La Sustancia X

Sería una necedad negar que la sucesión de éxitos que Villano Antillano ha acumulado en 2022 representa un triunfo sin precedentes para las mujeres trans en la música, particularmente en un contexto tan masculinizado e históricamente tan poco queer-friendly como es la industria urbana. Si el año catapulta de la rapera portorriqueña tiene un regusto tan victorioso, no es tan solo porque Antillano es una mujer trans, sino precisamente porque su propuesta musical está profundamente conectada con su identidad, sin concesiones ni remordimientos.

La culminación de esta misma es su álbum debut, “La Sustancia X”, un largo de once pistas donde afirma con confianza su visión del reggaeton y el hip hop latino y, sin embargo, se niega a conformarse con ser una única cosa. La ambición del proyecto es probablemente su mejor baza: es un disco bullicioso donde la sensación de caos está, irónica y genialmente, ausente, y tanto el deseo como la capacidad metamórfica de Antillano aparecen concretadas explícitamente (“Yo puedo matar, pero puedo comprender /Yo te puedo amar y te puedo someter/Te puedo privar y te puedo abastecer/No puedes decirme lo que tengo que hacer”, asevera en “Mujer”, su colaboración con iLe, antigua vocalista femenina de Calle 13) y se intuyen de forma más sutil en el juego de texturas que incorpora, de la paleta del álbum destaca la aspereza de las guitarras nu-metal en “Puesta”, las influencias ochenteras en el synth-pop y el bajo de “Nena Mala” y la sensualidad rutilante de “Poli”.

El esfuerzo es definitivamente encomiable, pero eso no significa que siempre funcione: de vez en cuando el lirismo de Antillano cae en los clichés, y su asertividad se deforma alrededor de figuras y expresiones algo vacuas, que parecen decir algo, pero realmente no significan nada (como los abundantes símiles con tarántulas y cáscaras de coco). Además, a pesar de que hay una intención de diversificar a nivel sonoro, lo cierto es que más allá de los temas que se desmarcan radicalmente del resto de la tracklist, las palpitaciones de reggaeton y trap de “La Sustancia X” pueden hacerse algo repetitivas. Aun así, Antillano mantiene la agilidad del flow con el que conquistó al mundo en su sesión de Bizarrap y se desenvuelve con una soltura técnica que la ratifica como proeza en el urban latino. Incluso en sus momentos más mediocres, “La Sustancia X” es un proyecto infinitamente personal e inconfundiblemente producto de Villano Antillano, reconocible hasta para el oyente casual. Tratándose de un álbum debut, no es un logro pequeño.