Oposición
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Oposición

8 / 10
David Pérez — 17-08-2025
Empresa — Anagrama

Sara Villalba (Sada Villalba, cuando se presenta ella, por su frenillo), la protagonista y narradora de “Oposición”, la nueva novela de Sara Mesa, es una joven que comienza a trabajar como interina en la administración pública, cubriendo una vacante. Y desde que entra en ese edificio gris, además de darse cuenta, poco a poco, que aquellos bloques de hormigón, ladrillos, ventanas y puertas tienen vida propia (engullendo y anestesiando de alguna manera a todos sus trabajadores), pasan las horas, los días y no sabe qué hacer, ni tiene trabajo ni nadie le da instrucciones sobre cuáles son sus funciones y cómo debe proceder. Cuando comienzan a encargarle tareas, nunca son precisas, hasta que por fin, tras el adormecimiento y letargo al que está siendo sometida, echa a rodar un nuevo y esperado proyecto en el que hay que dar respuesta a reclamaciones de los ciudadanos. Una función clara a seguir que, en vez de llevar a Sara a la luz que le marca el sistema, terminará por introducir a nuestra protagonista en un laberinto que ella misma comienza a tejer casi sin darse cuenta… Quizás como única salida inconsciente posible para escapar de ese edificio, de esa fina tela de araña/vida que cada vez parece elegir más por ella que ella misma.

Entre medio de ese tedio entumecedor, de ese estado de duermevela donde la improvisación y la búsqueda de pasatiempos son asideros para no perder la cabeza, ya sea mediante el arte de la papiroflexia que practica y regala un bedel muy particular, o los dibujos y poemas dadaístas que realiza Sara, ¿qué mejor idea que preparar una oposición para afianzar ese puesto de trabajo para siempre? Y todo rodeado de compañeras y compañeros, terrenales y espectrales, funcionarios obedientes y acríticos, felizmente alienados y atrapados, con tic y manías que la rutina laboral les ha ido cincelando en el cerebro, con sus consiguientes trastornos afectivos y cambios conductuales mil.

Así, desde la mirada curiosa, inocente y desprejuiciada de una recién llegada, desde la observación atenta, pasando por la perplejidad, la exasperación por el sinsentido de la irrealidad morfínico-repetitiva del engranaje de los días, la intoxicación por el propio ambiente y el desencanto de un sistema que es, en muchas ocasiones, más trampa que solución, el personaje de Sara, intuitivamente, comienza a “oponerse” a lo establecido, señalándonos y mostrándonos los mecanismos de una burocracia contemporánea que, inútil, absurda e ineficaz en un sin fin de aspectos, no solo arrebata el tiempo de los ciudadanos, sino también el alma de los trabajadores que la hacen funcionar. Un enredo que nosotros mismos hemos creado para organizarnos como sociedad y que, siendo un tema que rezuma nihilismo y apatía por los cuatro costaos, en manos de Sara Mesa (conocedora del mundo de la Administración desde dentro), te atrapa de inicio a fin; narrado en primera persona con “lenguaje propio, desacomplejado y directo”, cargada de ritmo y afiladísimo humor e ironía que, hasta en los momentos más oscuros, desconcertantes y absurdos (Kafka in the air), te arrancará risas una y otra vez.

La voz de la protagonista, a veces ingenua, otras cruda o bruta y casi siempre directa, como la de mucha gente normal, en contraposición con el lenguaje burocrático, inflexible, disfrazado de falsa lógica y objetividad… Y una vez más retornamos con “Oposición” a uno de los epicentros vitales de la brillante y cada vez más indispensable literatura de Sara Mesa, al latido roto y compartido de sus novelas, de “Cicatriz” a “Un amor” o su penúltima “La Familia”, por nombrar solo algunas de sus seis anteriores a la que nos ocupa: la incomunicación afectiva, las soledades que cohabitan, tan cerca y tan lejos, asustadas, sin sentirse ni entenderse, y las fronteras, en vez de puentes, que levantan las convenciones lingüísticas. Por eso nuestra heroína Sada Villalba se opondrá a lo establecido, a la seguridad vitalicia (encarcelamiento), mediocre y paralizante de oficinas en blanco y negro (cualquier trabajo que te apague y vacíe), combatiéndolo desde su imposibilidad de pronunciar las erres, a la canalización de su creatividad frustrada (el arte siempre la llave), ya sea por medio de poemas o de relatos ciudadanos inventados…

Y entre toda la maleza burocrática, esa áspera y amarga montaña rusa de sentimientos contrapuestos que recorre a sus personajes, siempre a punto de descarrilar, que domina Sara Mesa como nadie; manteniéndonos en una tensión y desasosiego continuo, con atmósferas opresivas que te atrapan poco a poco sin que te des cuenta y, como la vida misma, un fino hilo de luz entre las grietas del que, solo si estás con los ojos bien abiertos y dejas el miedo atrás, puedes tirar para salir hacia otro lugar. Así, con un final que, aun siendo muy distante y mucho más esperanzador (mordiéndome la lengua), me recordó fulminantemente a aquella magistral salida del Teatro de Isabelle Huppert en el terrible e inolvidable final de La Pianista de Haneke, zarandeándote y clavándosete en el pecho… pero esta vez con Sada dibujándonos una sonrisa nerviosa y un nuevo punto de partida.

Sara Mesa vuelve a dejarnos marca con “Oposición”, una séptima novela de obligatoria lectura si te vas a preparar unas oposiciones o si no tienes muy claro tu presente o futuro en cualquier parámetro vital… Imprescindible.

 

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