La repuesta está en el mar
Entrevistas / El Diablo En El Ojo

La repuesta está en el mar

Xavier Riembau — 14-05-2003
Fotografía — Archivo

Veteranos ya de la nueva hornada de grupos de pop patrios, estos mallorquines intentarán superar las fronteras geográficas que les separan de la efervescencia de la península con las canciones de "Diablomar", su nuevo y atractivo larga duración.

El nuevo trabajo de El diablo en el ojo es crepuscular y nocturno. En cierta manera es un trabajo continuista respecto a su anterior largo. La diferencia básica es una mayor claridad de concepto y una intencionalidad de disco más unitaria que en "Nit". "En El diablo siempre han existido varias vertientes, muchas incluso han chocado y por supuesto nuestro sonido siempre se ha caracterizado por la heterodoxia y el mejunje de estilos. Sin embargo, en ´Diablomar´ hay algo, una sensación de unidad que, quizás, no tenía ´Nit´. No surgió de forma premeditada, es una de esas cosas que a veces pasan… ¿será madurez?". En este segundo abordaje la concreción se nota también en la instrumentación más austera, sin tanto arreglo y con más trabajo de grupo que de estudio.

"Lo de los festivales tiene mucho de surrealista… lo que antes era una alternativa al gran mercado se ha convertido en algo corporativo"

"Lo grabamos en unos meses, quizás demasiado tiempo, aunque fue por culpa de circunstancias extra musicales. Muchas de las canciones tenían bastante tiempo, canciones que compusimos después de ´Nit´ y que, a la hora de entrar en el estudio, ya estaban bastante perfiladas; en otras se jugó más a la improvisación porque eran más nuevas". Cuando les pregunto por referentes que a mi me parecen claros (Tindersticks, Waits, Coldplay, Smiths) responden así: "No, no, no... la verdad es que no pienso en Coldplay cuando escucho ´Júpiter´ (de hecho apenas he escuchado más de dos canciones de ese grupo) ni especialmente en Waits (aunque lo admiremos mucho). No creemos que tenga mucha influencia en ´Nuevos juegos, nuevos vértigos´...". En lo referente al parecido de la voz con la del cantante del grupo de Manchester tampoco lo ve claro. "Lo de Morrissey... bueno, me han dicho de todo (Bunbury, Nick Cave, Eddie Vedder e incluso ¡¡¡Peter Hammill!!!) y no sé. Lo de cantar no es más que una herramienta con la que expresarse, como tanta otras. Lo veo más bien como un ejercicio de catarsis". De Tindersticks no sabemos si solamente cogieron el nombre, pues no hacen comentario alguno de los británicos. También miran en casa y destacan algunas propuestas. "Me gustan algunos discos del señor Corcobado; ´Lunas de Miel´ de Mastretta me parece genial; Manta Ray están bien cuando no se les va la olla y juegan a marcianitos; y La Búsqueda, que es un grupo fantástico. Pronto sacarán un disco que va a alucinar a todo el mundo". Recordando la procedencia de esta última banda les preguntamos por cómo se vive en una isla y cuáles son las ventajas y desventajas. "Es una ventaja porque tienes rodeándote y a dos pasos el fantástico mediterráneo (aunque cada día esté peor). Todavía hay sitios muy hermosos y, por lo general, puedes llevar una vida bastante tranquila. A nivel creativo es un auténtico desastre... salir es caro y complicado, apenas hay salas de conciertos y las que hay duran dos días. En Mallorca no existe conciencia de cultura en cuanto a música pop, se está entendiendo como una distracción para chavales descarriados. En fin, qué te voy a contar". De hecho, su discográfica, Primeros Pasitos, tiene su sede en la isla. "Desde un principio sabíamos que estábamos trabajando con una compañía pequeña (con todo lo que eso implica). La repercusión del disco no sólo depende de la compañía, sino también del punto de relación que tengas con determinadas personas del negocio. Así que la repercusión es muy pequeña, pero acorde con nuestra situación real. Se trata de una progresión gradual... a estas alturas nadie piensa en destronar a Los Planetas". Hablando de grandes audiencias toca preguntar cómo le sienta a un grupo nocturno tocar a las cinco de la tarde en un festival. "Es extraño, pero tiene su gracia... la verdad es que lo de los festivales tiene mucho de surrealista… ya sabes... toda esa gente sin poder ver nada, todos figurando, tan guapos y modernos. La verdad es que se ha convertido en una gran paradoja; lo que antes era una alternativa al gran mercado se ha convertido en algo corporativo... como pasa siempre, ¿o no?". Sin duda la modernidad no va con ellos, ni falta que les hace, lo suyo es un discurso que busca en los sonidos más orgánicos para exponer en inglés, español, catalán o en formato instrumental el latir del corazón humano. Consejo: mejor disfrútalos a medianoche y con la luz tenue.

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