pero Smith no duró ni una noche, él insiste en que era porque vivía a 20 minutos de allí y podía acercarse fácilmente con su motocicleta, pero los otros tres siguen afirmando que tenía miedo de las leyendas que afirmaban que la casa estaba encantada. El caso es que Frusciante llegaría a declarar que por las noches escuchaba a una fantasma teniendo sexo, claro que cuando se fuma tanta marihuana como John Frusciante en esa época es fácil escuchar todo tipo de voces.

La liberación creativa de Frusciante

Las primeras sesiones dejaron clara una cosa, Frusciante se había librado de la sombra musical de Slovak y estaba encontrando un sonido totalmente propio, también Kiedis comenzó a abrirse más en las letras y a enseñar las cicatrices de su pasado como adicto y de algunas de sus (muchas) relaciones, eso sí, el 80 % de ellas seguía girando sobre su actividad favorita, esa en la que utilizaba el miembro que escondía tras el calcetín...

Cuando Rubin descubrió un poema que había escrito sobre los tiempos en los que paseaba su adicción y soledad por debajo de un puente, decidió que allí había una posible gran canción. Kiedis no estaba del todo seguro pero se la llevó al joven Frusciante que al escuchar la letra, decidió componer esa maravillosa introducción que todos conocemos como contrapunto a los tristes pensamientos de su compañero. En poco habían dado con “Under The Bridge” y Frusciante se había convertido en el nuevo arquitecto del sonido de la banda. La huella de Hendrix seguía estando ahí, pero el foco había pasado de “Fire” a “Little Wing”, Los famosos juerguistas de Los Ángeles descubrían su lado más melancólico.

De repente este grupo de funk rock, de despreocupadas fiestas y canciones como “Party In Your Pussy” se encontró un filón importante en los medios tiempos gracias a Frusciante. En las mismas sesiones llegaron otras tres gemas en ese estilo, “I Could Have Lied”, sobre la breve relación de Kiedis con la mujer más inesperada del mundo, Sinéad O'Connor, aquí Frusciante comienza con una guitarra acústica, sobre la que Kiedis se abre de par en par, al minuto entra la excelente sesión rítmica, con un Flea mucho más controlado que de costumbre, haciendo buenas unas declaraciones suyas de la época, en las que hablaba de una influencia nada esperada, Kim Gordon de Sonic Youth: “Ella dijo que le encantaba el bajo funk, pero que odiaba la forma en que lo tocaban los blancos, porque lo habían convertido en algo machista. Cuando leí eso, supe que yo era el responsable de esa tendencia. Pero en el nuevo disco no hago nada de eso: intento tocar de forma sencilla y bonita. Y espero que no me odie, porque creo que es genial”. No sabemos si Gordon cambió de opinión tras el disco, pero “I Could Have Lied” se cerraba con una nueva aparición de Frusciante, esta vez con la eléctrica, para dar el clímax a la canción, con un solo precioso.

Todavía mejor era “Breaking The Girl”, nuevamente con una acústica, esta vez de 12 cuerdas, y un maravilloso tono psicodélico que se acentúa con el melotrón que toca Brendan O'Brien, el ingeniero de confianza de Rubin que acabaría produciendo discos de Pearl Jam, Stone Temple Pilots, Neil Young, Rage Against The Machine o Bruce Springsteen, entre otros. Fue la primera canción que grabaron en las fructíferas sesiones de grabación, de abril a junio del 91.

El otro maravilloso medio tiempo que apareció en estas grabaciones fue “Soul To Squeeze”, otra colaboración entre Frusciante y Kiedis, que comienza con un riff muy parecido al “I've Got A Feeling” de los Beatles y que tiene una progresión de acordes muy parecida a “Under The Bridge”. Puede que fuera eso, además de una letra en la que el cantante vuelve sobre sus problemas con las drogas, lo que hiciera que se quedara fuera del disco (no aparecería hasta 1993 para la banda sonora de la película sobre los 'Coneheads' pero, para esa época, Frusciante ya no estaba en la banda), claro que la canción era tan buena, que es normal que todavía nos preguntemos ¿cómo es posible que se quedara fuera? Sobre todo pensando que le habría dado mayor variedad al disco y hubiera equilibrado un poco más entre su parte confesional y la funk rock, porque, a pesar de todo, esto seguía siendo un disco 100% Chili Peppers, esto es, la mayoría de las canciones seguían siendo divertidas invitaciones a follar.

¿Quién dice que una banda de rock no puede ser funky?

Y es que, no se olvidaron, ni mucho menos, de esa otra faceta, como bien prueban canciones como “Suck My Kiss”, “Sir Psycho Sex”, la inolvidable “Give It Away”,” If You Have To Ask” o la canción titular, sin duda las mejores de su carrera en esa faceta hasta esa fecha.

Para estas canciones la receta era simple, los tres músicos de la banda se ponían a tocar entre ellos, hasta que Flea, como en “Funky Monks”, o Frusciante, como en la canción titular, encontraban un riff imparable y Smith lo rellenaba con todo el 'groove' del mundo. Una vez que lo desarrollaban Kiedis hacía lo suyo, esa especie de rap recitado y luego acababan encontrando el estribillo adecuado. Eso sí, esta vez todo se redondeaba más, como en esa magnífica parte final de “Sir Psycho Sex” que es otra demostración de un Frusciante en plena fiebre creativa, impulsando a la banda a una psicodélica ‘jam’ final, nuevamente con O’Brien en el melotrón.

“The Power Of Equality” abría el disco con un Flea pletórico y Kiedis mandando guiños a los Public Enemy tanto en la letra ("I've got my Public Enemy, my Lilly white ass is tickled pink when I listen to the music that makes me think”) como en la entrega, luego el estribillo es puro Chili Peppers, tanto que podría pasar por un “Fight Like A Brave” segunda parte. ”If You Have To Ask” era otro tema irresistible con un estribillo inmediato, un gran 'lick' funk de Frusciante y un solo que podría pasar por homenaje a Eddie Hazel. “Funky Monks” (que daría nombre a un documental sobre la grabación del disco), por su parte, era puro funk sexual con otro solo soberbio a cargo de Frusciante, mientras que “Suck My Kiss” es una de las canciones que hay que poner cuando se intente explicar lo gran bajista que es Flea.

El riff que abre “Mellowship Slinky in B Major” parece sacado de Hendrix, algo normal si tenemos en cuenta su fascinación por el guitarrista, (en la versión Deluxe del disco se incluyen dos temas extras, dos versiones del autor de “Purple Haze”, “Little Miss Lover” y “Castles Made Of Sand”) pero el resto de la canción es su fórmula de siempre con un gran riff de bajo de Flea, aunque ahora Frusciante también añade esas armonías vocales en el estribillo. Claro que la mejor del lote funk es “Give It Away”, una maravillosa canción en la que todo funciona a la perfección y a la que lo único que se le puede achacar es su enorme influencia en el híbrido entre rock y rap que se pondría de moda unos años después con grupos como Korn o Limp Bizkit.

La canción titular está recitada con una voz a medio camino entre la perversión y el cansancio, lo que no hace sino reforzar cuando entra el explosivo estribillo con la guitarra funky de Frusciante crujiendo. “Sir Psycho Sexy” es lo más cerca que han estado nunca de su adorado George Clinton, uno se imagina a los Parliament de finales de 70 tocando esta canción con 20 personas subidas en el escenario, gente llevando un pañal, junto a cuatro desarrapados con un calcetín cubriendo sus partes pudendas. Suena funky, suena a sexo sucio y sería un cierre estupendo, si no fuera porque ese lugar queda para la bizarra versión de la canción de Robert Johnson que les dio nombre.

El Barón Münchausen y Rick Rubin

Habían entregado el mejor disco posible y lo sabían, tanto es así, que durante otro de los momentos de “Funky Monks”, el documental, se puede escuchar a Frusciante presumiendo del disco que están creando. "Estamos haciendo un disco asombroso, ceremonial, revolucionario, hermoso, artísticamente sobresaliente, increíble...", en ese momento Kiedis frunce el ceño, corta a Frusciante y decide quitar la pompa, poniéndolo en palabras más propias de los Chili Peppers: "Si el Barón Münchausen nos hubiera eyaculado a nosotros, esto es a los Red Hot Chili Peppers, en un tablero de ajedrez, tendría que decir que Rick Rubin sería el perfecto jugador para esa partida". A continuación aparece Rubin haciendo lo que mejor sabe, y esto es crear un ambiente relajado para que los artistas con los que trabaja se sientan lo más cómodos posibles, en este caso está sentado en un sofá junto a Chad Smith y Flea escuchando a todo volumen el “Dazed And Confused” de Led Zeppelin. Rubin acabaría encargándose de la producción de los siguientes cinco discos de la banda.

A pesar de todo, lo que no se podían a imaginar es que ese disco iba a vender más de 13 millones y les iba a convertir en una de las bandas más populares del mundo. Y es que, a pesar de que su compañía les había firmado un gran contrato y tenía ciertas expectativas con el disco, nadie podía esperar lo que iba a pasar, hay que tener en cuenta que “Mother’s Milk”, su anterior trabajo, había sido el más exitoso hasta la fecha llegando a subir hasta un modesto puesto 52 en la lista de discos de Billboard.

La gira en la que explotó el rock alternativo

Así que cuando el 24 de septiembre el disco apareció en tiendas y en su primera semana se coló en el Top 20, con un muy aceptable puesto 14, todos se quedaron encantados. Para la gira de presentación la banda decidió llevarse como teloneros a los Smashing Pumpkins, después de que Kiedis viera un vídeo suyo en la MTV, de su debut “Gish”. Para completar el cartel escogieron a una banda de Seattle que había sacado su disco de debut un mes antes que ellos, se trataba de Pearl Jam, y el disco que acababan de sacar era “Ten”, que ya había salido de las listas del Billboard. No los habían cogido como al grupo de Billy Corgan por gusto, sino como un favor a su ex batería, Jack Irons, que era amigo de los de Eddie Vedder.

Al final se hicieron amigos de ambos, hasta el arisco Corgan sacó su mejor cara y se ganó a estos fanáticos de los Lakers con su habilidad como baloncestista. La gira comenzó el 16 de octubre y fue de maravilla, no solo para el grupo principal del cartel. El 1 de noviembre tocaron en Boston y el público ya había llenado el recinto para cuando aparecieron Pearl Jam. Algo estaba pasando.

Aquí estamos, entretenednos

Ese algo era el segundo disco de otra banda de Seattle que había sacado disco el mismo día que los Chili Peppers. Se trataba de Nirvana y “Nevermind”, un disco que se acababa de colar entre los 10 más vendidos comenzando la explosión del rock alternativo en las listas. La banda californiana, con Smashing Pumpkins y Pearl Jam de teloneros, fueron metidos en el mismo saco, a pesar de ser de Los Ángeles y más veteranos que el resto. “Blood Sugar Sex Magic” comenzó a subir otra vez en las listas y desde Warner, su sello, deciden que Pearl Jam es un grupo poco conocido y quieren a Nirvana, la nueva sensación, para las fechas de la Costa Oeste.

Kiedis habla con Vedder que entiende la situación y llama a Dave Grohl para proponerle el asunto. El batería se muestra entusiasmado y dice que les escuchaban, pero la banda acaba de terminar una gira y están exhaustos, al final se convence a Kurt Cobain y Nirvana, en plena explosión, decide sumarse a la gira. Es en ese momento cuando Corgan deja claro que no piensa abrir para Nirvana, debido a que él también estuvo saliendo con Courtney Love, la nueva novia de Cobain. Eso hizo que Pearl Jam vuelva a entrar en la ecuación y la gira más mítica de los 90 dará unas pocas fechas juntos en diciembre de 1991.

El primer concierto es en Los Ángeles, su casa, el 27 de diciembre. Perry Farrell, el cantante de Jane's Addiction y el hombre que había acuñado el término de “nación alternativa”, apareció vestido de gala, los Chili Peppers estaban en la gloria, excepto su miembro más joven, un John Frusciante que llevaba varias fechas quejándose de su éxito y pensando que algo habían hecho mal para verse envueltos en aquella locura. Aun así, la irrupción de Nirvana le puso, por un breve momento, las pilas. Los de Cobain arrasaron, demostrando que eran el grupo del momento, pero los Chili Peppers tampoco defraudaron a su público.

Al día siguiente, cerca de San Diego, Nirvana volvió a ejecutar una actuación electrizante. Cuando los Peppers salieron al escenario había una nube de vapor formada por el sudor de la gente. Tres días después “Nevermind” desplazaría al “Dangerous” de Michael Jackson de lo más alto de la lista de discos de EEUU, los años 80 daban paso a los 90, se estaba produciendo una revolución y los Red Hot Chili Peppers estaban en primera fila para presenciarla.

Eso sí, tras el breve y huracanado paso de Nirvana por la gira, Frusciante fue cada vez a peor y sus peleas con Kiedis se hicieron constantes, Flea bastante tenía con sobrellevar su divorcio. El guitarrista se rebelaba contra su éxito mientras que el cantante, que lo había buscado toda la vida, no podía entender qué coño estaba pasando.

La salida de Frusciante

Al final todo explotaría dos meses después, cuando la banda fue invitada a tocar en el prestigioso “Saturday Night Live”. Si alguna vez se han preguntado cómo suena una banda cuando se rompe, solo tienen que ver y escuchar esa grabación. Ahí están cuatro tipos cada uno tocando para sí mismo, sin tener en cuenta a nadie más, principalmente su guitarrista, convirtiendo su mítica introducción a “Under The Bridge” en algo totalmente irreconocible. Se puede notar la tensión, se puede ver a Kiedis sufrir y a Frusciante mandarlo todo a la mierda, a la mierda el éxito, a la mierda el público, a la mierda los Red Hot Chili Peppers. Lo curioso del caso es que tras su paso por el SNL las cifras de venta volvieron a subir escandalosamente y a la semana siguiente estaban entre los 10 primeros, arrastrados por el tsunami Nirvana, pero también por la propia fuerza de sus canciones, principalmente ese “Under The Bridge” al que John Frusciante intentó asesinar en vivo y en directo.

El disco alcanzó finalmente el puesto número 2 de las listas, unas 40 semanas después de haberse publicado. En ese momento la banda se encontraba en Japón pero todo llegó a su fin, como no podía ser de otra forma. Minutos antes de uno de los conciertos, a través de una tercera persona, Frusciante informó a los otros tres miembros que dejaba la banda y se iba a casa. El pánico se instaló entre la banda, estaban en un estadio lleno de gente dispuesta a disfrutar de la nueva sensación del rock, sin tener ni idea de que esa banda estaba herida de muerte justo en su momento de mayor popularidad.

Al final convencieron a Frusciante de que saliera pero se dieron cuenta de que era imposible hacerle cambiar su opinión, su mente ya no estaba allí. El concierto fue descrito por Kiedis como una de las experiencias más tristes de su vida. En el momento en el que debería estar disfrutando de haberlo conseguido, allí estaba viendo como otro amigo, y el tipo que les había impulsado a dar el paso definitivo, se hundía enfrente de sus ojos.

A pesar de todo, como bien se sabe, no fue el fin de la banda, ni siquiera fue el último momento de Frusciante en ella, pero eso es ya parte de otra historia, la historia del único disco que puede mirar cara a cara a éste dentro de la discografía de los Chili Peppers, “Californication”.

30 años después “Blood Sugar Sex Magik” sigue siendo el disco fundamental de la carrera de los californianos, el momento en el que alcanzaron su máximo potencial, ese que solo pueden lograr cuando John Frusciante está entre sus filas, ese que, a pesar de que el guitarrista ha vuelto, una vez más, al redil, es más que probable que nunca vuelvan a alcanzar.

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