Coco

Lil Aiden, la artista oriunda de Sabadell, publica su primer álbum en solitario dando así el pistoletazo de salida a una nueva etapa artística en la que predomina la reflexión a través de la letra por medio del rap. Después de los escarceos con la música electrónica en el dúo Bounce Twice junto a Efrén Kairos, la catalana da un paso al lado de aquella locura sonora para cavilar sobre las vicisitudes vitales, las pérdidas, el paso a la edad adulta y, en definitiva, para cicatrizar –o intentarlo– heridas abiertas.

Con un guiño a Rafael Lechowski y su álbum “Donde duele la inspira” en una frase de la acústica-spoken word “Intro” arranca el álbum, que va tomando distintas cadencias: de los flows arrastrados en “Subnrmal”; pasando por los ritmos más enérgicos y acelerados en canciones como “Perdonar” y “Labia y Miel” junto a Canchalera; hasta la presencia de las armonías y el canto en “15 de junio” o el R&B G-funkeado de “Strong” junto al afroportugués Mabreeze.

El árbol de estilo es amplio pero siempre tiene sus raíces en la música negra, influencia capital a lo largo de los treinta y cinco minutos de duración del proyecto. “En vela”, donde habla sobre las complicaciones del amor y una relación pasada, incursiona en el jersey club con reminiscencias al cloud rap.

Canciones como “Snoop” homenajean no solo por el título al rapero californiano, sino también al neoyorquino Notorious Big cuando dice “el cielo no es el límite como decía Biggie”, con un beat pianístico grave por parte de Doblenne que retrotrae al de DJ Premier en el “NY State of Mind” de Nas.

nstrumentales pesadas y minimalistas, con bombos y cajas sucios, aparecen en “Fumar Verdura” o “No lo sé Rick” en colaboración con una figura de peso en el rap venezolano como es Nk Profeta que deja buenas píldoras como “qué nostalgia aquellos días de niño jugando con la tierra / jugando con hijos de un vecino / ahora enfrentando hijos de perra”, donde exploran el siempre amargo sentimiento de crecer.

Quizás la técnica de Lil Aiden no sea en muchas ocasiones la mejor, es cierto, pero tiene razón en lo que dice en “Puto Sushi” cuando rapea “a falta de técnica / me curro lo sentimental”, y es que sin duda consigue punzar de alguna manera el pecho, sobre todo en cortes como “Perdonar”, que es un purgatorio sentimental dedicado a la pérdida de su madre, o en “15 de junio” donde suelta frases geniales como “no eres más real por ser más justo / sino por ser justo lo que solo encaja en tu uso de la reflexión”, denle una vuelta a eso.

Otro recurso que Aiden utiliza de manera certera es el uso del inglés, se nota que es un idioma con el que se siente cómoda, y así lo demuestra en “Run”. Le ha venido muy bien a la artista de Sabadell mudar la piel artística para centrarse en la reflexión, un lavado de cara digno y necesario con el jabón de la pura expresión vital que enjuaga su pasado para poder mirar con más claridad al futuro.