Mustang
Discos / The Riff Truckers

Mustang

8 / 10
Kepa Arbizu — 15-03-2023
Empresa — Autoeditado
Género — Rock & Roll

Las largas carreteras, los viajes sin destino determinado y por supuesto los coches son elementos llamados a ostentar una alta carga simbólica dentro del imaginario cultural norteamericano, ese mismo en el que también se sumergen, en su expresión musical, The Riff Truckers. Y si hay un vehículo por excelencia al que le acompaña un aura de evasivo romanticismo, no en vano ha sido pilotado por ilustres manos como las de James Bond o Steve McQueen en “Bullitt”, es el Mustang. Un perfecto título por lo tanto si de lo que se trata, como trasluce el nuevo disco de la banda de Gernika, es de reflejar algo parecido a un trayecto, en este caso compuesto por media docena de etapas, que atraviese diferentes escenarios en ese siempre inevitable tortuoso camino que pretende definirse, en la medida de lo posible, bajo el signo de la libertad. Una palabra que durante nuestro pasado más reciente ha cotizado a la alta precisamente por su escasez.

Qué mejor manera de emprender ese envite que hacerlo rodeado de compañeros y amigos, una máxima que se cumple -salvo en una- a lo largo de todas las piezas de este trabajo. Cuatro guitarristas, de otras tantas formaciones, sumarán unas aportaciones que, al margen de tejer una red de confraternización, contribuyen decisivamente en el plano artístico, gracias en buena medida a una cuidada selección de aquellos temas que encajaran de la mejor manera posible a sus aptitudes. Una lista de colaboradores que además de transferir fuste al álbum, visto en global, desprenden una diversidad de acentos que impulsan la ya de por sí pluralidad estilística de la que hace gala el repertorio. Y es que cualquier recorrido, si se hace en compañía de camaradas, incrementa su satisfacción.

Si hablamos de carreteras y parajes por conquistar, aunque sea en un plano metafórico, nada más idóneo para trasladar esa sensación de motores recalentados y asfalto escupiendo fuego que una grabación realizada bajo un formato orgánico, decisión llevada a cabo por la siempre certera supervisión de Martxel Arkarazo en sus Estudios Garate. Centro de operaciones desde las que orientar la brújula que conduzca a The Riff Truckers por un suculento, impetuoso y variado paisaje.

La llave de contacto que pone en marcha el cuentakilómetros de este artefacto recae sobre un “Walk” que sintetiza en su propia esencia esa heterogeneidad que formula el trabajo. Representado como un homenaje a las pulsiones necesarias incitadas por la música, los riffs sincopados y agudos de Aitor Zorrikieta “Malamute”, bregado en estas lides con Mississippi Queen & The Wet Dogs, se funden con un ánimo fogoso “rocanrollero” que incluso parece homenajear explícitamente al “Great Balls of Fire” de Jerry Lee Lewis. Y es que será el funk, como concepto de amplia envergadura, uno de los ingredientes novedosos y de mayor validez a la hora de aportar vivacidad a un esqueleto capaz de conceder dinamismo a la más sobria y regia, con esa épica afín a Springsteen, “Kay”, que circula entre circunvalaciones y recorridos inexplorados en un despliegue técnico por parte de Alex García (The Van), quien repite demostración en una “Involution” que derrama groove, electricidad y atmosféricos paisajes desérticos como antídoto frente a los demonios internos.

Pero la carrocería de The Riff Truckers está hecha de una aleación poderosa y está preparada para llevar sus revoluciones hasta los niveles máximos, algo de lo que darán buena cuenta temas como “Ride or Die”, apología de esa tabla sobre cuatro ruedas con la que conquistar las calles, donde la guitarra de Aitor Lacalle “Laka”(Memoria de Pez) se convierte en un ariete de robustos y certeros golpes asestados bajo la majestuosa mirada de unos Motörhead. Características atribuibles a una “Criminal” que aunque avance con un paso más grácil y pegadizo se mantiene inyectada de una desgarrada garganta. “Born in the Sand”, y su mitológica representación de la resistencia individual, se erige y brota como el culmen de una agresividad sonora, propiciada por la hercúlea presencia de Edorta Apraiz (Tooth), que no se arredra a la hora de tender una mano al metal más pesado.

The Riff Truckers han realizado con “Mustang” su disco más rock and roll, lo que se traduce en un dinamismo de enérgica consistencia donde uno puede ser empujado a mover los pies como a agitar la cabeza con desmelenada actitud. La banda de Gernika, siempre sabedores de cuál es su hábitat natural, no tienen complejos en estirar y borrar ese perímetro para entregarnos canciones que, siempre bajo su firma identificativa, nos alertan de que su único hogar está allí donde les pueda transportar las ruedas de un buen coche. Porque la siempre añorada libertad personal, y colectiva, también tiene que poder ser representada sin cánones ni servidumbres estilísticas, conceptos que durante estas seis canciones son agradablemente echados en falta y suplantados por la visceralidad y la autonomía creativa como únicas leyes a las que rendir obediencia.

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