Cernunnos: El Señor del Bosque

Se podría decir que uno de los géneros musicales que más frialdad proyecta es el industrial, sobre todo en su concepción más experimental. Al igual que el noise fácilmente sea uno de los géneros más complicados de asimilar y entender por parte del oyente, por razones obvias. Para situarnos, ambos géneros son las piedras angulares en las que se basa el sonido de la banda madrileña Lazharus.

Pero antes de entrar de lleno en esta nueva pieza, repasemos quienes son Lazharus. El proyecto nace de la mano de tres personajes del underground madrileño; Por un lado, tenemos a Iván Sentionaut, miembro de VOR y cerebro de proyectos ruidistas como Grassa Dato; Kike Kaos, otro habitual de la escena noise con su proyecto Tube Tentacles; y por último, Sergio Albert, conocido fotógrafo musical y parte del colectivo Nooirax Producciones. Imposible que de esta unión pudiera salir algo “normal”. Aunque su primera referencia es del 2010, es en el 2017 cuando su maquinaria empieza de verdad a funcionar, apareciendo como teloneros de bandas como Ghold, o de los mismísimos Wolf Eyes, concierto en el que Mondo Sonoro pudo presenciar cómo se las gasta este power trío madrileño sobre un escenario. Ese mismo año llegó, en formato cassette y a través del sello bilbaíno Eclectic Reactions Records, Red Sonja; cuatro cortes donde daban rienda suelta a sus pesadillas en forma de drone y noise experimental.

Bien, pues la continuación a Red Sonja ya está aquí y se llama “Cernunnos: El Señor del Bosque”. Obra compuesta por tres cortes y que se inicia con unas inquietantes voces eclesiásticas y un bajo de marcado sonido metálico que nos irá introduciendo lentamente en “Psicogeometría”; primer corte con un desarrollo largo (se acerca a los 22 minutos) donde las capas de ruido y las voces infernales se irán dibujando poco a poco, y las bases industriales de candencia lenta emergerán a mitad de camino para llevarnos hasta un final mucho más atmosférico. En contrapunto, “Bardo”, son “solo” 4 minutos llenos de ruido, bombos golpeando como un martillo pilón y voces totalmente dementes pasadas por el filtro de la distorsión. Después de semejante descarga, el ambiental inicio de “SCAP El Símbolo Compensador” trae un poco de paz a nuestros oídos, antes de que todos los elementos característicos del sonido de Lazharus vuelvan a hacer acto de presencia, valiéndose de la constante repetición de bases y bajo para crear un perturbado y ruidista mundo sonoro propio.

Está claro que la propuesta musical que plantea Lazharus con “Cernunnos: El Señor del Bosque” no es fácil, pero ahí radica su atractivo. Además ¿quién dijo que escuchar estilos como el industrial, el noise o el drone sea fácil?