“Si algún rapero viera la música como negocio, ya me habría quitado las ganas de seguir”
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“Si algún rapero viera la música como negocio, ya me habría quitado las ganas de seguir”

Daniel Caballero — 09-08-2025
Fotografía — Archivo

¿Qué sería de la música sin esos hombrecillos detrás de las bambalinas dándole a los botoncitos del teclado, componiendo melodías o muestreando samples? Nada. Sin productor no es que solo no haya rap, es que tampoco hay música.

Este rol, muchas veces invisibilizado, se hace irremediablemente manifiesto con discos como “Delirio en Cat Ba”, del productor madrileño Zamoranobeatz, un álbum que recoge actualizada la herencia en forma y fondo del crudo y gris rap capitalino. “Siempre me he sentido valorado, la clave es saber juntarte con la gente adecuada. Siempre he visto la música como ocio y jamás he tenido que forzar nada. Si me lo hubiese planteado más como un negocio, algún rapero que otro me habría quitado las ganas de seguir en esto. Lo que más valoro es el reconocimiento de gente que admiro y respeto. Sin ir más lejos, coincidimos en Vallecas con R de Rumba y Kami, y R de Rumba me regaló un vinilo y me dijo que le había gustado mi trabajo. Esto son cosas que nunca imaginé”.

En "Delirio en Cat Ba" reúne a más de una veintena de raperos de los más granado en el ámbito nacional (Faenna, Ill Pekeño, Rapp Gotti, Chaman, Tutto Vale, Hide Tyson, Sokez...). “Me lo han puesto muy fácil, todos han estado muy predispuestos. El criterio ha sido contar con gente que entienda la música como que yo. De lo que más orgulloso estoy es que todos lo juntes han surgido naturalmente. Poder trabajar de tú a tú con amigos como Charlie y Nasta, a los que he escuchado toda la vida, es una locura”. De un viaje a la isla vietnamita que recibe el nombre del disco surgió la chispa inspiradora: “Hay veces que viajas y haces itinerario de puro guiri, y otras consigues empaparte de verdad del país que visitas. En el caso de Vietnam estuve en casa de una familia de Hmongs, también estuve en la isla de Cat Ba, que me dejó enamorado, no se muy bien por qué el paisaje me transmitía una paz brutal y a la vez guerra”.

El madrileño reconoce sus influencias en productores nacionales como Manu Beats y Sceno aunque también mira a Francia y el sonido tensionado de Suprême NTM o Scred Conexion, además del influjo local en sus inicios de gente como Pastrana, Maga o Mr.Hader: “De todas formas, siempre he sido muy autodidacta, no aguanto viendo un video tutorial ni 3 minutos y gracias a esto también he conseguido crear mi propio sonido. No pienso mucho en lo que hace el resto de la gente. Me fijo más en mi círculo, y cada vez más tengo la sensación de que somos los mejores dentro de nuestro estilo”.

Preguntado por lo que no soporta del ecosistema artístico y cultural de hoy, lo tiene claro: “La fugacidad del arte hoy en día. Lo que más me preocupa son las nuevas generaciones, que no saben lo que es estar esperando años a que su grupo favorito saque un disco, y estar quemándolo durante otros tantos. Es lo más triste. Y mientras mi gente y yo sigamos con energía apostaremos por hacer álbumes. Para que no se pierda esta forma de consumir música e intentar dejar una pequeña huella”.

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