Hard Headed Woman
DiscosMargo Price

Hard Headed Woman

6 / 10
Carlos Perez de Ziriza — 02-09-2025
Empresa — Loma Vista
Género — COUNTRY

Vuelta a las raíces. Total. Y siento decirlo (bueno, lo siento por los incondicionales del género, si es que les importa o les debería importar un comino lo que van a leer), pero a mí esto no me pone. Pero nada. Que sí, que Margo Price es una artista hecha a sí misma, una creadora de raza, una tía auténtica que se guía por su instinto, una outlaw genuina que difícilmente puede caer mal, una punzante combinación de vigor y vulnerabilidad. Pero a estas alturas, otro disco regido por la guitarra de pedal de acero y los violines sin desvíos de guion, otro disco de carretera, manta y polvareda, que bien podría formar parte de la banda sonora de la serie Yellowstone, en el que (además) lo más destacable son precisamente sus tres versiones de material ajeno, pues como que aporta más bien poco. Muy poco. Ni rastro de la psicodelia, ni del pop, ni de la levísima experimentación ni de los guiños a Stevie Nicks o a Sharon Van Etten que poblaban sus últimos dos trabajos. Por algo ya no está aquí Jonathan Wilson a los controles y sí Matt Ross-Spang (John Prine, Lucero, Will Hoge), quien ya coprodujo "Midwest Farmer's Daughter" (2016) y "All American Made" (2017), sus dos primeros largos. Los créditos no engañan.

El mensaje puntúa muy por encima de la forma ya desde “Don’t Let The Bastards Get You Down”, titulada en honor a la frase que le susurró Kris Kristofferson a Sinéad O Connor tras ser abucheada tras su crítica al Papa, en el concierto del treinta aniversario de la carrera de Bob Dylan. Coescribe su marido, el habitual Jeremy Ivey, compartiendo rúbrica en todos los cortes menos en el primero (la introducción) y las tres relecturas, obviamente. A quien le guste el hillbilly trotón sin aditamentos, gozará con “Red Eye Flight”. Quienes comulguen con las baladas rebosantes de arenisca, posiblemente vibren con “Keep a Picture”. Si lo tuyo es el tex mex jaranero, seguro que la fronteriza “Wild At Heart” te pone el cuerpo de jota. Y si eres de quienes piensan que siempre hay lugar para una nueva evocación del “Like a Rolling Stone” de Dylan, acogerás con calidez “Losing Streak”, bañada en el órgano dorado del legendario Chuck Leavell (ex integrante de los Allman Brothers) y apuntalada por la voz de Shannon McNally: otra de las aportaciones vocales en un disco de colabos más bien cosméticas, ya sea la de Tyler Knudson en la versión de “Love Me Like You Used To” (de Steven Knudson), la de Morgan Nagler en la bonita balada “Nowhere Is Where” o la de Jesse Welles en la también dylaniana “Don’t Wake Me Up”.

Mi preferida, dejando al margen los saxos que imprimen vigor a “I Just Don’t Give a Damn” (esta vez la versión es de George Jones, la otra es “Kissing You Goodbye” de Waylon Jennings), es la balada “Close To You” y su tono crepuscular a lo Walkabouts, dando una nota de especial templanza a un trabajo regido por una abrumadora ortodoxia.

Lo siento, debes estar para publicar un comentario.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.