Si bien los fans de Oceansize y sobre todo los de Biffy Clyro esperaban con curiosidad este grupo basados en los spoilers eternos que Simon Neil (voz y sintetizadores) y Mike Vennart (guitarras) dispensaron a los medios desde hace años, el debut discográfico de Empire State Bastard no ha pasado desapercibido en el radio pasillo de la música extrema. Más aún cuando Dave Lombardo (ex Slayer, Fantomas, Mr Bungle, Suicidal Tendencies y un etcétera inabarcable) forma parte de la formación que se completa con la bajista Naomi McLeod.
¿De dónde surgió la idea de este grupo?
Bueno, vengo tocando la guitarra para Biffy Clyro desde hace unos quince años, pero soy amigo de Simon desde hace veintidós. Salimos, hablamos tonterías y la idea de tener nuestra propia banda siempre estuvo ahí presente. Pero las ideas no terminaban de cuajar, porque aparte, Simon ya tenía el nombre de la banda y el punto era cómo hacer justicia con la música a un nombre tan bueno. Me tomó bastante tiempo dar con ese sonido.
¿Cuáles son los artistas o circunstancias que os han influido a la hora de tomar esta nueva dirección musical?
Bueno, la pandemia hizo lo suyo. Las malas vibraciones del momento actuaron de algún modo como inspiración. Específicamente en este país, fue el pico de los gobiernos de extrema derecha que venían desde 2010, era inaguantable. El disco se escribió muy en respuesta a eso.
"Merecemos que el sistema funcione así, por vivir en esta sociedad fascista y codiciosa"
¿Cuándo os disteis cuenta de que Dave Lombardo sería el batería perfecto para esta banda?
Oh, Dios mío. Más allá de yo ser un gran fanático de lo que hizo tanto en Slayer como en Fantomas o ahora que está en Mr Bungle o sus colaboraciones con John Zorn, cuando comencé a grabar las demos tenía ciertos parámetros, por ejemplo, con las guitarras pensaba en Tony Iommi, en el bajo pensaba en Shane Embury de Napalm Death y en la batería era Dave Lombardo quien aparecía en mis pensamientos. Era ese sonido. Había que encontrar quien lo tocara, consultamos a muchos amigos que están en bandas y todos nos decían “no puedo hacer esto, es muy rápido”, entonces lo pensamos bien y dijimos “¿por qué no?”. Increíblemente Dave se subió al plan de inmediato. Lamentablemente fue en plena pandemia así que tuvimos que relacionarnos en remoto. Así que increíblemente este es un disco hecho sin que nadie estuviese interactuando en una misma habitación. ¡Y lo mejor es que salió genial! Suena agresivo y real. Y tocar con Dave es, sin duda, una de las cosas que más amo de estar en esta banda. Es una fuerza natural, un deleite, muy visceral. Nadie tiene esa fuerza. La mayoría de los baterías no tienen esa pasión en su corazón y su alma.
Pensando en tu forma de tocar… Siento que la música de Oceansize es música calculada, música que requiere paciencia, que explota en el momento justo, normalmente después de largos procesos de aclimatación. Este proyecto es justo lo contrario. ¿Estás poniendo en práctica el deseo de tocar música completamente visceral y directa al hueso con este proyecto?
Para ser honesto, debía ser de esta manera. Simon y yo siempre compartimos el amor por la música agresiva y extrema. Él es más del campo del hardcore y yo del metal tradicional. Oceansize teníamos un pie en el metal, más en la onda compleja de Meshuggah aunque a veces me parece demasiado complicado. Creo que me estoy liando, perdón [risas]. En los días de Oceansize no tuve la necesidad de hacer música tan fuerte en el sentido metalereo de la idea. Lo mío era el post-rock, la épica, mucho eco y texturas. No quería que Oceansize fuera una banda de metal. Es algo diferente, pero también fue una respuesta a toda la mierda que se vivía en el mundo, no solo en el país de mierda en el que vivo. Oceansize fue una banda emocional. Era una forma de descargar la tensión que nos acosaba.
A propósito, ¿cómo fue formar una “banda no típica de Manchester” en Manchester a mediados de los noventa, cuando la ciudad era el centro de la escena musical mundial?
Estuvo bien. Oasis eran un gigante en esa época. En muchos sentidos nosotros no abrazamos la escena local, simplemente porque no sonábamos como se suponía viniendo de Manchester. En ese momento yo estaba un poco resentido por la romantización del sonido Manchester, pero ahora que soy más viejo me doy cuenta que de aquí salió mucha música increíble. La realidad es que no teníamos nada que ver con Oasis, ni con Happy Mondays o The Stone Roses. Simplemente hicimos lo que creíamos que debíamos hacer, tuvimos suerte de que la escena en Manchester gozara de muy buena salud. Había bandas buenas y malas, pero todas las salas de conciertos estaban abiertas a nosotros.
Volviendo a Empire State Bastard. ¿Cómo es tocar estas canciones en el escenario? Supongo que requieren de mucha energía.
No es algo sencillo. No bebo antes de los shows porque necesito estar a la altura de Dave. Ensayo mucho porque tengo que estar al tope de mi juego, necesito que cada golpe en las cuerdas de guitarra te golpee en la cara. Necesito que sea muy poderoso. No doy nada por sentado, ¿sabes? Estoy tocando con el mejor batería que jamás existió. Quiero que la gente piense que lo que hago merece la pena, aunque creo que nadie está a la altura de Dave Lombardo [risas].
Es otra manera de pensar: se necesita que cada beat sea conciso y preciso.
“It's always someone else’s fault” (“La culpa siempre es de otro”) es una frase poderosa, que está en el tema “Moi?” ¿De dónde viene la inspiración para esta letra?
Creo que puedo hablar por Simon en esta. Se trata de estar completamente harto de la falta de responsabilidad en lo que refiere a nuestro gobierno. Es terrible, todo es una mierda. No podemos movernos porque los trenes están de huelga, los maestros están de huelga, los doctores están de huelga. La energía eléctrica no es suficiente. Todo se vuelve una mierda. Y se culpa a la Unión Europea por el Brexit. Todas estas cosas son esencialmente por las que nadie tiene la voluntad de tomar responsabilidades. Nadie dice “esto está yendo mal, no pensamos que saldría así”. Merecemos que el sistema funcione así, por vivir en esta sociedad fascista y codiciosa en la que cuando alguien quiere tomar las riendas para mejorar las cosas se lo voltea. Hay una gran desigualdad. Es una mierda, me pone muy mal. Me provoca odio.
Vi algunos videos y me llamó la atención que tocan en lugares muy íntimos. ¿Cómo fue la conexión con el público? ¿Había fans de tu banda y de la de Simon? ¿O más bien gente interesada en la música extrema?
Es una mezcla. Porque venimos hablando de esta banda desde hace más de una década. Incluso comenzamos a hablar cuando aún no teníamos ni una canción, aún no existíamos. Cuando comenzamos a tocar fue como una celebración de lo que tanto habíamos anticipado. Esta banda “fingida” finalmente existe y encima con Dave Lombardo ¿qué más se puede pedir? Fue una experiencia realmente positiva. En cuanto a lo demográfico, Dave atrae mucha gente, todos quieren verlo tocar en directo.
El disco tiene un nivel de intensidad enorme. A menudo pienso que estar expuesto a semejante intensidad es terapéutico. ¿Qué artistas de música extrema te cautivan?
Bueno, aún no puedo salir del último disco de Napalm Death. Es una banda que escucho desde el instituto. Cuando tenía once o doce años salió “Scum” y, es curioso, pero yo estaba listo para este tipo de música en aquel momento. Luego les seguí el rastro a través de los años y estuvo bien, pero su último disco me ha volado la cabeza. Imperial Triumphant me parecen un grupo fantástico, con una forma de expresarse única. Full Of Hell, también. Melvins, obviamente. Y ahora estoy muy metido en una banda llamada Body Void, que tienen un nuevo disco aplastantemente oscuro y pesado.
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