Naked Jungle
Discos / The Longboards

Naked Jungle

7 / 10
Kepa Arbizu — 11-01-2023
Empresa — Guns Of Brixton
Género — Surf Rock

Son más que sobradas las evidencias que señalan hacia la posibilidad de referirnos a la existencia de una escena -o cuanto menos a un número más que significativo de bandas- a lo largo y ancho del Estado que tiene el rock instrumental como concepto neurálgico. Un “mudo” formato que, pese a la talentosa tradición visible durante décadas pretéritas en nuestras fronteras, no ha sido hasta hace poco cuando ha abandonado cierto ostracismo al que parecían relegados sus esforzados seguidores. Como toda etiqueta, o subgénero, y más en un uno que depende decisivamente de su pericia y expresividad sonora, su definición es capaz de acoger innumerables formas y canalizaciones, siendo una de las más practicadas y demandadas la que compete a ambientes cercanos al surf. Un paisaje, por si el nombre de The Longboards no había supuesto una pista definitiva, escogido por este terceto vizcaíno.

Con Alfredo Romero ejerciendo de máximo inspirador y mentor del proyecto, la formación continúa haciendo camino, o abriendo los mares quizás sea más correcto acuñar, a través de una trayectoria que, con el actual, alcanza su séptimo trabajo. Un disco que rezuma clasicismo en todos sus aspectos, no ya solo por las evidentes aspiraciones musicales -de claro carácter retro- entre las que se desenvuelven, sino también en otros complementarios como la manera de ser grabado, utilizando todo tipo de aparataje perteneciente a la época en que se asientan sus referencias; el formato vinilo de 45 rpm utilizado para su publicación y por si algo faltaba, la intuible mención en su título a la película “Cuando ruge la marabunta”, con la que comparten nombre en su versión original, una expresión que por otro lado no es en absoluto una mala definición para sintetizar por lo menos algunas características de la actitud que adorna al combo vasco.

Bajo la acostumbrada concisión, idónea además para este tipo de formatos, media docena de escuetos temas le bastan a la banda para, haciendo de cada uno de ellos una instantánea identificativa, realizar su particular retrospectiva de este singular contexto creativo. La astuta mezcla de palabras del que surge la nomenclatura del tema inicial, “Instroinfection”, es a su vez reflejo de esa capacidad para aunar en una misma canción trepidantes bases rítmicas, la sutilidad para recrear melodías que invitan a nuestro cerebro a veranear en un entorno tropical o enlazar con punteos salvajes, todo sazonado por unos teclados con clara vocación por atraer la nostalgia hasta la orilla. Diversidad de elementos que delatan claramente a toda una nómina de formaciones que, cada cual con sus aportaciones, marcan el bagaje del trío vasco. Resulta imposible por lo tanto, sin ánimo de establecer comparaciones o lanzar insinuaciones del más puro revivalismo, no sacar a relucir los nombres de The Ventures, Duane Eddy, Dick Dale o contemporáneos como Los Tiki Phantoms, Los Straitjackets o Los Coronas. Todos miembros de una familia bien avenida a la hora de ocultar sus voces y hacer aflorar su musicalidad.

Siendo obvio que el término surf en este terreno contiene unas connotaciones mucho más musicales que aquellas relacionadas con la tabla y el enfrentamiento con las olas, incluso por momentos el disco dejará atrás las costas para, siguiendo el rebufo de su motorizado trabajo predecesor, saltar al rugoso asfalto, cambiando los nudos por los caballos para rodar a ritmo de agitado rockabilly en “Luigi's Hot Rod”. Y claro que hay arena en “Tabernas”, pero no de playa, porque el mítico desierto convertido en plató para rodajes de spaghetti western necesitaba precisamente la batuta de Sergio Leone para ser instruida, dictado que ya asomaba por una “Belharra” en la que destacaba principalmente el uso del reverb con el fin de incrementar su condición evocadora.

El aspecto atmosférico o paisajístico resulta crucial en un género en el que toda la interpretación queda precisamente en las manos de sus aptitudes para, como si de alquimistas se tratara, transformar los sonidos en sensaciones. Por eso que en el tema homónimo, si mantenemos su vinculación con la película de Charlton Heston, su sentir orgánico, bien secundado por el saxofón, acabe dirigido por un frenético paso parece encontrar fácil simbolismo con ese virulento torrente de hormigas. Ya que de mucho mayor tamaño y peso resultan los pasos con que avanzaron los elefantes conducidos por “Anibal Barka”, la composición que lleva su nombre, al margen de su tonalidad más latina, lo que le acerca a propuestas como las de Los Pekenikes, propone una trote más contundente y épico, tanto como las huellas que dejaron en la historia aquellos descomunales paquidermos.

Las postales sonoras que The Longboards han recolectado para este “Naked Jungle” no solo son perfectos ejemplos de que esa aparente simplicidad es capaz de albergar ritmos con los que dibujar y colorear el silencio, sino que participan en la confirmación de que ni el tiempo ni el lugar jamás serán obstáculos lo suficientemente poderosos como para impedir poder ver la inmensidad del mar, y sobre todo disfrutar escuchando la música nacida de su inspiración.

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