El navarro Rizos 1000 presenta nuevo álbum que ya desde su título se revela como toda una declaración de intenciones: sencillo, directo y sincero. Una selección velocísima de ocho temas que surfean el romanticismo pop bajo el paraguas de la música urbana de una forma tan amplia y heterogénea que es difícilmente clasificable.
“Al final del día”, su corte más accesible, revela a las claras que estamos ante un trabajo existencialista, con tintes costumbristas, y liderado por el amor y el desencanto, algo que ya desplegó en anteriores proyectos en los que formó parte como es el caso de Tremenda Trementina hace ya unos años atrás. Con cinco productores colaborando en el álbum, es en la propia “Al final del día” e “Illuminati” donde podemos encontrar el buen hacer de Mon Dvy, logrando que ambos cortes destaquen por encima de los demás. Pero no sólo de lo urbano vive Rizos, ya que también maneja con solvencia otros géneros como el powerpop, el folk, el trap o el formato acústico tal y como sucede en otros cortes del disco como “Sensación”, “Mami” o “´Sé lo que quiero”.
Nos encontramos ante un trabajo repleto de influencias varias y con la libertad creativa por bandera. Probablemente muy marcado por el bagaje como músico de Rizos, pero también por su faceta como deejay y productor. Un LP que no cierra ninguna puerta, que huye de lo pretencioso, y que es capaz de exprimir todos los registros regalando piezas musicales de interesante factura, como también sucede en el corte que da título al disco y que es una píldora punk-pop tan enérgica como contagiosa. Una escucha íntima, entretenida y ecléctica que se digiere y disfruta con facilidad en tan sólo 23 minutos.
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