Cantar hacia atrás y llorar
Libros / Mark Lanegan

Cantar hacia atrás y llorar

9 / 10
Octavio Botana — 01-12-2022
Empresa — Contra

Cuando una de las frases recurrentes de las memorias de un artista comienza con un “lo siguiente que recuerdo es…” pinta que la cosa va a ser, como mínimo, interesante. Mark Lanegan, el que fuera vocalista y líder indiscutible del grupo Screaming Trees (y de infinidad de proyectos posteriores igual o más interesantes) , desgrana en esta epopeya -extenso relato épico plagado de acciones trascendentales, dice el diccionario- unas vivencias dignas de ser narradas, y de qué manera.

Criado en una familia que –esto se dice así y punto– no lo quería, Lanegan vivió una infancia dickensiana que nadie envidiaría por loco que estuviese. Detenciones por hurtos menores, trapicheo de cualquier cosa ilegal, robos menores y mayores y adicción al alcohol cuando su cuerpo todavía era incapaz de metabolizarlo. Terreno abonado para una adolescencia marginal, Lanegan va abriéndose camino en un Seattle triste y gris de finales de los ochenta que en breve vivirá un acontecimiento histórico en forma de movimiento musical y pelotazo mundial, el grunge. Subiéndose a ese carro –aunque Screaming Trees ya tenían discos antes del boom– Lanegan pasea su palmito de yonkie declarado por todos los frentes que uno pueda imaginar dentro y fuera del show business cuando su banda empieza a despuntar, y lo explica de tal modo, con tal transparencia y honestidad que a veces parece increíble.

A lo largo de estas páginas, Lanegan pasa heroína a Kurt Cobain, se chuta con Layne Staley y se retuerce en el suelo víctima del mono más terrorífico. Sus demonios le acechan y él los encara como puede, el submundo da paso al inframundo y la crudeza es sencillamente devastadora en algunos capítulos que piden al lector una pausa para respirar y emprender de nuevo el descenso sin frenos. Lo del walk on the wild side funcionaba para los niños bien –Lou Reed lo era– de Nueva York que flirteaban con las drogas y la mala vida. Lanegan no pasea por el lado salvaje porque solo ha vivido en el lado salvaje, no ha sufrido una caída en sentido metafórico dado que simplemente habita en el lodo desde que nació.

Esta biografía –que alcanza hasta el fin del siglo XX– capta definitivamente la alegría y el dolor de un ser extremadamente jodido, un chico enfermo y adicto, un joven talentoso con un enemigo único –él mismo– al que no sabe ni puede vencer. ¡Chicos malos de la literatura, hacéos a un lado que vuestra historia es un paseíto por florido pastos en primavera!

Uno de los documentos más desgarradores y vívidos de un grandioso artista que tristemente nos dejó este mismo año. Sobrecogedor y extremadamente recomendable. Handle with care!!!

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