Hubo una época en la que la propuesta de We Are Scientists tuvo su gracia, con ese indie-pop nervioso y de querencia punk luciendo desparpajo juvenil. Sucedía sobre todo en un debut como “With Love And Squalor” (Virgin, 05), capaz de destilar cierta frescura (y que incluía aquel tema tan pinchable llamado “Nobody Move, Nobody Get Hurt”), en una tendencia mantenida (en mayor o menor medida) en títulos como “Brain Thrust Mastery” (EMI, 08) o “TV En Français” (Dine Alone, 13). A continuación, el de por sí relativo interés del grupo comenzó a disiparse, mientras se sucedía una trayectoria con no pocas referencias destinadas a caer en un olvido casi inmediato.
Ahora, dos décadas después de aquel estreno, la banda de Keith Murray y Chris Cain publica el presente “Qualifying Miles”, el que hace noveno álbum de estudio en el casillero de los norteamericanos y, al mismo tiempo, significa un paso firme y de frente hacia lo que, con escaso margen para la duda, cabe entenderse como su definitiva madurez sonora. Un nuevo aspecto, más reflexivo y pausado, que cambia nervio por elegancia y enjundia, enfundándose el dúo asentando en Brooklyn un traje que, en la práctica, no termina de ajustarle del todo bien.
Una vez sacrificada la chispa de antaño (poco original pero, en cualquier caso, inflamable), We Are Scientists apuestan por ocupar una parcela que no sería suya en propiedad. Como resultado, la propuesta de la banda queda un poco a medio camino de ninguna parte, por momentos apostando por una épica poco creíble y con mayoría de medios tiempos copando un elepé motivador de tibias sensaciones. Un lote en el que destacan “Dead Letters”, la bonita “I Could Do Much Worse” y una “The Big One” con ecos de Weezer.
En realidad, todo podría estar en su sitio en “Qualifying Miles”; incluso el paso afrontado por el grupo resulta permisible y hasta lógico en una banda que ya acumula una considerable trayectoria a sus espaldas. Es en torno a la materialización del concepto donde el asunto patina, no tanto como para apuntar al desastre, pero lo suficiente como para que varias de estas doce nuevas canciones motiven la mueca del sí pero no. We Are Scientists fueron una banda simpática dentro de su falta total de exclusividad, y ahora que parecen haber abandonado el festejo resultan algo tediosos, entregando un disco bien delineado pero del todo inofensivo, del que seguramente nadie se acordará a final de temporada.
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.