Surrender
Discos / Maggie Rogers

Surrender

7 / 10
Don Disturbios — 17-08-2022
Empresa — Debay / Universal
Género — Pop

Aunque todavía no es muy conocida en nuestro país, Maggie Rogers está logrando especial relevancia en los medios especializados de Estados Unidos y Reino Unido con la edición de este segundo largo titulado “Surrender”. Y es que si hacemos un breve repaso a su carrera, veremos que la liebre de sus cinco minutos de fama saltó cuando en 2016 Pharrelll Williams le dedicó una serie de desorbitados elogios en Internet a un tema suyo, “Alaska”, que se hizo viral y la llevó a grabar un primer álbum en 2019 titulado “Heard It In A Past Life”. En aquel disco logró incluir otro de esos inesperados hits titulado “Light On”, que confirmó su irrupción en la escena. A partir de ahí Maggie Rogers era nominada en 2020 a un Grammy en la categoría de Mejor Artista Novel que perdería, por cierto, frente a Billie Eilish. Luego ya llegó lo que todos sabemos y hemos sufrido: la pandemia. Un periodo de recogimiento que ha servido a la joven artista para grabar este segundo y ambicioso trabajo que supone todo un proceso de transformación que empieza a dar sus primeros frutos.

Maggie Rogers emerge con un inusitado paso firme con esta nueva colección de doce canciones y con un cambio de look total que, en cierta medida, simboliza esta nueva etapa mucho más consciente y segura de hacia dónde quiere avanzar con su música. Y es que cortarse de forma radical su larga y lacia melena para presentarse como si de una joven Shirley MacLaine se tratara, con su pícara sonrisa desacomplejada, es toda una declaración de intenciones del renacer post-pandémico que simboliza este “Surrender”. Para ello nada mejor que co-producir tu disco junto a la seguridad que te ofrece un productor como Kid Harpoon, quien ha trabajado con estrellas ya confirmadas en el universo pop con cierto sello de autor como Harry Styles o su amiga Florence Welch de Florence + The Machine, invitada, por cierto, en el disco añadiendo coros a una de las mejores composiciones del mismo: la guitarrera y contagiosa “Shatter”, en la que la música de Rogers rememora a otras que estuvieron antes que ella como Alanis Morissette.

“Surrender” es un disco la mar de engañoso. Y lo es porque sabe jugar muy bien sus cartas si el objetivo es llevar al altar del éxito en el firmamento pop a su protagonista, pero a la vez es un álbum que te deja cierto regusto a refrito. Es como si todo lo que nos ofrece Maggie Rogers ya se hubiera escrito antes y presentado de mejor forma. Por eso no es de extrañar que “Want Want” te recuerde a Lorde o que los dos vídeos de presentación del álbum sean tan opuestos entre sí, dando cuenta del enorme abanico que ha querido abarcar la estadounidense. Si en “That’s Where I Am” la cosmopolita Nueva York y los constantes cambios de look de la cantante son los protagonistas –además del cameo de David Byrne– en el clip de “Horses” el registro es totalmente opuesto y nos presenta a una Maggie rural y campestre para entonar uno de esos medios-tiempos facilones en los que dejar rendida cuenta de su poderío vocal a la estela de Taylor Swift. “Surrender” es un disco que simboliza muy bien los tiempos que corren. Los mismos que tienen al eclecticismo por bandera y llevan a probar en un mismo disco un gran número de registros, logrando un trabajo tan variado y digerible como, al mismo tiempo, disperso y en cierta medida inocuo. Y es que a Maggie Rogers parece que le falta ese poso de marcada personalidad capaz de tejer ese hilo conductor que una su propuesta en una sola dirección. Un carácter innato que sí atesoran artistas citadas con anterioridad como Billie Eilish o Lorde. Eso no significa que ella no pueda alcanzar el estrellato, pero sí que le vaya a resultar más difícil mantenerse en él.

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