Sad And Beautiful World
DiscosMavis Staples

Sad And Beautiful World

8 / 10
Kepa Arbizu — 19-11-2025
Empresa — Anti
Género — Soul

Si en algunos casos la imperecedera trayectoria artística es consecuencia de la adicción a los escenarios o a la brillantina de la fama, quien hace más de medio siglo inaugurara su carrera profesional en el combo familiar The Staple Singers, mantiene su negativa a la jubilación creativa bajo la convicción de que todavía existen muchas realidades sobre las que merece la pena cantar.

Producido por Brad Cook, a través de una eficiente sutilidad que otorga el protagonismo a la arenosa voz de la intérprete, el nuevo disco de la cantante estadounidense  funciona como un esplendoroso diálogo intergeneracional con los habitantes de la historia de la música americana, desde sus inaugurales pioneros a los portadores actuales de aquella herencia. Con la única salvedad del inédito "Human Mind", todos los demás temas son adaptaciones que terminan fagocitados por la identidad de Mavis Staples, igualmente diestra para domar -sin ahogar- el jadeante ritmo de “Chicago”, autoría de Tom Waits, o aplicar hechuras clásicas a la contemporánea firma de Frank Ocean en “Godspeed”.

Un plantel de composiciones, y el no menos extenso listado de invitados del tallaje de MJ Lenderman, Jeff Tweedy, Derek Trucks o Buddy Guy, que pese a la diversidad de su origen construyen un cálido clima melódico común. Heterodoxia transformada en una liturgia humanista enunciada en su mayor parte por un acogedor country-soul que impone su dictado en “Beautiful Strangers", de Kevin de Morby, y que convierte a "Hard Times", propiedad de la dupla de ilustres formada por Gillian Welch y David Rawlings, en toda un magisterio de hasta qué punto la delicadeza instrumental es capaz de, emergiendo desde un segundo plano, engrandecer el resultado. Exitosa condición alcanzada también por una estremecedora “Anthem”, que conduce la sobriedad de Leonard Cohen hasta una controlada épica que suena a elegía haciéndose hueco entre el caos.

El colofón, que encuentra su génesis en Eddie Hinton, representado por la relajada luminosidad de “Everybody Needs Love”, significa también la síntesis de la naturaleza de un álbum que no halla su resilencia en la omisión de los gritos de desamparo, sino en su derrocamiento a través de la empatía. Mavis Staples ofrece su curtida y áspera -pero radiante de emotividad- voz como vehículo para sembrar la afabilidad, consciente de que ese ser humano que ahora afila sus dientes en algún momento pudo elegir tender su mano.

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