"Este es más un disco de paisajes que de acción"
Entrevistas / Quique González

"Este es más un disco de paisajes que de acción"

Don Disturbios — 01-10-2021
Fotografía — Juan Pérez Fajardo

“Sur en el valle” (Cultura Rock, 21) es el disco número trece de Quique González y, más allá de cualquier estúpida superstición, podemos decir que es un álbum reposado, de los que requieren escuchas para ir paladeándolo poco a poco, recreándose en las potentes imágenes que consigue evocar.

Entablo comunicación telefónica con Quique González para descubrir cuáles son las claves que le han llevado a realizar un disco tan reflexivo y reposado como este “Sur en el valle”. Su voz suena débil al otro lado de la línea. Se encuentra en su casa de Villacarriedo (Cantabria) en pleno proceso de duelo porque su etapa lejos de la civilización está llegando a su fin. De forma algo lacónica me explica que la escolarización de su hija le obliga a acercarse más a la civilización. Eso sí, ya no se ve viviendo en una gran ciudad como esa Madrid canalla que inspiró sus primeros pasos. Son diecisiete años los que lleva viviendo aislado en un entorno idílico, cuya calma se ha ido filtrando en su música. Y, claro, este “Sur en el valle” no podía ser una excepción. Pero dejemos que sea él quién nos lo cuente

Me ha resultado curioso que en un momento en el que parece que estamos saliendo del túnel y empieza a haber cierta sensación de euforia, llegas tú y entregas un disco muy reposado, de esos que debe escucharse con calma y sin prisas. Es como ir contracorriente.
Bueno, las canciones están escritas en un momento en el que no había mucha euforia. Aunque la verdad es que tampoco la percibo mucho ahora. Percibo más miedo que euforia en la gente o por lo menos en mi entorno. Y luego, por otro lado, uno hace lo que le sale. Es cierto que el disco es bastante para dentro, reflexivo y que va lanzando preguntas al aire. Es más un disco de paisajes que de acción. Empiezo a ser consciente de lo que he hecho ahora, después de hacerlo. Y es verdad que la mayoría de las canciones están hechas en momentos introspectivos y eso condiciona el tono del disco.

"Yo tengo una forma de escribir como muy impulsiva, más de vomitar que de tener una idea previa sobre lo que quiero escribir".

¿Dirías entonces que no renuncias a realizar canciones más rockeras en el futuro o estás alcanzando una etapa de madurez en la que el cuerpo te pide ese tono más reflexivo?
No lo sé. No sé si esta va a ser una línea a seguir en mis próximos discos. Siempre se dice que un disco es un álbum de fotos del tiempo en el que has estado escribiendo las canciones y, entonces, este disco ha salido así, pero no creo que condicione a los siguientes. Y tampoco se trata de más rockero o menos rockero, porque en realidad son las canciones las que condicionan los arreglos, la producción, el aire o el paisaje sonoro. Entonces, seguramente las canciones que vengan, al hacerlas en otras circunstancias, supongo que saldrán distintas. Pero también es cierto que me gustaría avanzar en ciertas cosas que hay en este disco como concepto, porque me siento a gusto haciéndolo así, mas relajado. Así que, bueno, vamos a ver hacia dónde nos lleva.

Me ha dado la impresión que el concepto de “pérdida” sobrevuela a lo largo de varios cortes del disco y me gustaría saber si viene motivado por algún suceso en concreto que te haya pasado.
Creo que viene más condicionado por lo que te decía antes de que estoy pensando en irme de este sitio. Y eso es lo que creo que sobrevuela en el disco: la despedida. Suena un poco crepuscular por eso, más que por la pérdida de alguien en concreto. Es más un disco de lanzar preguntas que de recrearse en la pérdida. Me gustaría que pareciera eso.

Que la gente captara eso.
Sí, creo que el paisaje es muchas veces el protagonista y es un disco más de escenas que de protagonistas. O sea, es un disco más reflexivo y que va lanzando escenas del entorno en el que vivo que narrativo. No tiene tantas historias como otros discos.

También me ha parecido que hay cierto factor de resistencia al cambio e igual es algo que viene motivado por esto que me cuentas de que te tienes que marchar de la casa en la que vives desde hace diecisiete años. Pero es que hay versos muy claros al respecto, como cuando en “Tornado “ dices: “Me gustaría estar como si no hubiera pasado nada”.
Bueno sí. Igual esa es la canción más condicionada por la situación que hemos vivido al poco de comenzar el confinamiento y todo esto. Pero sí. No es un disco de despedida, pero es un disco de empezar a despedirse

De asimilar.
Sí, bueno... Sí. La verdad es que me cuesta hablar de ello porque es la segunda entrevista que hago y todavía estoy empezando a entenderlo yo también, sacando mis propias conclusiones. Yo tengo una forma de escribir como muy impulsiva, más de vomitar que de tener una idea previa sobre lo que quiero escribir. Así que me voy dejando llevar y luego es como que voy encajando las piezas y entendiendo un poco mejor mis canciones y de dónde vienen.

"No puedo tocar con alguien que me caiga mal. Necesito que haya piel. Notar que estás con gente que te hace sentir como en casa".

Supongo que el intercambio de impresiones sobre las canciones con tus músicos y tu entorno, con la gente en la que confías, te ayudará a establecer cuáles han sido esas preguntas que has ido lanzando, ¿no?
Sin duda. Es como que, a veces, el entorno, las opiniones y la lectura del disco de ciertas personas, me ayudan a mí a entenderlo e incluso a veces me hacen un poco como espejo. Los amigos, nuestras novias o la gente del trabajo nos ven de una manera que nosotros no somos capaces de percibir y creo que eso también sucede con los discos.

Este es un disco que requiere de una escucha sosegada, que requiere asimilarse son calma. Por eso me parece también un disco muy orientado a tus fieles. No sé hasta qué punto el contar con esa gente que tú sabes que está ahí afuera y te sigue, te otorga cierta libertad creativa para hacer lo que te dé la gana.
Por supuesto que creo que tengo un tesoro al contar con ese grupo de gente muy fiel. No me condiciona y tampoco considero que lo haga para ellos. Pero lo que sí me interesa, aunque sea una idea un poco abstracta, es seguir manteniendo el diálogo con ellos a través de mis canciones. Y creo que es más sano, más realista y más razonable, el que a mí me importe más ese grupo de gente que el hecho de intentar llegar a un público que no me conoce y que no se ha acercado a mi música porque eso realmente no existe. O sea, me importa más lo que tengo que lo que puedo llegar a tener. Eso me obliga a intentar hacer las cosas con el máximo respeto y el máximo amor para que ellos no se sientan traicionados o decepcionados. Y aunque luego eso es algo que está fuera de tu control, uno intenta hacer las cosas bien pensando en toda esa gente.

"A ver ya tengo cuarenta y ocho tacos y para un chaval de veinticinco que escucha reguetón le pareceré un dinosaurio, pero bueno"...

Supongo que partir de esa base que ya tienes, te da mucha seguridad porque no tienes esa necesidad de captar nuevos adeptos y, por lo tanto, la gente ya sabe lo que puede esperar de ti.
Bueno, sí. Siempre habrá personas que se sientan decepcionadas dentro de ese grupo y que dejen de escuchar mis discos. Pero ya te digo que eso tampoco está bajo mi control y, claro, me siento un privilegiado pero a la vez pienso que tengo que exigirme en mi trabajo y en mi cometido y agradecer también el esfuerzo a mis seguidores porque, como decías tú antes, este es un disco que requiere escuchas, en el que tienes que meterte, que te exige un esfuerzo, y eso para mí es respeto para la gente a la que le gustan mis canciones y con las que, como te decía antes, me gusta pensar que tengo un diálogo a través de mis canciones.

Al mismo tiempo que tienes esa familia que te sigue, también tienes un entorno de músicos muy sólido y muy bueno que, a la hora de escribir y luego grabar, deben dar una seguridad tremenda, ¿no?
Sí, yo necesito sentir algo parecido a la familia en mi relación con los músicos que tocan conmigo y con los técnicos y las personas que llevan el sello también. Necesito tener una cercanía que va más allá de lo personal. Por eso también intento ensayar y grabar siempre dentro de una convivencia, porque eso beneficia a la música y es música también en sí. Y claro, no puedo tocar con alguien que me caiga mal. Necesito que haya piel. Notar que estás con gente que te hace sentir como en casa. Por mi parte intento tratarles con el respeto y el cariño que se merecen, para que a su vez le pongan ese mismo cariño a las canciones y a su trabajo. Y la verdad es que me siento muy honrado de contar con su ayuda y su respeto. Les necesito para hacer mis canciones y mi música. Necesito a la gente que está a mi lado.

Además, como comentas, es un disco que habéis grabado tocando todos juntos en la Casa Murada de Tarragona. Un estudio situado en una masía rodeada también de naturaleza y, aunque el paisaje es muy diferente al de Cantabria porque predominan los olivos y algarrobos, no sé hasta qué punto es importante ese ambiente rural para darle ese toque más campestre, country o americana a tus canciones.
Es sano porque la casa, el estudio, la gente que lo lleva, te lo ponen muy fácil a la hora de grabar de esta manera, tocando todos en la misma sala, grabando con tomas directas con muy pocos 'recordings' y en ese sentido sí necesito un entorno que acompañe. Hay estudios buenísimos pero que están situados en un polígono y, cuando sales a descansar y tomar algo, no sé, a mí me da un poco de bajón, En cambio para mi música y mis canciones creo que juega muy a favor un estudio como la Casa Murada.

¿No te ha dado la sensación alguna vez de ser una especie de animal en vías de extinción? Lo digo porque no parece que haya en nuestro país un relevo generacional con esa tradición más 'dylaniana'.
No. Creo que hay gente que igual tienen veinte años menos que yo que están ahí y que además les va bien. No sé, ahora mismo pienso en Angel Stanich que me encanta o Fabián. Ambos me parecen dos talentazos y que, como casi todos los que hacemos canciones con una guitarra acústica, somos un poco hijos de Bob Dylan. Es inevitable que hayamos escuchado sus discos y luego salga filtrado en nuestras canciones. Pero vamos, no. No me siento un animal en vías de extinción. A ver ya tengo cuarenta y ocho tacos y para un chaval de veinticinco que escucha reguetón le pareceré un dinosaurio, pero bueno...

Pues yo echo en falta más gente joven como Joana Serrat...
Creo que hay más de lo que parece. No sé, pienso en Morgan o en La M.O.D.A. que están llenando pabellones con letras comprometidas y complejas... No es fácil encontrar muchos ejemplo, pero algunos hay... Y bueno, me encanta el disco de Joana Serrat por cierto. Me parece brutal. Así que sí hay gente haciendo cosas interesantes con las que yo conecto mucho.

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