A Robert Plant hay que tomarlo como ejemplo. De su generación, quizá sea el músico que ha actuado con menos complejos y más libertad desde que su banda madre (Led Zeppelin) dejara de funcionar como tal (reuniéndose solo a cuentagotas en algún evento). Por tanto, mientras Jimmy Page ha dedicado gran parte de su tiempo a pulir y sacarle rédito a ese catálogo, o John Paul Jones solamente ha aparecido puntualmente en producciones o en aventuras como el proyecto Them Crooked Vultures –junto a Dave Grohl y Josh Homme–, Plant se ha mantenido fiel a sus ideales (no dejar de investigar– y a una inquietud que le ha mantenido siempre activo. Con alguna laguna (lógica) y discos en los ochenta y noventa con buena llama, un ángel con nombre de mujer le vino a ver para reflotar su carrera. Ciertamente, no lo necesitaba, pero su aventura musical con Alison Krauss nos trajo de vuelta a un artista que todavía tenía mucho qué contarnos. Con aquel disco, “Raising Sand” (07), coparon portadas y ganaron premios. A Plant le brillaban los ojos de nuevo. Sin embargo, no se agarró solamente a eso: en 2017 grabó un disco, “Carry Fire”, con un cariz más eléctrico, que era fabuloso.
Ahora, tras dos años girando con el proyecto Saving Grace, recoge los frutos con un disco que es el testimonio de esa experiencia. Con Suzi Dian como socia y voz autorizada, el británico se da un paseo por esa América llena de ranchos, búfalos y cowboys. El álbum no supero ni alcanza la magia, la intensidad y la elegancia de sus conciertos, pero es un buen complementa. Funciona como alivio a la espera de más visitas. “Saving Grace” comienza al galope con la adaptación de “Chevrolet” de Memphis Minnie (bienvenida a banjos, cuerdas o un violenchelo), mientras que “As I Roved Out” –adaptación de un tema tradicional vía Sam Amidon– es robusta como un árbol centenario (las escobillas de la batería son la guía de la canción). En clave más blues y folk “It’s A Beatiful Day Today” –original de Moby Grape– y “Ticket Taker” –The Low Anthem– con la pareja como protagonista a dos voces, pero no es hasta la festiva “Higher Rock” –Marta Scanlan– que el tren que conduce Plant coge velocidad de rock’n’roll.
El premio final es esa “Everybody’s Song” de Low, que en sus manos se transforma en otra gema inigualable. Así que, a la espera de más acontecimientos, la voz de Led Zeppelin sigue luciendo ese registro esplendoroso y una estampa envidiable. Por muchos más años de música e ingenio.
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