El consumismo nos está llevando a extremos bastante locos
Entrevistas / Joan Colomo

El consumismo nos está llevando a extremos bastante locos

Carlos Pérez de Ziriza — 09-06-2024
Fotografía — Archivo

Joan Colomo (Sant Celoni, Barcelona, 1981) sigue siendo uno de nuestros creadores de canciones más singulares. Siempre con ese tacto doméstico de las cosas que se hacen de forma artesanal y con la retranca de quien observa esta enloquecida sociedad con dosis de vitriolo, el catalán registra su octavo álbum desde 2009, el chispeante "Tecno realista" (Montgrí, 2024).

"Tecno realista" (2024) se llama el disco: ¿es el tecno escapista por definición y de ahí la contradicción del título? Casi siempre lo asociamos a lo hedonista, y parece que para hablar de cosas de la actualidad haya que empuñar una guitarra, más aún si es como denuncia.
Bueno, la verdad es que cuando le pongo título a un disco, me gusta darle varios significados, y en este caso era la suma de varias ideas. Pero la principal es lo opuesto al tecno optimismo, esta idea de hoy en día de que la tecnología nos salvará del cataclismo al que el sistema nos va llevando poco a poco y todo esto rollo de que es mejor que no paremos la máquina, que ya nos inventaremos algo o nos iremos a vivir a Marte. Por otro lado, este disco me lo he hecho en casa, con mis medios muy primarios: un ordenador que se me colgaba todo el rato a la que le ponía cuatro plugins, me lo he mezclado yo también, es un disco un poco maquetero pero me lo he hecho yo y ha sido un acto de realismo también a nivel tecnológico. Pensé “yo con mis maquinitas ya me lo hago”, pero en verdad luego me he dado cuenta de que para grabar un disco necesitas cierta tecnología que yo no tenía. Tampoco el disco tiene mucho de música tecno: sí que es verdad que hoy en día lo hacemos todos con un ordenador, y aunque haya guitarras, casi todo es tecno ya, dejamos poco margen a las cosas de madera, orgánicas. Todo se acaba haciendo con un ordenador.

De hecho, “Tot és molt difícil”, que es la primera canción del disco y la que sacaste como adelanto, es la que más se desmarca del resto, prácticamente acústica, como si jugaras al despiste.
Total. En verdad era más tecno la canción, y no la iba a poner en el disco, la tenía de hace tiempo. Y en el último momento, cuando estaba acabando la grabación, había dos canciones en las que no me salía la letra, no me funcionaban, y las quité: me quedaban solo nueve, y como la versión tecno de esta canción no me funcionaba, la grabé así acústica, en un momento. Pero me daba la sensación de que podía tener sentido que fuera en el disco. Y habla también de toda esta historia de la que trata el disco, en parte. No tiene nada que ver con el resto de las canciones a nivel de vestido. Es más acústica y sí, era jugar un poco al despiste.

"Hoy en día lo hacemos todos con un ordenador, y aunque haya guitarras, casi todo es tecno ya, dejamos poco margen a las cosas de madera, orgánicas"

La canción habla de la “civilización en estado terminal” y “lo complicado que es vivir en Barcelona y hacerlo con ilusión”.
Imagino que la historia debe ser similar en cualquier gran ciudad. Digamos que se nos complica la cosa a los habitantes de las grandes urbes porque entre el precio del alquiler, el cambio climático, la masificación de turistas… realmente es difícil. A mí siempre me cuesta hacer canciones, y la música, y en cambio hay algunas que salen solas, y esta es una de esas. De las que vas cantando en tu cabeza, que para mí son las que tienen más gracia. Ha surgido sola, sin darle más vueltas.

Al igual que ocurría con anteriores discos, todas las canciones se inspiran en la actualidad. ¿Eres de quienes necesitan desconectar de las noticias, de vez en cuando, por higiene mental?
Totalmente, y lo que me pasa en los discos, desde hace tiempo ya, es que los inputs que tengo son básicamente esos: mi adicción a la actualidad, que ha ido empeorando con todo el tema de las redes sociales y el twitter, que es una cosa patológica, esta necesidad de saber todo el rato lo que pasa en todo el mundo, mirando la guerra en directo… y es de la que me nutro para hacer las canciones y los discos últimamente. Sí que es verdad que mis últimos discos se basan en eso, en esa crítica al sistema capitalista, que en cada disco va cogiendo un enfoque distinto, y en este caso me parecía que vivimos en un momento de explosión tecnológica con todo el tema de la inteligencia artificial, y estamos muy flipados y muy enganchados a todos estos dispositivos y estas tecnologías, y me parecía que era un tema de actualidad.

Yo a veces intento ser optimista y pienso que llegaremos a saturarnos de las pantallas, y se impondrá una vuelta a lo analógico, o al menos a aquello que podemos tocar: el papel, los discos físicos y todo eso. Igual soy un iluso.
Bueno, con la eclosión de las plataformas de streaming audiovisuales al principio era una locura: te das cuenta de que tienes todas las películas que quieres ver, pero al final cuando te das cuenta de que te tiras todo el rato haciendo scroll para saber qué es lo que vas a ver… hasta cuando ibas antes a alquilar una película al videoclub, esa película la veías tres veces durante el fin de semana y consumías las cosas de una manera muy distinta. El consumismo de nuestra sociedad nos está llevando a extremos bastante locos. De hecho, con los niños y los teléfonos móviles, ya se está viendo que hay generaciones de padres que piensan que quizá darle un móvil a un niño muy pequeño es liarla parda. No sé, confío en que sí. Aunque lo más probable es que este cambio venga dado por una debacle, que petemos por algún lado. Se está viendo con el tema de las enfermedades mentales. Ojalá podamos redirigir esto. También es más probable que se acabe el litio para hacer las baterías de los dispositivos antes de que nos demos cuenta de que estas máquinas nos están volviendo locos.

La hoja de prensa te describe como “un Ray Davies escurridizo y de mirada cabizbaja”, y hay un par de canciones, “Filles d’internet” y “Dona’m quelcom”, que me recuerdan mucho a unos de sus más aventajados alumnos, los Blur de mitad de los noventa.
Pues la verdad es que a mí esa época me pilló de hardcoreta, pero sí que es verdad que siempre he sido más de Blur que de Oasis, y en ellos veo la influencia de Syd Barrett y toda la música inglesa que me gusta más. Tampoco he sido nunca muy seguidor, pero entiendo que hay conexiones porque, además, la influencia de un grupo puede venir a través de otros grupos anteriores que les hayan influido a ellos.

En “Brossa nova espacial” te marcas un juego de palabras entre la bossa nova y la basura espacial…
La idea del disco se puede personificar en la figura de Elon Musk. Viendo la ristra de satélites de Starlink, que es alucinante, te preguntas por qué a este señor le dejan llenar el espacio de chatarra, sacando los recursos del planeta. Se va a Argentina, como si fuera un jefe de estado, a expoliar… y encima lo vende todo como que está haciendo un favor a la humanidad, cuando lo que está haciendo es acelerar toda la debacle. La canción va de eso, pero también es autocrítica, como el resto, porque yo intento comprar cosas sin plástico pero al final, en el día a día, llenas la basura de plástico, porque realmente somos unos generadores de basura terribles. Un amigo mío tiene un colega en Canarias, que dice que es basurero espacial, trabajan con un telescopio, vigilando la basura, que son toneladas y toneladas orbitando a nuestro alrededor. Como si no tuviéramos suficiente con un planeta inmenso. Es de locos.

¿Te sientes una rara avis dentro de tu escena, sea la que sea?
Bueno, no lo sé. Al principio sí que pensaba que estaba, y estoy, muy abierto a otros géneros, pero también con el tiempo me doy cuenta de que he hecho como mi género propio y no me salgo de ahí, que también me gustaría (risas). Pero como es este proceso tan natural, de que hago lo que me sale… al final me doy cuenta de que no estoy evolucionando demasiado, pero creo que hoy en día ya todo el mundo mezcla todo tipo de cosas. Sí que es verdad que hay grupos que se centran más en un estilo, pero en genera hay todo tipo de propuestas, y cada vez más mezcladas y abiertas.

¿Cómo recuerdas los tiempos de Zeidun y The Unfinished Sympathy?
Este tema de hacerse viejo lo llevo con mucha nostalgia. Un sentimiento que creo que nos invade a toda la sociedad. Parece que vivimos antes tiempos mejores y ahora no hay perspectivas de un futuro alentador. Recuerdo esa etapa de hacer rock con nostalgia por haber pasado muy buenos momentos, aunque hace una semana estuvimos tocando con Zeidun, con The Unfinished Sympathy nos vamos viendo y es algo que sigue ahí.

 

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