"Que la gente conecte con lo que digo es lo que más ilusión me hace”

Todo lo que viene a continuación sucede en las montañas verdes, en primavera. El director es una mezcla entre Wes Anderson y Pedro Almodóvar. Aparece bastante el hotel Chelsea y un coche antiguo, “medio surfero, divertido”, en el que bajar las ventanillas del coche y gritar a pleno pulmón una decena de canciones. Así es el cinematográfico disco debut de Begut, “Un diez en lo emocional” (BMG, 25).

Cuando bajo las escaleras de las oficinas de Mondo, me encuentro que Begut está en plena grabación de una versión acústica de “Etiqueta de feliz”. Es un tema con una historia muy especial detrás y que más adelante me contará, y me quedo calladita relamiéndome de poder disfrutar de este directo prácticamente privado. Nada más terminar, viene a saludar felizmente, casi dando brinquitos, como quien no puede esperar más para hablar sobre su tesoro. Y es que la zaragozana lleva más de tres años esperando lo que está viviendo ahora: el estreno de su primer disco. “Necesitaba este tiempo para construir el disco que quería, y no quería correr prisa en lanzarlo”, explica.

Son diez canciones que actúan como un retrato de los veintipocos, con un entusiasmo contagioso (no hay canción que no te haga bailar a lo Lisa Simpson) y poco filtro. “Marte” es un claro ejemplo de ello: “empecé escribiéndola como una canción de amor, pero luego me di cuenta de que hablaba de mi vida: de cómo siempre me he sentido rara, diferente. Y de pequeña, eso lo odiaba”. Cuenta que “escribir una canción así ahora, cuando ya no me siento rara, me da ternura hacia mi yo pasado”. Recuerda ir de niña en el coche, escuchar “Creep” de Radiohead y sentirse muy identificada. Quién sabe si hay ahora alguna niña escuchando su “Marte” y notando la compañía de Begut.

“Es muy difícil escribir una canción de amor pura, limpia, sin llamar a emociones negativas y que simplemente celebre el amor”

Lo que sí es seguro es que decenas de personas le cuentan por redes lo mucho que “les llegan” sus letras. “Me alegra, porque para mí es una de las partes más importantes. Estudié composición en Inglaterra y lo que más me gusta son las palabras. Escribir canciones y que la gente conecte con lo que digo es lo que más ilusión me hace”. Con quien no sabe aún si ha conectado es con el protagonista de “Tu banda favorita”, me confiesa: “No hay tantas personas muy importantes en mi vida, así que supongo que le habrá llegado, pero ¡que me lo diga!”, pide entre risas.

Begut tiene algo que engancha. Desprende luz casi sin quererlo. Y no hay forma de explicarlo mejor que escuchando esa “Etiqueta de feliz” con la que comenzábamos. Pero una canción tan cristalina y luminosa no fue fácil de crear. La escribió un día en casa con su novio (también músico, en Total Noventa) y cuando fue a grabar el disco de “Un diez en lo emocional”, la estrofa no se le iba de la cabeza. “Se la enseñé a Pau Paredes [productor del álbum], le encantó, y juntos desarrollamos el estribillo. No me costó por ser difícil emocionalmente, sino porque es muy difícil escribir una canción de amor pura, limpia, sin llamar a emociones negativas y que simplemente celebre el amor”, explica.

“En la banda de Carlos Ares hay una cohesión y una manera de vivir la música muy especial, centrados en la verdad”.

Esa honestidad también conecta con lo que me cuenta sobre sus referentes. Nombres como Big Thief, Leiva, Phoebe Bridgers o Carlos Ares aparecen en la conversación: “los admiro porque son muy auténticos y fieles a lo que quieren hacer y les dan mucha importancia a las letras”. Quizá relaciones los nombres de Carlos y Begut porque ella pertenece, precisamente, a su banda, en la que “hay una cohesión y una manera de vivir la música muy especial, centrados en la verdad”, destaca. Ya que este disco debut es algo así como un álbum de instantáneas de los últimos años, le pido que me describa la imagen actual. “Es una etapa muy bonita...”, indica sin dejar de sonreír, “estoy cansada porque estamos de aquí para allá, pero cada vez que me subo al escenario, pienso mientras toco: ‘haz una foto mental de esto, disfrútalo’. Esa sería la foto del momento: yo misma mirando al público, pensando en disfrutar, rodeada de gente a la que quiero y que me quiere”.

Aun así, hay cosillas que la alejan de llegar a esa “Matrícula de Honor” en lo emocional. “Quizá soy un ocho, no un diez aún, porque hay días que me cuesta, tengo inseguridades…” que vienen sobre todo de las redes, de ese dolor de tripa que no le deja dormir cuando, ya a punto de cerrar los ojos, recuerda que “tiene” que subir algo. “Es complicado gestionar las expectativas, la opinión de todo el mundo y la presión de estar siempre presente”, y es casi imposible poner límites cuando piensas en todo momento que “podría estar haciéndome viral ahora mismo”, añade.

Por eso escogió el símbolo de la estrella para la portada, pues son otra forma de puntuarse que además conecta con la idea del éxito: “me parecía un símbolo que me representaba y que ilustraba bien cómo me siento en el disco: a veces brillante, otras apagada”. Poca tregua tendrá ese brillo los próximos meses. Si alguien quiere pasarse a ver a Begut, andará de festival en festival con Carlos Ares. “Y a la vuelta del verano quiero comenzar a dar conciertos con mi disco y empezar a girarlo, pero tengo que ir paso a paso. Soy una, y necesito la coraza de la banda, no quiero hacerlo sola. Ya tengo mis seleccionados… Y me apetece mogollón”.