Heaven And Hell
Discos / Sum 41

Heaven And Hell

7 / 10
Montse Galeano — 03-04-2024
Empresa — Rise Records
Género — Punk pop

En una época en la que la nostalgia cotiza alta, las giras de despedida pueden durar años y los reencuentros consiguen movilizar a fans acérrimos y casuales, es inevitable recibir con cierto escepticismo cualquier notícia de una banda que se separa. Por el momento, parece que Sum 41 no va de farol. Tras 27 años de carrera, Deryck Whibley anunció que ya no quedaba camino por explorar con la banda, pero antes se despedirían con su LP más ambicioso. "Heaven And Hell" se convierte así en el canto de cisne de los canadienses, un doble álbum en el que el concepto es tan simple y evidente como efectivo. Si sus fans siempre se han dividido entre su vertiente más pop punk y los tanteos al Heavy Metal, en este último largo se proponen reunir sus dos facetas no como una pugna, sino como lo que siempre han sido: las dos caras de la misma moneda.

En su lado “heaven”, Sum 41 busca apelar el recuerdo de pop punk de "All Killer No Filler" o “Does this look infected?”: canciones como "Time Won't Wait" y "Dopamine" evocan recuerdos de su material más pop, mientras que sorpresas como "Future Primitive", con una clara autorreferencia al puente en directo de ‘No Brains’. Guiños de complicidad a una primera etapa en la que se reflejaban en bandas como NOFX, con coros pegadizos y riffs de un tiempo en el que el pop punk era la norma.

Mientras “Heaven” evoca nostalgia pura, “Hell” quiere reflejar esas inquietudes que siempre estuvieron latentes en Sum 41, ese impulso que desde ‘Screaming Bloody Murder’ les hacía buscar sonoridades más pesadas… a su manera. Aunque Sum 41 son un estandarte del pop punk, siempre dejaron clara su admiración por el heavy metal clásico de bandas como Metallica o incluso el rock de los 70s al que en este álbum homenajean con el cover de ‘Paint it Black’ de Rolling Stones. Si “Heaven” es el pasado, “Hell” es la evolución.

La ingente cantidad de canciones del álbum no es un punto a favor de los canadienses. Cuando Sum 41 vuelve a esa sencillez edulcorada (que no simpleza) de su vertiente pop punk en “Heaven”, se siente algo impostada si la enfrentamos a “Hell”. La madurez compositiva, la transición fluida entre canciones, destacando especialmente la transición entre "Over the Edge" y "House of Liars” hace que “Hell” funcione mucho mejor en su conjunto. Pero como decíamos, esa dualidad forma parte de un todo.

El último álbum de Sum 41 resuena con un sentimiento de despedida en todos sus cortes. Agridulce en su cierre con “How The End Begins” o resiliente en la más contundente “Rise Up”. Sum 41 se despide de los adolescentes que miraban con admiración a los Beastie Boys en Fat Lip, de los que prometían una eterna pool party en ‘In Too Deep’, del azucarado pop de "Underclass Hero" o de su versión más rock en ‘13 voices’.

Aunque apela a la nostalgia, ‘Heaven and Hell’ se desmarca del pop punk “crecidito” que nos habla del paso del tiempo y de cómo nos hacemos mayores. El último álbum de Sum 41 es una celebración de todo aquello que ha sido la banda, con sus aciertos y sus errores, con destellos de todas sus etapas. Para poder avanzar hay que soltar y eso es exactamente lo que practica la banda en un adiós autorreferencial sin ser contemplativo. Si en un futuro deciden deshacer el camino, continuaremos el viaje desde aquí.

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