Canciones mínimas

Dentro de la incesante actividad creadora de Ricardo Lezón, que abarca poemarios, libros autobiográficos y, por supuesto, canciones, el vizcaíno da un nuevo paso, en este caso en forma de epé firmado con su propio nombre. Y es que su nervio creativo no se detiene. A pocos meses de lanzar el nuevo disco con su banda de toda la vida, McEnroe, Ricardo se ha visto con un puñado de canciones que le apetecía mostrar al mundo y se ha puesto manos a la obra. La premisa era, precisamente, la inmediatez. No quería que pasase demasiado tiempo desde el momento de la composición hasta el de su lanzamiento. Así que, sin demorarse, se metió en los estudios Sweet Saul Music junto al productor Saúl Santolaria para dar forma a los cuatro cortes.

El resultado no puede ser más satisfactorio. Abre el trabajo la emocionante "La Colonia Roma", cuyo texto narra un viaje de Ricardo a México. La segunda, "Tonino Guerra", es un homenaje al poeta y guionista del mismo nombre; de hecho, está inspirada en uno de sus poemas (La miel). Las dos canciones restantes, "Invierno después" y "Hotel Le Postillon", se hunden en la memoria del autor para rescatar vivencias pasadas.

Musicalmente, los cuatro cortes tienden al minimalismo, aunque cada uno de ellos incorpora un detalle instrumental diferente: fliscorno, pedal steel, armónica y voz femenina (de Jimena, la hija de Ricardo), respectivamente. Al margen de eso, todo el trabajo rezuma esa bella melancolía habitual en las obras de Lezón.

Que a nadie le confunda el título del epé, "Canciones mínimas", porque el adjetivo no se refiere a la importancia ni a la calidad de las composiciones que lo forman. En ese sentido, este trabajo atesora un excelente nivel que, previsiblemente, encontrará su continuación dentro de unos meses, cuando haya pasado todo lo que rodeará al nuevo disco de McEnroe, y Ricardo grabe otro epé que será la segunda parte de este trabajo.