Un nuevo fantasma recorre Europa. El derrumbe de los comercios tradicionales, la colonización despiadada de las franquicias y la pérdida de soberanía por parte del poder local ha contribuido de sobremanera a romper el sincretismo histórico entre ciudades y clubes deportivos. Ese es el trasfondo de un ensayo contundente y verdaderamente desolador como el que propone el periodista y publicista valenciano Vicente Molins.
Hubo un tiempo, dice el autor, en el que los clubes eran uno de los mayores emblemas de su ciudades. El buen olfato de Molins le ha llevado a analizar la precarización del “vínculo umbilical” que unía los colores de un equipo con su propio entorno, quedando perfectamente ejemplificado con el caso del Valencia; de cómo pasó a ser el mejor equipo del mundo en el 2004 a la profunda crisis que ha provocado la discutida gestión de su propietario, el inversor asiático Peter Lim; entre un punto y el otro, Molins habla de la desarticulación de la identidad local a causa del fuego amigo de la globalización. El análisis de otros casos –por ejemplo, el del AC Milán, el del Wolverhampton o del Newcastle– permiten reflexionar sobre la instrumentalización maquiavélica de los clubes mediante grandes pelotazos económicos que, a la práctica, han de convertir las ciudades en gigantescos escaparates. Peor todavía: las lógicas del capitalismo más salvaje han erosionado valores y sentimientos que otrora orbitaban alrededor de colores y escudos para, finalmente, explotarlos como simples marcas comerciales, sujetas siempre a los intereses especuladores de magnates, inversores y grandes empresas.
Sobre la premisa de que “tu equipo ya no está en ningún sitio”, la aportación de Molins a la historiografía del futbol en España es altamente valiosa; permite entender las nuevas lógicas del deporte de masas a partir de unas reflexiones que pocos, o muy pocos, se atreven a poner encima de la mesa.
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