La puta canción de amor
Entrevistas / Miqui Puig

La puta canción de amor

Eduardo Ponte — 26-04-2004
Fotografía — Archivo

Anteriormente líder de Los Sencillos y autor de algunas de las letras que más hondo han calado en el subconsciente colectivo del seguidor del pop de este país. Miqui ha vuelto, aunque nunca se había ido. La marca es nueva, y las intenciones son a la vez diferentes y parecidas. “Casualidades” (Naïve, 04) da mucho juego.

“Casualidades” no es tan diferente de “Colección de favoritas” (Dro, 99), pero todo parece más aireado. A Miqui Puig se le ve optimista y tiene motivos para estarlo. Son numerosos los (merecidos) elogios que está recibiendo por su nuevo álbum, y uno no puede dejar de pensar que pocos se mostraron igual de entusiastas con “Colección de favoritas”. De aquel disco se ha mantenido buena parte del staff de músicos y un público independiente que Los Sencillos recuperaron un pelín tarde, pero que no va a venir nada mal para sustentar la actual aventura en solitario de Puig. Tampoco le ha venido mal la treintena de colaboradores del disco, entre los que se incluyen -al margen de la histórica Jeanette- Silvia (Niza) y Suzzette (Les Très Bien Ensemble). Ellas son la prueba de que, a diferencia de la mayoría de los músicos de su generación, Puig mira también hacia la actual escena pop. “Yo es que primero soy fan. Soy fan, muy entusiasta de la música. Sigo emocionándome cuando me compro un disco. Voy en el coche y estoy mirando la carátula antes de llegar a casa. A mí me encantan estos grupos. Creo que Niza han hecho canciones superbonitas, y que Suzette es supersensual cantando y tiene una manera y un savoir faire que no tiene ningún otro artista.

"Hay artistas que reniegan y dicen que no les influencia nada. Pues a mí, por desgracia o por suerte, me influencian muchísimas cosas "

Mucha gente de nuestra generación se ha aburguesado y ya no gusta de la música, ya no le gusta salir. A mí me sigue gustando salir y me sigue gustando ir a conciertos. Me sigue gustando ir a un festival y acabar en la barra a última hora de la mañana bebiendo con el cantante de un grupo de Albacete que me acaba de pasar su maqueta. Sigo haciendo este negocio no por fama, ni por dinero. Sigo haciendo este negocio porque me gusta”. Puig pasó bastante tiempo preparando el disco, y valora la relajación con la que fue dando forma a “Casualidades”; pero se nota que en el fondo echaba de menos todo esto. Vuelve al circo para mostrarse ahora como “un cantante solista interpretando canciones pop”. Añade un par de tonos y levanta el pedal de la exageración vocal, ya que no de la exageración escénica. “Sí, también está bien probar una vía nueva de desarrollo, ver que tu voz está fresca, que puedes seguir expresando emociones a partir de las tesituras. Es una cosa que me apetecía desde hacía muchísimo tiempo, que la he probado y en la cual estoy muy a gusto. Dejar de fumar ha ayudado para poder conseguir tonos más graves y estar mucho más relajado en el estudio”. Claro que, además de Miqui Puig, el cantante, está Miqui Puig, el ex-mod, ideólogo sonoro de una memorable colección de canciones que sigue teniendo la música negra en un mimado rincón. “Siempre he sido más de los que les gusta la música negra cantada y muy bailable, por eso me gusta el northern soul, que es la perfección de la música pop porque tiene melodía, tiene ritmo, tiene violines... La música negra sigue siendo la cosa que me nutre con la dosis justa, siendo muy consciente de que soy un blanquito y de L’Ametlla del Vallés, que es un límite bastante importante. Cuando planto ese bombo... ´como en tal disco´... Eso lo hacemos mucho... Las baterías, las entradas y los riffs... y el bajo de ´Con un traje de Elvis´, que es descaradamente northern soul... Son dos palabras que los músicos y productores estaban hartos de oír. Northern soul y Stereolab. Yo decía ´Esto tiene que sonar...´. Y todos: ´Sí, Miqui a northern soul´. ´Esto tiene que sonar...´. ´Sí, a Stereolab´. Ya sabían que cuando quería combinar guitarras eléctricas y orgánicas con electrónica era Stereolab y cuando quería cosas más elegantes era northern soul. Son referentes que tienes y que están ahí. Me agrada cuando de repente alguien me dice ´A mí me recuerda a Beautiful South... Beautiful South... y me voy a casa y saco los discos de Beautiful South´. Creo que algo de lo que escuchas siempre impregna la manera que tienes de trabajar. Hay artistas que reniegan y dicen que no les influencia nada. Pues a mí, por desgracia o por suerte, me influencian muchísImas cosas”. Son las reglas del juego en “Casualidades”. Miqui Puig decidido a convertirse en el mejor cantante pop del país. Eso ahora, claro. El futuro es una incógnita, y más en las manos de alguien que nunca hizo un disco de Los Sencillos idéntico al anterior. Apostemos. ¿Imaginan a Guille Milkyway produciendo un disco de Miqui Puig? “Es una de las asignaturas que tenemos pendientes Guille y yo, hacer alguna cosa juntos. Lo mismo puede ser una canción que un disco, un Ep o cualquier cosa. La gente se queda sólo con esa faceta suya naïf y bubble, pero me parece un compositor y un personaje que merece ser reivindicado. Es de esa gente con la que conectas, gente que reconoce que Herb Alpert puede ser un genio del pop y Stephin Merritt lo mismo, con el que puedes hablar de Jeanette y de electrónica de clicks´n´cuts... Miqui Puig siempre ha buscado eso. El equilibrio entre José Feliciano y los Pastels. Yo quería ser Morrissey o Paul Weller, pero me sobraban veinte kilos, o sea que tuve que conformarme con ser Miqui Puig. Es lo que hay”.

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