“Si no puedes intentar hacer algo diferente en tu décimo disco, ¿cuándo lo vas a a hacer?”
EntrevistasRise Against

“Si no puedes intentar hacer algo diferente en tu décimo disco, ¿cuándo lo vas a a hacer?”

Luis Benavides — 10-11-2025
Fotografía — Alexa Viscius

Rise Against llevan más de veinte años alzando la voz contra las injusticias. Su todavía reciente décimo largo, “Ricochet” (Concord/Music As Usual, 25), pone el foco en los efectos de un mundo desbocado cada vez más interconectado. Su guitarrista, Zac Blair, responde nuestras preguntas desde Texas.

“Cuando me uní, la banda estaba tan ocupada girando que no importaba en qué ciudad vivías en ese momento. Pensé en mudarme a Chicago con el resto, pero no fue necesario”. Las guitarras de Zac Blair aparecen por primera vez en un disco de Rise Against en 2008. Desde ese quinto largo, “Appeal To Reason”, la banda cofundada por Tim McIlrath y Joe Principe se mantiene unida y no ha dejado de girar y publicar discos notables.

El cuarteto que completa el batería Brandon Barnes afronta con emoción el camino que va tomando entre sus seguidores “Ricochet”, un décimo trabajo de estudio planteado desde el desafío creativo. El verdadero reto en la era de las pantallas y las plataformas digitales, subraya Zac, ya no es ofrecer algo nuevo sin perder la esencia, sino ser capaz de retener la atención de la gente con un álbum completo. “Sabemos que podemos sonar como Rise Against y sabemos que podemos lograr ciertas cosas, pero creo que esta vez solo queríamos esforzarnos al máximo”. Con esta premisa, el cuarteto se puso a las órdenes de una productora alejada de la escena hardcore punk como Catherine Marks (Boygenius, Manchester Orchestra, St. Vincent). “La verdad es que podríamos haber optado por un productor de rock o punk, pero esta vez queríamos probar con alguien nuevo, alguien que nunca hubiera trabajado con nosotros y a quien le gustase lo que hacemos. Y funcionó, fue genial y ahora es una amiga de la familia”.

"No vamos a dejar de intentar arrojar luz sobre la corrupción en nuestro país"

La productora australiana tenía a su favor, ironiza Zac, que no escuchaba bandas como Black Flag o Bad Religion. “Ella no conocía muchas de nuestras referencias. Tiene otras influencias y eso le permitió contribuir a los que estábamos haciendo”. Ya en el estudio, el proceso de grabación de “Ricochet” fue diferente respecto a trabajos previos, en su gran mayoría grabados en The Blasting Room con Bill Stevenson (Descendents, Black Flag, All) a los mandos. “Sí, fue bastante diferente a las grabaciones modernas que hemos hecho hasta la fecha con Bill, en las que ensayas las canciones y empiezas a construirlas empezando por la batería. Con Catherine hicimos cosas a la antigua usanza como tocar en una habitación, en directo, algo que realmente no habíamos hecho mucho. Lo que se escucha en este disco somos nosotros cuando tocamos juntos y me encanta”.

En “Ricochet” encontramos una banda totalmente madura, con la misma intensidad de siempre, pero alejada de la velocidad de los célebres “Revolutions per Minute” (03) y “Siren Song For The Counter Culture” (04). “Si no puedes presentarte e intentar hacer algo diferente en tu décimo disco, ¿cuándo lo vas a a hacer? Queríamos hacer un disco con un sonido más vivo y crudo, que sonara como si estuviéramos tocando de verdad. Misión cumplida”.

Zac se muestra mucho más prudente cuando pregunto por el mensaje general de “Ricochet”, pues recuerda que el responsable de las letras es exclusivamente Tim McIlrath, el vocalista y líder indiscutible de la banda. “Sin entrar en demasiados detalles sobre cuál pudo haber sido su motivación, sí te puedo decir que el título hace referencia al efecto rebote: las cosas que haces en España podrían afectarme en Texas. Eso el efecto Ricochet, una onda expansiva”. En este punto de la conversación parece obligatorio preguntar por los efectos devastadores que están teniendo algunas de las medidas tomadas por Donald Trump en los primeros meses de su segundo mandato. “Supongo que las letras, aunque sea indirectamente, tienen algo que ver con eso. Decir que nos disgustó el resultado de las últimas elecciones probablemente sea quedarse corto”.

¿Podrían pasarles factura declaraciones como estas en contra del actual presidente y su Administración? Pienso en los problemas que han tenido algunos artistas y bandas por sus ideas progresistas en territorio yanqui: de la cancelación de Dixie Chicks por criticar al presidente Bush en 2003 a la controversia generada por las consignas en apoyo a Palestina de los raperos Kneecap en el último festival Coachella pasando por las incontables amenazas de muerte recibidas por los canadienses Propagandhi por criticar el nacionalismo (e imperialismo) estadounidense. “Creo que la prensa ha exagerado todo esto solo para crear una historia, pero también es cierto que nosotros también hemos recibido amenazas de muerte. Fue en 2009 por la canción ‘Hero Of War’. Un tipo nos dijo que vendría a nuestro concierto y nos mataría. Creo que Rise Against es una banda hecha para estos tiempos y siento que no vamos a silenciarnos. No vamos a dejar de hablar de lo que hablamos. No vamos a dejar de intentar arrojar luz sobre la corrupción en nuestro país. Mientras tengamos un micrófono delante, hablaremos de ello”.

Más allá de describir la situación social y política actual, “Ricochet” persigue despertar conciencias y cambiar las cosas con cortes como “Nod”, “I Want It All”, “State Of Emergency” y “Soldier”. Saben que cada disco es una oportunidad de llegar a gente joven y transmitir unas ideas que no cuentan con el favor de un algoritmo diseñado para viralizar otro tipo de mensajes. “Sí, estoy totalmente de acuerdo y creo que ese es el motivo por el que seguimos hablando de esto, el motivo por el que no nos silenciamos. Hay gente joven escuchando que quizá todavía no tiene conciencia política”. En este punto Zac rememora su despertar político. “Recuerdo una época en la que no entendía lo que pasaba en el mundo adulto y tampoco prestaba mucha atención. El arte que consumía, la música que escuchaba, el punk y el metal, me ayudaron a conectar”. El guitarra de Rise Against creció en un pequeño pueblo de un estado tradicionalmente conservador, rodeado de gente blanca y racista, dice. Su padre, sin embargo, había sido el típico hippy con melena y pinchaba música rock en una emisora de radio. Con él descubrió las voces rebeldes de Black Sabbath, The Who, Neil Young, Bob Dylan… Más adelante empezó a tocar la guitarra con sus amigos y entró de lleno en el punk y el hardcore de Dead Kennedys, Minor Threat y DRI.

Después de casi dos décadas en Rise Against —Zac había tocado previamente en Hagfish, Only Crime y Gwar—, nuestro entrevistado no se imagina haciendo otra cosa. El punk rock es su vida y tocar en directo su actividad favorita. “Ninguno de nosotros se metió en esto para hacerlo solo por un tiempo y detenerse. Todos rondamos los cincuenta años, pero siento que todavía tenemos en combustible en el depósito para otros veinte”.

No puedo evitar aprovechar los últimos minutos de nuestra conversación por Zoom para hacerle saber mi devoción por Vanishing Life, una superbanda de la que forma parte y con la que publicó “Surveillance” en 2016. ¿Tienen previsto retomar el proyecto? “Te lo agradezco mucho. ¡Gracias por preguntar! Justo ayer estuve hablando de este disco con un amigo. Cuando montamos la banda, Walter [Schreifels] no estaba tocando con Quicksand, y Jamie [Miller] no estaba en Bad Religion. Todos teníamos más tiempo… Pero, sí, hemos hablado del tema y tenemos unas cuantas ideas”.

 

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.