"El espacio es metáfora de estados de ánimo"
Entrevistas / Órbita

"El espacio es metáfora de estados de ánimo"

Carlos Caneda — 15-02-2016
Fotografía — Jorge Regla

Cuando Órbita fue elegida Banda Demoscópica del 2013 para la redacción cántabra de esta revista, su propuesta aún se encontraba recién perfilada. Ahora vuelven con “Punto de no retorno” (2015), un disco en el que desarrollan y llevan a un nuevo límite las ideas que expusieron en su debut.

En aquellas primeras canciones ya cruzaban la sencillez en las melodías vocales con un espíritu explorador en las atmósferas, las texturas y los desarrollos instrumentales. Dani (voz y guitarra) cuenta que “de los grupos de donde veníamos de tocar Bill y yo [anteriormente estuvieron juntos en las bandas de hardcore Hansoku y Dédalo] habíamos acabado saturados de tocar fuerte. Así que cuando empezamos con Órbita la premisa era tener grosor de sonido sin que fuera a base de caña. Queríamos unir intensidad y limpieza”. A partir de esta premisa nace lo que ellos llaman post pop y que, según Bill (batería), consiste en “coger estructuras del post rock, pero simplificadas hacia la forma y la melodía del pop”. Dani añade que “por ejemplo, algo parecido a The Appleseed Cast, que parten de estructuras de emo, de indi o como lo quieras llamar; pero después dan mucha importancia al componente de delays, capas, sintetizadores…”.

Ya llevaron a la práctica estas ideas en su EP “Base tranquilidad”, así que ante un título como “Punto de no retorno” surge la duda de si este disco va a suponer un cambio en la trayectoria del trío. Bill responde que “yo sí le quería dar un sentido de punto de inflexión, porque el EP fue un poco por probar, y con el primer largo ya estamos lanzados y no hay marcha atrás. Y con el punto positivo; no el toque de no retorno de “vale, voy a morir porque no voy a poder volver para atrás”, sino más “esto me hace ir para adelante, tirar para adelante”. Aunque Pablo (bajo, teclado, coros) bromea “qué va, en realidad es porque nos enteramos del disco de Soul Gestapo y se lo fusilamos (risas)”. Lo cierto es que ya es casualidad que apenas cuatro días antes de que el pasado 18 de diciembre Órbita publicaran este “Punto de no retorno”, Soul Gestapo presentaron su disco “Point of No Return”. Eso sí, ya en serio, tanto unos como otros confirman que nada de esto fue premeditado.

La estética de ciencia ficción resulta esencial dentro de la propuesta de Órbita, y se manifiesta tanto en el nombre como en el sonido cósmico, los diseños y también en las letras. Sin embargo, a menudo en estas últimas afloran historias mundanas sobre temas más íntimos, como el aislamiento o los desengaños personales. Según comenta Dani, “trato de expresar estados de ánimo que tengo en el momento en que hago las letras, contando una historia que puede estar relacionada con temas espaciales o no, según lo que me pida la canción. El espacio es metáfora de estados de ánimo”. En cualquier caso, apunta que “cuando empezamos con el grupo siempre pensamos en las letras y en la parte lírica como un instrumento más, una capa que acompaña al resto de sonidos”. Bill añade que “todas las canciones podrían ser instrumentales porque siempre se construyen de forma instrumental. Ya al final se le añade la letra, y entonces se alargan o se acortan cosas para que encaje”.

Meticulosos y perfeccionistas hasta la extenuación, rechazan muchas de las comparaciones a priori más evidentes que se les hacen. Ese es el caso de “Oro y negro”, la canción más luminosa de su repertorio, en la que ellos no terminan de reconocer los paralelismos que otros dicen encontrar con Los Planetas, Mercromina o incluso Sr. Chinarro. “Desde que la empezamos a ensayar hasta el disco ha cambiado muchísimo. Al final ha quedado bastante electrónica, pero empezó sonando más a Mogwai que a otra cosa”. Del mismo modo no sienten que el oleaje de delays de “Eclipses” o “La cara oculta” esté inspirado en Delorean, a pesar de que la mezcla del disco ha corrido de la mano de Hans Krüger, productor fetiche del cuarteto de Zarautz. Dani señala que “de hecho, yo a Delorean no les tengo muy tratados”. Pablo dice que “Hans entraba en la ecuación porque nos parece de la gente más pro que hay ahora en España. Creemos que él puede entender bastante bien el concepto de todos los temas, y además tenemos la suerte de tener una buena amistad con él. Para mí grabar un disco supone trabajar con Hans”.

Acostumbrados como estaban en sus proyectos anteriores al háztelo tú mismo y a las producciones caseras, con este álbum la mayor parte del trabajo se ha realizado con medios ajenos. ¿Qué ha supuesto esta nueva forma de trabajar? Pablo comenta que "el outsourcing, externalizar procesos, ayuda a que se agilicen las cosas, porque ya no tenemos la carga de tener que estar encima de todo el proceso de trabajo, y también porque todo empieza a valer dinero y no se puede alargar…". Aunque Dani apunta que “a pesar de todo nos seguimos tomando las cosas con cierta calma, nos sigue costando decidirnos”.

En cualquier caso, lo importante de todo este laborioso proceso de creación es el resultado: un álbum apasionante, marcado por un sonido personal en el que es difícil no quedarse atrapado escucha tras escucha.

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