No voy a esconderlo. Las biografías, totales o parciales, de gente que desconozco me suelen costar. Y eso que, sus primas hermanas, las biografías musicales, me encantan. Pero si no tengo ninguna referencia me cuesta encontrar la motivación previa. Por eso me lancé a la lectura de esta obra de Chris Offutt con cierta reticencia y la única atracción inicial de un irresistible título. El tema, para el protagonista, va de descubrir al hombre que de verdad se encontraba detrás de su padre tras una infancia en la que su relación brillaba por su oscuridad.
El momento de la muerte de Andrew Offutt, padre del susodicho, es el desencadenante de esta biografía sesgada en el tiempo. Es ahí cuando Chris hereda de su viejo un escritorio, un rifle y la friolera de cuatrocientas novelas pornográficas. Porque era eso a lo que se dedicaba su progenitor. Unas novelas que, además, mecanografiaba su madre. El volumen de escritos es tal que el tipo estaba considerado, con razón, el rey de la pornografía del siglo XX.
Poco a poco, investigando entre esos papeles y hablando (poco) con su madre, el autor descubre todo el universo que se escondía detrás de su padre y entiende algunos de sus comportamientos. Y la verdad es que, para qué negarlo, la cosa tiene su miga. Y atrapa. Mucho.
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