Cuando llego a los estudios Blind Records en el Poble Nou de Barcelona, me encuentro a la banda tomando el sol en la terraza en uno de los recesos de la grabación de su quinto largo, tercero en castellano. Un nuevo trabajo que en el momento de la audición no tiene todavía nombre definitivo y cuyas propuestas se encuentran anotadas en una hoja de papel colgada de la nevera del estudio. De momento lo que parece claro es que el título girará alrededor de la imagen del fuego como símbolo de la pasión. No en vano el amor ha sido el motor motivador de las nuevas composiciones que, en un total de doce, se incluirán en el disco. “Tenemos quince temas y hemos de descartar tres . Y por primera vez no tenemos nada claro cuáles van a ser las excluidas, ya que todas nos gustan por igual”, me comenta el grupo antes de instalarnos cómodamente en el sofá de la sala de control, dispuestos a escuchar siete canciones que ya están casi acabadas y a las que sólo les faltan los arreglos que las engalanen. Una labor para la que han contado con la inestimable y ya habitual ayuda de Ricky Falkner (productor de, entre otros, grupos como Love Of Lesbian o Refree y miembro de Standstill, Sanpedro y Egon Soda). La primera en sonar es “En mi garganta”, un precioso tema pop de melodía acústica y cristalina en la que destacan los juegos vocales en los coros y salpicada con referencias a su ciudad. Esa Barcelona que les ha dado satisfacciones como la que protagonizaron en la Plaza de Catalunya durante el pasado BAM ante más de veinte mil personas. Tras esta, “El incendio”, un tema de pop-rock con un riff muy intenso y emotivo y con un estribillos contagiosos en el que se declaran ser un “incendio sin control” y tras la que ya puedo comprobar un hecho que la propia banda me confirma. Este es el disco en el que Sidonie se muestran más concisos y precisos a la hora de escribir sus letras. Han dejado a un lado el lenguaje metafórico y algo enrevesado que les caracterizaba en el pasado, simplificando el discurso y recortando la duración de los temas a los tres minutos precisos para hacer de una canción una bonita perla pop. Como por ejemplo “Algo nos pasará”, tercera pieza de la torna que resulta ser un medio tiempo engarzado sobre guitarras acústicas. Tras esta un auténtico temazo, “La sombra”: épico y de sonido sixtie en la línea de Los Brincos como yo apunto en el estudio o si lo prefieres como, según apuntan ellos, a The Hollies. Después suena “Un-dia-más-en-la-vida” que se me antoja otro de los grandes momentos del álbum al iniciarse con un bonito arabesco de bajo y un bombo que marca un ritmo contenido y en la que participa Miri Ros (hermana de Marc) aportando el bonito contrapunto de la voz femenina como ya hiciera en “Los olvidados”, uno de los mejores cortes de “Costa Azul”, su anterior trabajo. Llegados aquí me ponen el que posiblemente sea el primer single del disco, “Por tí”, un tema romántico, lento y sinuoso en el que ellos han depositado muchas expectativas y que me confiesan tiene un tempo de “habanera”. Y ya por último, vuelven a rockear alto con “Viva el loco que inventó el amor”, con un aire de rock latino en la línea de un Calamaro o unos Tequila. Siete temas que nos presentan a unos Sidonie que, sin perder su esencia, se me antojan mucho más accesibles, directos y conocedores de que, a estas alturas, se hayan libres de ataduras y pueden decir lo que quieran sin ningún tipo de pudor. Unos Sidonie marcadamente románticos y como siempre desenfadados, pero ¿acaso no se nutre de eso el pop?
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