Llegados a este punto, a nadie se le ocurriría poner en entredicho la capacidad emocional y la belleza lírica de un tótem del pop lacrimógeno como Matt Berninger. Un legado, el suyo, aseverado durante años por los trabajos ofrecidos con su banda madre y también, aunque desde hace menos, por cuenta propia. Pero ni siquiera Berninger es inmune a la temida autoridad de la hoja en blanco, punto de partida y excusa que le ha valido al vocalista y líder de The National para capear el bloqueo creativo a su manera y ofrecernos en “Get Sunk” (25) su lado más existencialista e introspectivo (que ya es decir).
Motivo este por el cual un disco como el presente no podía estar firmado en colectivo y sí bajo su actual carrera en solitario; aunque pese a esta disculpa, también hablamos de un catálogo de experiencias en plural sobre las que Berninger tiene a bien versar y recapitular, considerando que cada una de ellas le ha traído al lugar en el que actualmente se encuentra (“My skull isn't soft anymore, it has cracks in it like a floor”, reza en una suerte de spoken-word grave para “Nowhere Special”). Armado de memoria y resiliencia, cada tema se convierte en un balón de oxígeno contra sus demonios, encontrando en vínculos personales el sentido a su identidad. Ocasión que precisamente aprovecha para compartir créditos a dueto en conmovedoras diatribas en acústico sobre el falaz atractivo de la farándula (“You'll do anything to be discovered”, canta en sincronía con Meg Duffy de Hand Habits en “Breaking Into Acting”) o entre encriptadas baladas de despedida, viento y cuerda (“Silver Jeep”, junto a Julia Laws de Ronboy).
En lo instrumental, Berninger también barre para casa, lanzándonos tanto ideas que riman estrechamente con su bagaje en grupo (la excelente e irónica “Bonnet of Pins” podría pertenecer perfectamente al repertorio de los últimos The National) como propuestas que se desmarcan de este, abrazando los derroteros de la experimentación (minimalismo y coros para “Inland Ocean”, fanfarrias a la Beirut para “Frozen Oranges”, síncopas electrónicas para un amor sintiente en “No Love”, sonidos de ambiente que humanizan la escena en “Times of Difficulty”).
Aun todavía lejos de sus mejores gestas con The National, “Get Sunk” se siente un proyecto más sólido y convincente de lo que en su día fue “Serpentine Prison” (21), suponiendo este segundo asalto el verdadero estirón que se esperaba de la carrera de Matt Berninger en solitario. Si de todas las crisis inventivas del artista van a salir discos así, entonces ni tan mal.
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