“Iris Silver Mist” hace bandera de esa capacidad del legendario sello británico 4AD para producir álbumes que te transportan a otros mundos. En pleno dominio de su personal lenguaje, Hval entrega un noveno álbum tan maduro como personal. La entrevista en persona, que iba a coincidir con su visita a La Casa Encendida de Madrid, se malogra, así que contactamos con ella a través del correo electrónico.
Hval recuerda con mucho cariño su gira por España cuando no era conocida, y no es nada complaciente con su trabajo. Especialmente con su faceta de novelista (en España se publicó en 2021 “Paraíso podrido”, a través de la editorial Amor de Madre). “Sufro mucho con la ficción, probablemente esa ha sido la única vez en que escribí una novela clara con una historia. Pero me costó. Los ensayos y la poesía están más cerca de mi música”.
En relación al nuevo álbum explica que se empezó a interesar por los perfumes “después de la pandemia, cuando comencé a viajar tras los últimos confinamientos. Quizá estaba preparada para que otro sentido invadiera mi vida, debido precisamente a la pandemia, no estoy segura… El caso es que abrir mi nariz a los aromas fue intenso. Estaba muy desilusionada con la música en ese momento, porque había perdido toda su parte física a causa del streaming, las restricciones por la pandemia y la desaparición de la crítica cultural en los medios generalistas. Esto llevaba pasando mucho tiempo y la pandemia lo manifestó de un modo más agudo”. La artista empezó a oler cosas “cada vez que podía, a leer libros sobre ingredientes, la historia de la composición de la perfumería. Todo lo que pude, básicamente. Se suponía que tenía que componer música, pero estuve muy poco inspirada durante meses. Quizá estaba un poco cansada. Pero el interés por el olor se convirtió en parte de mi vocabulario general, y cuando empecé a componer música otra vez, me inspiraron esas investigaciones”.
“Cuanto menos me preocupo de mi interpretación, más me meto en la música"
“Todo esto suena como si hubiera pasado durante mucho tiempo, pero tuvo lugar en unos pocos meses. Grabé algunas maquetas, escribí muchos textos, desarrollé una pieza de performance con mi banda, seguí escribiendo música y textos… Un montón de cosas se entrelazaron. Pero esa conexión entre el aroma y las texturas de sonido me siguió interesando, así que el aroma pasó a formar parte de la performance, del libro que estoy escribiendo y del álbum. Decidí que no podía encontrar mejor título que ‘Iris Silver Mist’, matiza.
La noruega sostiene que no había una intención particularmente intelectual detrás de todo este misterioso proceso, sino que se guió, como siempre, por la intuición. “Para mí, el perfume ‘Iris Silver Mist’ es un aroma frío, terroso y polvoriento. Me recuerda al sonido de unas cuerdas muy frágiles, una voz que respira o reverbera, o una cinta antigua con voces fantasmales. Me interesan la respiración y los sonidos de respiración, sonidos suaves. Seguro que me interesan los contrarios, pero raramente pienso en ello. Cuando compongo, estoy improvisando. Pienso mucho en lo que hago, pero no lo planeo ni lo intelectualizo hasta mucho después de haber hecho la mayor parte de la música”.
“Generalmente encuentro los temas del disco muy a posteriori”
En este sentido, a Hval los temas del álbum todavía se le están “revelando”. “Eso no significa que no reflexione sobre lo que me interesa, sino que generalmente encuentro los temas a posteriori o en piezas improvisadas que escribo y grabo sin planear demasiado. Lo que sí me planteé hacer es componerlo todo junto, en el mismo documento. De modo que cada canción necesitaba nacer de la anterior pieza. Todo en este disco empieza dentro o debido a otra canción. Incluso la primera”. Gran parte de lo que ha quedado son sus maquetas originales, con algunas baterías adicionales. “Quería conservar los tempos y los cambios de acorde raros de las maquetas. Así que Håvard Volden, que es mi pareja y forma parte de mi banda, le pidió a Christian Næss, un batería fantástico, que tocara sobre mis maquetas. El resultado fue en gran parte alucinante, pero no funcionó en todas las canciones, así que el disco acabó teniendo una mezcla de baterías reales con mucha sala y cajas de ritmos o samples”. Su voz brilla especialmente, aunque Hval se resta méritos. “La grabación de la voz definió el proyecto y el desarrollo de la producción. Cuando empezamos a grabar más partes para las maquetas originales, perdí la voz, así que acabé buscando archivos viejos, maquetas vocales, grabaciones de prueba y todo tipo de material durante las sesiones de grabación y las mezclas. Tuve también que rehacer voces en un momento en el que a duras penas podía emitir un sonido, así que no me pude permitir el lujo de ser auto consciente, sino que tenía que asegurarme de grabar algo. Esto unificó más el disco, creo. Nunca me he preocupado menos de mi propia interpretación. Cuanto menos me preocupo, más me meto en la música, en lugar de creérmelo”.
Asociada a las vanguardias, la nórdica afirma sin embargo que “cuanto mayor me hago, menos me emociona la reinvención. Veo mi trabajo más como una continuación y una vuelta constante al mismo flujo. Y eso es en realidad un alivio”. Quizá como reacción a la pandemia y sus consecuencias, los conciertos de la nueva gira van a ser muy directos. “Quiero estar presente y ser más una cantante de canción protesta que una animadora multimedia. Supongo que es lo que pasa cuando el mundo se hunde en el Apocalipsis. Quiero ver a la gente”.

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